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The Guardian en español

Muere congelada en la frontera de EEUU una mujer que intentaba conseguir asilo en Canadá

A pesar de las temperaturas primaverales, los ciudadanos de Emerson temen que siga mueriendo gente

Julien Gignac

Una mujer de la que se cree que estaba intentando conseguir asilo en Canadá murió por congelación mientras intentaba cruzar la frontera estadounidense en una remota zona del norte de Minnesota, según las autoridades. Mavis Otuteye, de 57 años, se cree que procedente de Ghana, murió por hipotermia cerca de Noyes, Minnesota, el pasado 26 de mayo. Así lo indica la autopsia preliminar.

El departamento del sheriff del condado de Kittson y la patrulla fronteriza estadounidense encontraron su cuerpo a menos de un kilómetro de Emerson, Manitoba. “Alguien murió intentando entrar a Canadá para pedir asilo”, afirma Greg Janzen, una autoridad local en Emerson. “Es algo que llevamos temiendo mucho tiempo, pero no esperábamos que fuese en esta época del año”.

Al igual que otros asentamientos a lo largo de toda la frontera, cada vez más personas han desafiado a las bajas temperaturas y a espesas capas de nieve para alcanzar Canadá.

Según las cifras que se manejan, 477 personas han sido interceptadas por la policía montada canadiense en Manitoba desde comienzos de este año. Pero el fenómeno se extiende por todo el país: en la Columbia Británica, 233 personas han sido detenidas por la policía y hasta 1.933 en Quebec.

Según Janzen, la culpa de la muerte de Otuteye es del Acuerdo de Seguridad en un Tercer País, el cual prohíbe a la mayoría de personas que ya han solicitado asilo en EEUU presentar una solicitud de asilo en Canadá. Los que critican este acuerdo dicen que fuerza a la gente que quiere pedir asilo en Canadá a cruzar la frontera de manera ilegal –generalmente aprovechando la oscuridad– para aumentar las probabilidades de que sus solicitudes sean procesadas y aprobadas.

“Si podemos enmendar o cerrar esta fisura legal y permitirles atravesar estos cruces fronterizos, no tendremos que ver cómo estas personas vienen en mitad de la noche y llegan a Emerson”, asegura Janzen. Desviar a esas personas a una entrada segura “aliviaría la situación en la ciudad y haría que la vida volviese a la normalidad”, apunta.

Que se sepa, Otuteye es al parecer la primer solicitante de asilo que ha muerto haciendo este viaje, pero los riesgos a los que se enfrentan quedaron patentes con la historia de Seidu Mohammed, que perdió todos sus dedos por congelación durante una travesía similar hacia Emerson a finales del año pasado.

A principios de este año, la Junta de Inmigración y Refugiados dio a Mohammed el derecho a quedarse en el país puesto que su vuelta a Ghana sería muy peligrosa al ser bisexual. Janzen dice que el asunto no va a mejorar en Emerson porque el gobierno federal de Canadá ha fracasado a la hora de adoptar medidas. A pesar de que las temperaturas de la primavera son más cálidas, las autoridades locales se han visto obligadas a pedir asistencia sanitaria para al menos tres migrantes en las tres últimas semanas.

“Yo no sé qué mas podemos hacer como una comunidad”, lamenta. “Da igual cuántas entrevistas demos y todo los que nos esforcemos por que se nos escuche... el gobierno no presta atención a esto. ¿Cuántas personas tienen que morir antes de que algo cambie?”.

Traducido por Cristina Armunia Berges

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