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The Guardian en español

Moscú inaugura una polémica estatua de Mijaíl Kalashnikov, el creador del AK-47

La polémica estatua de Mijaíl Kalashnikov está situada en una concurrida calle del centro de Moscú.

Marc Bennetts

Moscú —

El inventor del rifle de asalto AK-47, Mijaíl Kalashnikov, ya tiene una estatua en pleno centro de Moscú, que acaba de ser inaugurada con una polémica ceremonia que fundió la pompa militar con el ritual religioso.

El monumento de nueve metros representa a Kalashnikov con la famosa arma automática en sus manos. En la inauguración participaron altos cargos rusos, entre ellos Sergéi Sobyanin, alcalde de Moscú, y Vladimir Medinsky, ministro de Cultura. “Esta es la marca cultural de Rusia”, dijo Medinsky, antes de que un sacerdote ortodoxo ruso bendijera la estatua.

“Él creó esta arma para defender a su patria”, aseguró el padre Konstantin, rechazando las opiniones de que no era apropiado rociar con agua bendita la estatua de un diseñador de armas. En la multitud muchos se santiguaban mientras el sacerdote bendecía el monumento.

A un lado, la guardia de honor del Ministerio de Defensa ruso estuvo presente durante toda la ceremonia, en la que también se entonaron canciones militares de la Segunda Guerra Mundial.

Un éxito personal y comercial

El comandante Kalashnikov creó el AK-47 a causa de las quejas de los soldados soviéticos por la calidad de sus armas. El primer modelo fue producido en 1947, y ese año Kalashnikov ganó el premio Stalin y la Orden de la Estrella Roja.

Hoy se calcula que hay más de 100 millones de fusiles Kalashnikov en uso en todo el mundo. El arma, utilizada tanto por ejércitos como por insurgentes, es responsable de 250.000 muertes al año según algunas estimaciones. El AK-47 aparece en las banderas de Mozambique y del grupo libanés Hizbolá, y también en los escudos de armas de Zimbabue y de Timor Oriental.

La inauguración no estuvo exenta de polémica. Un manifestante fue detenido por la policía mientras intentaba desplegar una pancarta que decía: “Un creador de armas es un creador de la muerte”, resumiendo las objeciones de muchos moscovitas.

“La estatua de Kalashnikov en una de las calles más concurridas de la ciudad reafirma la imagen de Rusia como un país militarista y neoimperialista que se siente rodeado de enemigos”, asegura Dmitry Shabelnikov, un abogado que vive en la zona. Y aclara: “No estoy, en principio, en contra de una estatua de Kalashnikov. Pero no se debe erigir aquí, ahora, y en esta forma”.

Una segunda escultura detrás del monumento Kalashnikov representa al Arcángel Miguel (Mijaíl en ruso) matando a un dragón con una lanza. Salavat Shcherbakov, el artista responsable de ambas obras, explicó que la lanza simboliza un AK-47.

“Esto representa la victoria del bien sobre las fuerzas del mal”, dijo Shcherbakov, quien también creó la controvertida estatua de 17 metros de altura del príncipe Vladímir el Grande que fue erigida frente al Kremlin en noviembre.

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