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Sánchez, en China: “Me he visto con 40 líderes en una semana y nadie quiere fragmentación económica ni guerra”

Andrés Gil

Boao (China) —

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Es un mundo incierto, aún sufriendo secuelas de la pandemia del coronavirus y atravesado por la invasión rusa de Ucrania. Y, en ese contexto, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha reclamado en la inauguración del foro económico de Boao (el Davos chino) diplomacia, cooperación, reciprocidad comercial y el fin de la guerra: “En pocos días, he asistido al Consejo Europeo en Bruselas, a la Cumbre Iberoamericana en Santo Domingo, y ahora estoy aquí en visita oficial a China. En menos de una semana, me habré reunido con más de 40 líderes de tres continentes diferentes. Y permítanme ser claro: en todas las reuniones he escuchado el mismo anhelo de paz, estabilidad y prosperidad. Nadie quiere fragmentación económica ni guerra”.

“La humanidad se enfrenta a retos mundiales de una magnitud sin precedentes: una emergencia climática, una pandemia y la brutal e ilegal agresión de Rusia contra Ucrania, que está provocando una grave crisis humanitaria, inseguridad alimentaria, inflación y una creciente angustia por la deuda en un número cada vez mayor de países vulnerables”, ha dicho Sánchez.

En el foro de Boao, en la isla de Hainan, el punto más meridional de China, con un 90% de humedad por el clima tropical de la región, Sánchez ha reclamado “actores responsables y constructivos” a una audiencia entre la que se encontraba el primer ministro chino, Li Keqiang; la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva; el ex secretario general de la ONU, Ban Ki-moon; el primer ministro de Singapur, Lee Hsien Loong; el primer ministro de Malaisia, Anwar Ibrahim; el primer ministro de Costa de Marfil, Patrick Achi, entre otros.

Sánchez ha defendido España como un país “fiable y abierto”, que asumirá en julio la presidencia del Consejo de la UE, además de ser parte parte de la comunidad iberoamericana. “Es esencial reconstruir la confianza a través del diálogo, la solidaridad y la cooperación”, ha afirmado Sánchez, en un foro dedicado a un “mundo incierto”.

“En esta línea, celebro la intensificación de los contactos diplomáticos de las autoridades chinas con líderes de todo el mundo. Refleja un alto grado de responsabilidad, y queremos contribuir a estos esfuerzos”, ha señalado Sánchez, en alusión al reciente viaje del presidente chino, Xi Jinping​, y a las visitas de líderes europeos próximas, entre las que se encuentran la del presidente español, además del francés, Emmanuel Macron, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. “Nuestros puntos de vista pueden diferir en algunos ámbitos, pero debemos seguir tendiendo puentes y aumentando la confianza mutua”, ha señalado. 

Sánchez ha defendido “un orden internacional basado en normas”, el comercio “libre, equilibrado y justo” frente a un mundo “fragmentado y dominado por tendencias proteccionistas”, que “representa una vuelta al pasado”. El presidente del Gobierno ha reconocido que hay quien afirma que “está en marcha un proceso de 'desglobalización”. Y, ante, eso, él sostiene que lo que está ocurriendo “es un cambio en la forma de concebir y articular la globalización”.

“China y la UE, como grandes mercados y entidades geopolíticas, deben competir en algunos ámbitos y cooperar en otros”, ha dicho Sánchez, quien ha añadido, en una alusión a los derechos humanos y las democracias liberales: “Seguiremos defendiendo los valores, principios y puntos de vista europeos con una perspectiva independiente, y con una aguda conciencia de nuestros objetivos, intereses y prioridades. No renunciaremos a ellos. Debemos seguir profundizando en esta colaboración mutuamente beneficiosa. Pero tenemos que hacerlo respetando la soberanía de cada país y respetando las reglas”.

¿Y eso qué significa? “Nivelar el terreno de juego y garantizar la plena reciprocidad entre los socios. Significa proporcionar un marco regulador estable que permita a las empresas nacionales y extranjeras competir en igualdad de condiciones. Significa abrir el Este, para que el Oeste no tenga que cerrarse en sí mismo. Creo firmemente que las relaciones entre Europa y China y, por extensión, entre España y China, no tienen por qué ser de confrontación: hay un amplio margen para la cooperación win-win. Debemos seguir siendo socios, económicamente y más allá”.

Sánchez ha enumerado tres “áreas clave” en las considera que el margen de colaboración es “inmenso”: “El fortalecimiento del multilateralismo; la necesidad de acelerar la lucha contra el cambio climático, como firmantes del acuerdo de París; y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y reformar la arquitectura financiera internacional”.

El presidente del Gobierno ha recordado en su intervención que “el comercio bilateral casi se duplicó entre 2017 y 2022, creciendo de 32.000 millones de euros a 57.700 millones de euros el año pasado”. China es ya “el primer proveedor de España y el mayor mercado de Asia para las empresas españolas”. Según Sánchez, “esto sucede porque España es uno de los mejores lugares de Europa para invertir y hacer negocios. Ofrecemos una posición geopolítica ideal (sentados en la intersección entre tres continentes), un sector privado vibrante y robusto, una infraestructura digital y física de primera clase, una mano de obra altamente cualificada, energía limpia asequible, y la estabilidad institucional y la seguridad jurídica que las inversiones necesitan para prosperar”.

Así, el presidente ha recordado que “España sigue creciendo por encima de la media de la eurozona, tiene una de las tasas de inflación más bajas de la UE y ha alcanzado máximos históricos de inversión extranjera directa, con flujos que rozan los 35.000 millones de euros, gran parte de ellos destinados a proyectos industriales y energías renovables.”

“La economía global necesita socios fiables en los que se pueda confiar. Y España es y será uno de ellos”, ha sentenciado Sánchez.

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