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Londres y Bruselas retoman las negociaciones “en la fase final” para intentar salvar el Brexit del precipicio

Prime Minister Boris Johnson during a media briefing in Downing Street, London, on coronavirus (COVID-19). 16/10/2020

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

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Bruselas y Londres retoman las negociaciones para intentar salvar el Brexit del precipicio. Así lo han acordado los dos negociadores, Michel Barnier y David Frost, durante una conversación este miércoles por la tarde. La tercera conversación de la semana y la primera que ha conseguido deshacer el nudo. “Sobre la base de esa conversación”, dicen fuentes del Gobierno británico, “estamos dispuestos a dar la bienvenida al equipo negociador de la UE a Londres para reanudar las negociaciones a finales de esta semana [este mismo jueves]. Hemos acordado un conjunto de principios para afrontar esta fase de conversaciones intensivas”.

El Gobierno británico ha recordado que “siguen existiendo diferencias importantes entre nuestras posiciones en las áreas más difíciles, pero estamos dispuestos, con la UE, ver si es posible salvarlas en conversaciones intensivas. Como han dejado en claro ambas partes, se necesitan dos para llegar a un acuerdo. Es muy posible que las negociaciones no tengan éxito. Si es así, el Reino Unido terminará el periodo de transición en los términos de Australia”.

La Comisión Europea ha explicado en un documento, por su parte, que “esta próxima y última fase de las negociaciones, en principio, se basará en los textos legales de cada parte mientras se encuentra una aproximación común. Las partes han acordado intensificar las negociaciones, que se llevarán a cabo en todas las mesas de negociación al mismo tiempo. Las negociaciones se llevarán a cabo todos los días, incluidos los fines de semana, a menos que ambas partes acuerden lo contrario”.

“Se entiende que”, insiste Bruselas en un argumento recurrente, “independientemente del progreso en los flujos de trabajo individuales, no se acuerda nada en estas negociaciones hasta que se alcance un acuerdo general final”.

La fase inicial de las negociaciones tendrá lugar en Londres del 22 al 25 de octubre, explica el Ejecutivo comunitario: “Las negociaciones deben tener lugar en persona en Londres y Bruselas, o por teleconferencia, o una combinación de los dos, según lo acordado”.

Cuenta atrás

Quedan escasas dos semanas para cerrar un acuerdo si se quiere que entre en vigor el 1 de enero. El primer ministro británico, Boris Johnson, marcó el 15 de octubre como fecha límite para el acuerdo que regule la relación comercial futura entre Reino Unido y la UE una vez producido el Brexit el 31 de enero pasado. Pero se llegó al 15 de octubre sin acuerdo, y los líderes de la UE reafirmaron sus posiciones en una cumbre europea que emplazó a Johnson a moverse en tres asuntos clave –pesca, gobernanza y terreno de juego equilibrado– para lograr un acuerdo.

Desde entonces, no han vuelto a verse las dos partes. Reino Unido, hasta este miércoles, ha rechazado el viaje previsto del negociador jefe, Michel Barnier, esta semana a Londres, que se ha fijado para este jueves.

Este martes, después de la conversación entre Barnier y su homólogo británico, David Frost, un portavoz británico afirmaba: “Frost y Michel Barnier tuvieron una discusión constructiva. La situación se mantiene como ayer y seguirán en contacto”. ¿Y qué habían dicho el día anterior los británicos?: “Que sólo habrá una base para reanudar las conversaciones si hay un cambio fundamental en el enfoque de la UE, y la aceptación de que el movimiento debe provenir tanto del lado de la UE como del Reino Unido”.

Este miércoles el Parlamento Europeo ha celebrado un debate sobre la situación de las negociaciones, en el que Michel Barnier ha querido insistir en que “la puerta de la UE estará abierta hasta el último día, nuestro equipo trabajará noche y día si hace falta para ultimar un acuerdo. Pero un acuerdo es cosa de dos. No estamos seguros de que lo lograremos”.

“A pesar de las dificultades”, ha dicho Barnier: “El acuerdo está a nuestro alcance, si avanzamos con textos jurídicos y si estamos dispuestos a abordar los temas más espinosos. Los tiempos son limitados; si Reino Unido quiere, podemos encontrar juntos las soluciones a los problemas más difíciles”.

Según Barnier, “lo que está en juego en esta negociación no es la soberanía de una u otra de las partes negociadoras. Cualquier futuro acuerdo se va a hacer respetando las dos soberanías. Lo que está en juego es la nueva organización de las relaciones futuras tras el divorcio, y queremos hacerlo cuanto antes por la seguridad económica, y cooperación en política exterior”.

“Observamos con interés que el negociador de la UE, esta mañana en el Parlamento Europeo”, ha afirmado un portavoz del Gobierno británico, “haya comentado de manera significativa los asuntos que yacen tras las dificultades actuales en nuestras conversaciones. David Frost discutirá la situación cuando hable hoy con Michel Barnier”.

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha criticado en su intervención el proyecto de ley del Mercado Interior británico, que “va en contra del acuerdo de retirada”.

“Nuestros amigos dicen que quieren una relación ambiciosa, pero quieren acceso al mercado y divergir de nuestras normas y reglas cuando les convenga. No es un menú a la carta. No se puede querer la mantequilla, el dinero de la mantequilla y la sonrisa de la lechera. No puedes tener un pastel y a la vez comértelo”, ha afirmado Michel para describir la actitud negociadora británica: “¿Quieren reglamentar las ayudas de Estado? ¿Y la materia climática o la seguridad alimentaria? ¿Y por qué no se comprometen con ello? El tiempo apremia, y estamos dispuestos a negociar 24 horas al día: el Reino Unido tiene que tomar una decisión soberana que siempre respetaremos”.

La presidenta de los socialistas en la Eurocámara, Iratxe García, también se mostrado firme con el level playing field: “No debemos aceptar dumping sociales y medioambientales”. Una posición compartida por la copresidenta de los Verdes, Ska Keller: “No podemos poner en peligro el mercado interior, los derechos sociales y el medio ambiente. Es triste el Brexit, pero ahora tenemos que seguir cerrando filas”.

El vicepresidente de los populares, Esteban González Pons, ha afirmado por su parte: “Si Boris Johnson quema todos los puentes, condena la economía británica. Y si Trump pierde las elecciones, no le va a quedar un amigo en el mundo. En estos tiempos, colaborar es sobrevivir”.

La responsable de Internacional de Podemos y eurodiputada, Idoia Villanueva, también ha criticado que Johnson sumara a “la corriente trumpista despreciando la negociación. Europa no debe unirse a este modo de hacer, siempre hay que tener la mano tendida, defendiendo los sectores estratégicos y poniendo como prioridad los derechos de la ciudadanía”.

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