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The Guardian en español

Francia quiere retirar la Legión de Honor que otorgó a Asad en 2001

El presidente sirio Bashar al Asad recibe la medalla de la Legión de Honor francesa el 27 de junio de 2001 de la mano del presidente Jaques Chirac en el palacio del Elíseo.

Jon Henley

El Gobierno francés ha comenzado el proceso formal para retirar la Legión de Honor al presidente sirio Bashar al Asad. El presidente Emmanuel Macron busca a su vez reformar la condecoración más prestigiosa y polémica (en algunas ocasiones) del país.

Menos de una semana después de que Francia se uniese a EEUU y a Reino Unido en un ataque con misiles contra objetivos sirios como respuesta al presunto uso de armas químicas por parte del régimen de Asad, el palacio del Elíseo ha confirmado que se ha puesto en marcha un “procedimiento disciplinario” para retirar dicha condecoración.

La decisión de que el premio se retire solo la puede tomar el presidente del país, como miembro de mayor rango de la Orden Nacional de la Legión de Honor. Asad fue condecorado con la gran cruz, el más alto de los cinco grados de distinción, después de asumir el cargo en 2001.

Cada año, alrededor de 3.000 personas reciben el honor, creado por Napoleón Bonaparte en el año 1802 para recompensar a los ciudadanos distinguidos y el valor militar. Macron ha dicho que su objetivo es “volver al espíritu original” del premio restringiendo su número y asegurándose de que se basan en el mérito.

El portavoz del presidente, Christophe Castaner, anteriormente había confirmado que anualmente no se habían otorgado más de 2.000 de estos galardones. El pasado mes de julio, en el Día de la Bastilla tan solo se concedieron 101 de los 500 o 600 habituales.

El número de civiles y militares franceses que reciben la distinción se ha reducido en un 50% y un 10%. Se ha reducido en un 25% las condecoraciones a personas extranjeras, que consiguen la condecoración por “prestar servicio a Francia” a través de logros culturales o de otro tipo, o por defender causas que Francia apoya particularmente.

Pero no existe un objetivo oficial para reducir el número de Legiones de Honor “diplomáticas” que a menudo se otorgan a dirigentes extranjeros durante sus visitas. Tales distinciones, consideradas actos de “reciprocidad diplomáticos” y una herramienta útil de la política exterior francesa, raramente se dan a conocer.

La condecoración de Asad, entregada por el expresidente Jacques Chirac durante una visita oficial del mandatario sirio a París, no salió a la luz hasta ocho años más tarde, cuando la embajada siria en Francia lo contó al autor de un libro sobre este galardón.

La distinción de la gran cruz que Chirac también entregó en 2006 al presidente ruso, Vladímir Putin, se descubrió –provocando indignación pública– en ese mismo momento, pero solo porque los periodistas rusos lo grabaron en vídeo.

Entre otras entregas polémicas a dignatarios extranjeros está la concedida al anterior príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Nayef. El mandatario saudí fue condecorado por François Hollande en 2016 a pesar del brusco aumento en el número de penas de muerte dictadas por los tribunales saudíes.

Otros presidentes como Charles de Gaulle, François Mitterrand y Nicolas Sarkozy han condecorado a figuras despreciables como los dictadores Nicolae Ceausescu, de Rumanía, Zine El Abdine ben Ali, de Túnez, y Ali Bongo, de Gabón, cuya familia posee en Francia bienes por valor de unos 150 millones de euros.

En 2010 se introdujeron finalmente medidas para facilitar la retirada de las condecoraciones a los extranjeros. La medida se promovió tras la extradición a Francia del exdictador de Panamá, Manuel Noriega, y su condena a 10 años de prisión por blanqueo de capitales. Noriega fue galardonado en 1987 y derrocado dos años después por Estados Unidos.

Ahora los presidentes de Francia pueden retirar el galardón a cualquier extranjero que haya sido sentenciado al menos a un año de prisión o que “haya actuado o se haya comportado de una forma que podría calificarse de inmoral o que podría dañar lo intereses de Francia en el extranjero o causas apoyadas por Francia”.

Desde la introducción de los cambios se ha retirado la condecoración al magnate de Hollywood Harvey Weinstein por las acusaciones de violación y acoso sexual. También se ha hecho lo mismo con el ciclista Lance Armstrong por doparse y con el diseñador de moda John Galliano por sus declaraciones antisemitas.

Asad ha sido acusado de masacrar a decenas de miles de personas de su propio pueblo, incluso con ataques químicos, durante la guerra civil que arrasa Siria desde 2011. La decisión de retirarle el galardón “no significa que Francia dejará de trabajar con todas las partes en Siria, incluido el régimen, para encontrar una solución”, ha señalado el Elíseo.

Traducido por Cristina Armunia y Javier Biosca

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