El Gobierno vasco alerta del riesgo de la reapertura de Garoña

El Gobierno vasco ha expresado su rechazo a la decisión del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) de permitir la reapertura de la central de Garoña, ubicada en Burgos pero muy próxima a Álava, y ha advertido de que, pese a las mejoras que puedan realizarse en la planta, el reinicio de su actividad nuclear supone un “riesgo innegable” para la población.

El Departamento de Medio Ambiente del Ejecutivo vasco ha afirmado, a través de un comunicado, que la decisión del CSN de permitir la reapertura de Garoña, con la condición de previa de mejorar sus instalaciones, es “difícil de entender”, y ha recordado que Garoña, inaugurada en 1970 y que permanece inactiva desde 2012, “ha superado con holgura su periodo de vida útil”.

“Además --ha añadido el Ejecutivo autonómico-- se trata de una central con una tecnología obsoleta, cuya aportación a la generación de energía es mínima”.

Por el contrario, ha advertido de que la reapertura de la planta, aun cuando en ella se realicen las mejoras reclamadas por el CSN, supondría “supone un riesgo innegable para la integridad de las miles de personas que viven en su alrededor, y para el medio ambiente”.

RECHAZO “MAYORITARIO”

El Gobierno vasco ha mostrado su “respaldo” al rechazo “mayoritario” de la ciudadanía vasca al reinicio de la actividad de Garoña. Además, se ha adherido a los numerosos pronunciamientos en favor del cierre de la planta realizados por las instituciones vascas.

El último de estos pronunciamientos se produjo la semana pasada en el Parlamento autonómico, donde los partidos vascos, con la excepción del PP, reclamaron una vez más la clausura definitiva de la central de Santa María de Garoña.

El Ejecutivo autonómico ha afirmado que la opción nuclear “no es en absoluto” su modelo de producción de energía. En su lugar, se ha mostrado partidario del uso de energías procedentes de fuentes renovables, con la utilización “eficiente” del gas natural en el periodo de transición de un modelo a otro.