Los actores asiáticos se quejan de los estereotipos de Hollywood: “Somos las putas o los frikis”
A Pun Bandhu no le sirvieron de mucho sus años de estudio en la prestigiosa Escuela de Actuación de Yale para responder a lo que le piden en la mayoría de los castings: poner “acento asiático”.
A este actor estadounidense de origen tailandés, que en los últimos 15 años ha aparecido en numerosos programas de televisión y películas, una vez le dijeron que el acento que estaba poniendo para un personaje tailandés —acento que copió del que tenían sus propios padres— no funcionaba para “el oído estadounidense”. Finalmente, el director eligió un acento chino.
Si bien gran parte del debate actual sobre la representación de los asiáticos en Hollywood se ha enfocado en el efecto “aclarado” (whitewashing en inglés), que se da cuando eligen actores blancos para contar historias asiáticas, los actores de origen asiático dicen que la falta de oportunidades es sólo una parte del problema. Los actores asiático-americanos se quejan de que muy rara vez, si es que hay alguna, son convocados para papeles protagonistas y que cuando consiguen trabajo, son generalmente papeles secundarios o que refuerzan estereotipos ofensivos.
Los hombres de origen asiático dicen que quedan relegados a papeles de frikis tecnológicos, asistentes, doctores, personajes a menudo privados de cualquier carga sexual. Por otro lado, las mujeres asiáticas suelen obtener papeles de masajistas y trabajadoras sexuales o personajes de mujeres descritas como sumisas, frágiles o calladas.
“Somos los que pasamos información. Somos o los frikis o las putas”, afirma Bandhu. “Ya estamos hartos de vernos en esos papeles”.
Los actores asiático-americanos admiten que en los últimos años se han diversificado un poco los papeles que les ofrecen y muchos esperan que la polémica reciente por la elección de actores para Ghost in the Shell —Scarlett Johansson protagoniza la nueva versión del clásico de manga japonés— inspire a directores y productores a dejar de elegir actores blancos para personajes asiáticos. A la película no le fue nada bien: recaudó menos de 18 millones de euros en su fin de semana de estreno en Estados Unidos, una cifra muy pequeña teniendo en cuenta su presupuesto de 103,7 millones de euros. Un ejecutivo de Paramount admitió que las críticas al reparto tuvieron parte de la culpa del fracaso de la película.
Emma Stone, Matt Damon y Rooney Mara son algunos de los actores que han recibido críticas por elegir papeles que contribuyen al whitewashing en películas que han fracasado en taquilla. Pero aumentar la diversidad y la representación de minorías en cine y televisión va más allá de evitar meter la pata con el reparto en películas comerciales.
Los asiáticos, los más rechazados
“Estamos desesperados por tener más oportunidades,” asegura Kanoa Goo, un actor de origen chino, hawaiano y blanco. “A menudo nos dan papeles unidimensionales. El friki analista informático que no tiene mucho que decir. Un papel que está meramente al servicio de los protagonistas”.
Goo, que actuó en la película de 2016 Other People, dice que la mayoría de los castings a los que va son para papeles para asiáticos o actores no-blancos y que es posible que muchos de esos papeles estuvieran pensados estratégicamente para cumplir con los requerimientos de diversidad.
“Dentro de los grupos marginados de actores pertenecientes a minorías, los asiático-americanos somos los últimos de la lista. Nosotros llevamos las de perder con todos”, afirma.
Los personajes asiáticos sólo fueron un 3 o 4% de todos los personajes de series de televisión en la temporada 2014-15, según un estudio reciente de la Universidad de California (UCLA). De las 100 películas más importantes de 2015, ninguna tuvo un protagonista asiático y casi la mitad, 49, no tenían ningún personaje asiático. Además, “la calidad de los papeles es problemática”, dice Darnell Hunt, profesor de la UCLA y coautor del informe sobre diversidad.
Lynne Marie Rosenberg, una actriz que maneja un Tumblr llamado Cast and Loose (Chismorreos de los Castings) que publica descripciones ofensivas de personajes que se dan en los castings, dice que a menudo vio anuncios de castings que incluían a casi todos los grupos étnicos, menos a los asiáticos. “El problema principal es la invisibilidad”, asegura.
Rosenberg añade que también suele haber una generalización cómica de los asiáticos. Puso como ejemplo un guión en el que se describía a un artista asiático que “estaba muy concentrado mientras dibujaba”. Y la descripción aclaraba: “Te da una idea del tipo de vida que tuvo en Asia”.
Otra película buscaba un rapero asiático “que pudiera rapear con acento o en algún idioma asiático”. Otra película que tenía un personaje femenino surcoreano buscaba una actriz de entre 18 y 25 años que pudiera parecer una chavala de 17 años “que lo único que sabe hacer es ser guapa”.
Otro proyecto buscaba una actriz para un personaje descrito como “asiática, menuda, delgada y frágil”. La trama se resumía así: “Un hombre rico tiene a una mujer escondida en el sótano”.
“Una negación de nuestros cuerpos y voces”
Kal Penn, un actor indio-americano conocido por sus papeles en las películas de Dos Colgaos muy Fumaos y en la serie de televisión House, provocó recientemente un revuelo cuando publicó en Twitter extractos de guiones racistas que había recibido, con descripciones como “parecido a Gandhi”, “encantador de serpientes” y “pakistaní friki de los ordenadores…en un estado perpetuo de sudoración”.
Atsuko Okatsuka, una actriz y humorista japonesa de standup, dice que la han llamado de castings para papeles en los que claramente no encajaba, pero que parecía que la única razón por la que la convocaban era por ser asiática. Recordó un papel de “colegiala japonesa” en el cual tuvo que “chillar mucho, hablar muy finito con acento japonés y hacer risitas”.
Okatsuka también afirma haber perdido papeles en manos de actrices mestizas que parecían mucho más blancas que ella. El mensaje que recibía era “tú das más el papel de amiga de la protagonista, la chica tierna y frágil que va en kimono.”
Además, dice que también le molestan las descripciones de personajes como “medio-asiáticos” sin que haya una justificación argumental: “Parece que quieren decir que buscan alguien más guapo que un asiático puro.”
Camille Chen, una actriz de televisión estadounidense de origen taiwanés, dice que la han llamado para todo tipo de papeles y que su identidad étnica se había convertido en una ventaja porque cada vez más líderes de la industria del entretenimiento reconocen la importancia de la diversidad.
Pero a pesar del progreso reciente —asegura que cuando comenzó a actuar hace 13 años sentía que sólo podía aspirar a papeles de masajista o prostituta—, Chen reconoce que nunca ha tenido la oportunidad de presentarse a un casting para un papel protagonista. “Ojalá tuvieran la cabeza abierta a tener protagonistas asiático-americanos”.
Vinny Chhibber, un actor indio-americano, relata que cuando comenzó a actuar, a menudo lo llamaban para hacer de “terrorista número uno” o “el estereotipo del asiático incompetente a nivel social, asexual y con acento”.
Como escritor y productor, Chhibber dice que en muchas ocasiones oyó comentarios racistas en las reuniones de castings, donde alguien decía: “Si elegimos a una actriz asiática, cambiará el argumento”.
Chhibber asegura que ahora rechaza ir a castings para papeles que refuercen los estereotipos, en parte porque comprende cuán perjudiciales son estos personajes. “Nuestro trabajo tiene un gran impacto en la forma en que la gente ve el mundo”.
La escasez de personajes asiáticos complejos hace que la elección de actores blancos por motivos raciales sea todavía más doloroso para los actores y la audiencia, afirma Bandhu. “Cuando le dan el papel a un actor blanco, es una negación de nuestros cuerpos y nuestras voces”.
Traducido por Lucía Balducci