Depresión y enfermedad cardiovascular
Parece lógico que una persona deprimida tenga más dificultades para cumplir el tratamiento que otra que no lo esté, pero lo que los expertos se preguntan es si puede darse la vuelta a este proceso mejorando el estado de ánimo de un paciente, que experimente también mejoría en términos de salud cardiovascular.
Diversas guías de práctica clínica, las que elaboran las sociedades científicas, recomiendan evaluar la presencia de depresión en los pacientes con enfermedades cardiovasculares. Existen indicios de que esta última condición empeora el pronóstico de la segunda. Ahora, investigadores europeos, norteamericanos y canadienses han repasado los estudios más relevantes sobre la materia para arrojar algo de luz en una cuestión controvertida y, a todas luces, compleja.
La depresión mayor es de hecho un factor de riesgo de enfermedad coronaria, según planteaba un artículo anterior de la misma publicación (Journal of the American Medical Association, conocida por sus siglas, JAMA). Se estima que uno de cada cinco pacientes coronarios padece depresión, si bien la mayor parte de esos casos pasan inadvertidos y no reciben tratamiento alguno. La sugerencia de esta investigación previa era recurrir, según los casos, a los medicamentos conocidos como SSRI (inhibidores selectivos de recaptación de serotonina) para tratar la depresión y, por ese camino, mejorar los síntomas de la enfermedad cardiovascular.
En la revisión que ha dado a conocer JAMA esta semana, los autores buscan evaluar los beneficios de realizar pruebas para detectar la depresión en los pacientes de Cardiología estudiando la eficacia del diagnóstico, el efecto de las terapias contra la depresión en la salud del corazón y las consecuencias de diagnosticar la depresión en este grupo de personas.
Los especialistas recabaron datos de siete grandes bases de datos, artículos científicos y también mediante búsquedas manuales en las revistas científicas.
En los trabajos que estudiaban la eficacia de las pruebas de detección de la depresión, la precisión del diagnóstico resultó muy irregular: desde el 39 hasta el 100 por cien. Por otra parte la terapia antidepresiva, ya fuera con medicación o con estrategias conductuales, se asocia con una “ligera” mejoría de los síntomas depresivos, pero no mejora los resultados cardiacos.
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