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The Guardian en español

Una mujer denuncia a Airbnb tras ser acosada sexualmente por un “superanfitrión”

Del Olmo aseguró que no era consciente de ninguna demanda y negó rotundamente las acusaciones.

Sam Levin

San Francisco (EEUU) —

Una usuaria de Airbnb está intentando responsabilizar a la empresa por un supuesto caso de abuso sexual. La denunciante afirma en una demanda sin precedentes que fue atacada por un anfitrión que no había sido investigado lo suficiente.

La demanda, presentada este jueves por Leslie Lapayowker, plantea nuevas cuestiones sobre las responsabilidades legales de la empresa tecnológica cuando los anfitriones violan la ley o llevan a cabo conductas criminales.

Lapayowker acusa a Airbnb de negligenia por permitir el alquiler de una habitación propiedad de Carlos del Olmo, acusado en el pasado de violencia machista.

“No quiero que esto le pase a otra mujer”, cuenta a the Guardian esta mujer de 51 años procedente de Nuevo México. “Fue horrible y creo que se debería advertir a todo el mundo que esto le podría pasar a ellas, a sus hijas, sus esposas o sus hermanas”, añade.

Contactado por teléfono, Del Olmo aseguró que no era consciente de ninguna demanda y negó rotundamente las acusaciones, recordando que nunca se le ha condenado por la vía penal. Un portavoz de Airbnb afirma que la empresa comprobó el pasado de Del Omo, pero como no fue sentenciado en el caso anterior, se le permitió ejercer de anfitrión. La empresa también ha afirmado que ha eliminado su cuenta de la plataforma tras conocer las acusaciones de Lapayowker.

Lapayowker se mudó a Los Ángeles en julio de 2016 para un nuevo trabajo como agente inmobiliaria y planeó vivir en el Airbnb de Del Olmo durante un mes mientras buscaba un alojamiento permanente. Del Olmo, que alquilaba un estudio adosado a su casa, era un usuario “verificado” y considerado un “superhost” (súperanfitrión) por Airbnb, lo que significa que tenía buenas críticas y recibía huéspedes a menudo.

“Supuse que estaría en buenas manos”, cuenta Lapayowker. Pero, de acuerdo con la demanda, de inmediato Del Olmo le hizo sentirse incómoda por sus comentarios sexuales, golpeando la luna delantera de su coche mientras ella estaba dentro y gritando a su hijo lo suficiente como para que ella lo pudiese oír. “Me asustó”, añade.

Lapayowker decidió marcharse tras tres noches y cuando volvió para coger su ordenador portátil le dijo a Del Olmo que se mudaría pronto. El propietario entonces le dijo que quería enseñarle algo importante en el estudio“, sostiene la demanda.

Después, al parecer, él cerró la puerta, se bajó los pantalones y empezó a masturbarse delante de ella, le exigió que le tocara y que “probase”. Él ignoró sus súplicas pidiendo que parase, metió su lengua en la boca de ella y, finalmente, eyaculó en una papelera, según ha quedado recogido en la demanda.

Cuando le dejó salir de la habitación, le dijo: “No olvides dejar una evaluación positiva en Airbnb”, aparece en la demanda.

“Estaba completamente descolocada. Totalmente paralizada”, recuerda Lapayowker, diciendo que al principio no sabía si llamar o no a la policía. “Tenía miedo de que él descubriese dónde vivo y viniera a por mí”.

Ese mismo mes, notificó el incidente a la policía y a Airbnb, que ha vetado a Del Olmo de su web. Finalmente, las autoridades rechazaron presentar cargos porque según dicen no hay suficientes pruebas , cuenta la abogada de Lapayowker. Por el momento, los fiscales no han querido hacer comentarios.

Sin embargo, un abogado de Lapayowker descubrió que Del Olmo tenía un arresto anterior en Florida por un cargo de agresión y un caso de violencia machista. Un informe policial dice que, según lo que cuenta la víctima, le había tirado del pelo y le había arrastrado durante una discusión. Él entró en un programa de rehabilitación para evitar el acciones judiciales, indican los registros.

Se comprueban antecedentes, dice la empresa

Cuando Lapayowker, que anteriormente también había sido una “superanfitriona” en Airbnb, se enteró de las denuncias previas no se lo podía creer. “Estaba muy furiosa. ¿Cómo han dejado que alguien así sea anfitrión”.

Un portavoz de Airbnb dijo que se comprueban los antecedentes de todos los anfitriones y huéspedes de EEUU en busca de coincidencias en listas de control de terroristas, condenas por delitos graves, registros de agresores sexuales y delitos menores importantes.

“El comportamiento horrible descrito no tiene lugar en nuestra comunidad y no lo toleraremos. La hemos apoyado de la manera que podemos hacerlo y lo seguiremos haciendo”, ha asegurado la compañía a the Guardian a través de un comunicado.

Del Olmo alegó que el encuentro con Lapayowker fue “consentido” y aseguró: “Esta mujer mintió descaradamente y se lo ha inventado todo”. Dice que la mujer en el caso de Florida también mintió y recalcó que no fue condenado. También alegó que era injusto que Airbnb le haya echado de la plataforma: “Airbnb no respeta al propietario... que es el que se coloca en una posición de responsabilidad”.

Teresa Li, la abogada de Lapayowker, sostiene que Airbnb engaña a los usuarios con una imagen que enfatiza sobre la seguridad de la plataforma y dice que es un “mercado comunitario de confianza”. “Te atraen y te dan una falsa sensación de seguridad”, apunta.

Antes de esto, Airbnb ha alegado que no es legalmente responsable cuando sus anfitriones discriminan por cuestiones raciales o violan las legislaciones locales.

Lapayowker, que según cuenta está sufriendo un trastorno por estrés postraumático, asegura que siente que Airbnb no se está tomando en serio el caso: “Siento que a ellos no les importa. Su modelo se basa simplemente en ser lo más lucrativo posible”.

Traducido por Javier Biosca y Cristina Armunia

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