Agarrados a la intensidad y la velocidad
Los goles ayudan, las victorias reconfortan. Así todo es más sencillo. Esta Unión Deportiva Logroñés supo ante el Pontevedra reencontrarse con su versión competitiva, ésa en la que la intensidad y la velocidad son claves para entender al bloque entrenador por Carlos Pouso. En el momento justo, ante el rival adecuado. Es lo que tiene este grupo, que parece saber cuándo tiene que apretar el acelerador. Le bastaron con treinta minutos de adrenalina, de superar a su contrincante en todos los lances, en presionar para provocar resbalones, fallos en las entregas, despejes defectuosos... en pisar área con ambición, con centros laterales y con remates peligrosos.
Aspectos que generan que este equipo enganche con la grada y ocupe los puestos nobles del grupo merced a sus buenos números cuando actúa con la determinación exhibida durante el primer tercio del encuentro. No le hace falta a la UDL elaborar, salir con limpieza con el balón desde la defensa. Sería un error. Por eso pisa campo ajeno, aprovecha para recoger las segundas jugadas y a partir de ahí buscar los costados. Si pierde el cuero, es fácil, presiona para robar y pillar a su rival desorganizado.
Un ejemplo de ello fue el primer gol, obra de Paredes. Un resbalón, percutir para llevarse el rebote, creer en que la pelota va a ser tuya y mirar hacia el lateral para que Pere Milla viera a un compañero. No un compañero cualquiera, sino uno capaz de controlar y chutar con potencia y colocación para superar a Edu. Que hubiera continuidad fue positivo. Que Titi y Pere Milla, en dos acciones posteriores, probaran al meta del Pontevedra significaban que la UDL parecía aprender de los errores, de ese bajar el pistón y animar a sus adversarios a atacarle.
JUEGO VARIABLE
Pero tras una contra gallega, finalizada con un tiro de Hugo para la 'palomita' de Miguel y un par de córners sirvieron para que los blanquirrojos amainaran sus esfuerzos, para que no fueran tan valientes en las acometidas, para que juntaran sus líneas y no presionaran tan arriba como en los minutos precedentes. El juego se encasquilló pese a los intentos del Pontevedra por asumir el control, por combinar y hacer correr a la UDL. Por suerte, entre las interrupciones y que los de Luisito más que empatar querían llegar vivos al descanso, el cuadro riojano salió airoso, aunque dejando a su oponente con opciones.
Porque el marcador le obligaba y porque el Pontevedra fue osado, Luisito movió ficha tras el paso por vestuarios. Cambio de dibujo, con tres centrales, dos carrileros y dos hombres en punta, además de mucha gente por dentro. La idea era clara, superioridad numérica por dentro y más presencia en campo ajeno. Una disposición a la que a la UDL le costó adaptarse. Fueron minutos en los que los blanquirrojos ya no llegaban a la presión, ni siquiera al contacto.
El conjunto pontevedrés, con paciencia, le cogió gusto a lo de tocar y tocar, pero carecía de profundidad. Muneta y Chevi no tenían tanta presencia y Adrián León, ya amonestado, se aguantaba. Por suerte Hugo, ahora acompañante de Borjas Martín como delantero, no terminaban de buscarles las cosquillas a Jacobo y Borja -Santelices se quedó fuera de la convocatoria-, pero sí que Anxo, como carrilero, tenía más espacios para sorprender. La situación había cambiado.
PENALTI Y EXPULSIÓN
Pero el fútbol tiene estas cosas, que una acción determina el devenir del choque. Balón a la carrera para que Luis Morán -un incordio para los defensas rivales debido a su calidad y movilidad sin balón- gane en velocidad a Campillo -ya dejó en evidencia a González en la primera mitad- para adentrarse en el área con ventaja. El central trabó al asturiano haciéndole penalti y dejando a los suyos en inferioridad. El propio delantero cogió la pelota sin titubeos y superó a Edu desde los once metros con media hora por delante.
El 2-0 y la superioridad obligaba a un final de encuentro tranquilo en el que la victoria debía degustarse. Muneta, con molestias, dejaba el campo para que Adrián Cruz pusiera experiencia en la medular, además de liberar a Chevi. Pero el Pontevedra, fiel a su idea, apostó por no acusar el haberse quedado con diez. La UDL comenzó a pensar en el jueves que viene, duelo ante el Somocas, y esperó su momento para dejarse querer y salir con espacios. Pero dos intervenciones de Miguel generaron dudas.
Hubo murmullo, poco tiempo pero lo hubo -Pouso indicó que no hace ningún bien, que es mejor el silencio-. Lo que sucede es que se olvidó cuando Barreda asistió para que Pere Milla -Carlos Fernández no llegó en primera instancia- ampliara la diferencia en el marcador. Un 3-0 que aumenta la diferencia con el quinto clasificado hasta los 9 puntos cuando restan 24 por disputarse. Una renta considerable a estas alturas que permiten pensar que, como mínimo, el objetivo es pelear por el segundo puesto, a no ser que el Racing de Ferrol acumule tropiezos que animen a pensar en cosas mayores.
Queda claro que lo importante son los puntos y que este bloque recupere las sensaciones de solidez. Pegada tiene y mucha. Calidad, también, como evidenció Pere Milla con poca presencia pero decisiva, siempre, dentro del área. Queda por encontrar la regularidad, no sufrir altibajos que pueden llegar a generar dudas, y asumir que esta categoría no permite relajaciones, aunque sean por espacio de 5 minutos: Arandina y Sporting B ilustran la última sentencia. Se ganó al Pontevedra, sí, que era lo que se necesitaba para demostrar que esta UDL va a repetir presencia en la fase de ascenso -mal se le tienen que poner las cosas-. Claro que quiere llegar a ella en mejor predisposición que el curso pasado, es decir, por encima de la cuarta plaza.
FICHA TÉCNICA
UD Logroñés: Miguel; Miguel Santos (Barreda, min. 69), Jacobo, Borja, Paredes; Adrián León; Titi, Chevi, Muneta (Adrián Cruz, min. 53), Pere Milla; y Luis Morán (Carlos Fernández, min. 73).
Pontevedra: Edu; Adrián; González, Campillo, Verdú; Kevin Presa, Alex Fernández; Hugo (Jandrín, min. 68), Jacobo (Anxo, min. 46), Antonio Bello (Mouriño, min. 73); y Borjas Martín.
Goles: 1-0, min. 16: Paredes. 2-0, min. 60: Luis Morán, de penalti. 3-0, min. 84: Pere Milla.
Árbitro: Vicente Gil Coscolla (Comité Valenciano), acompañado por Marcos Daniel Saenen Álvarez y Ángel Enrique Sanz Terrades. Expulsó al visitante Campillo (min. 59) por roja directa. Amonestó a los locales Adrián León (min. 28) y Miguel Santos (min. 40); y a los visitantes Hugo Rodríguez (min. 29), Alex Fernández (min. 33) y Adrián (min. 78).
Incidencias: 2.814 espectadores en Las Gaunas, según informó el club organizador. Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de la madre de Vicente Elías, médico del UD Logroñés.
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