El trámite de Hungría acaba en derrota
Derrota del BM Logroño en su desplazamiento a Hungría por 35-34 ante un Balatonfüredi que suma su primer triunfo en esta fase de grupos. El conjunto riojano fue durante muchos minutos por delante, pero acabó cediendo ante la falta de acierto en la recta final y la escasa intensidad defensiva de la segunda parte. Aun con todo, los franjivinos tuvieron el último ataque para empatar. El duelo poco importaba a efectos clasificatorios después de la victoria del Saint Raphael -rival con el que los franjivinos cierran la competición el próximo sábado en el Palacio- sobre el Fuchse Berlín del sábado. Por lo tanto Velasco, consciente de lo que había en juego, le dio el partido a Romeo, dando descanso a Hernández. No fue el único, ya que ni Garciandia ni Kukic jugaron. Minutos para David Cadarso, también para su hermano como central tras varios partidos sin jugar y para Fekete.
Sin duda, una gran oportunidad para el portero canterano. Y respondió con creces durante el primer tiempo, ya que en la segunda mitad se echó de menos alguna parada más (y eso que se llevó un balonazo en la cara nada más iniciarse el segundo período). Para la retina esa doble parada seguida a Semenov, con un mérito enorme para sacar el pie derecho tras el rechace. Sin duda, el choque en tierras húngaras ha servido para que el meta continúe evolucionando.
En cuanto al desarrollo del primer tiempo, el BM Logroño quiso imponer su ritmo, su velocidad. La fluidez en la elaboración funcionaba con Edu Cadarso en la dirección, secundado por un potente Junior Scott -dejó el duelo por un golpe pasado el minuto 20- y unos rápidos Muñoz e Ilic en los extremos. El Balatonfüredi anotaba con regularidad. No en vano, durante algo más de 8 minutos no se vio ninguna parada. En esa dinámica, como quiera que los franjivinos habían sacado iban por delante con rentas mínimas. Así, hasta el 6-6.
Bosz sustituía a Fazekas en la portería local y se convirtió en un auténtico muro. Parcial de 4-0 para los locales que se iban al 10-6 tras 12 minutos. Velasco no se volvió loco. Romeo detuvo algún balón y la defensa franjivina fue ganando enteros para que la diferencia se redujera a la máxima expresión. El 12-12 era una realidad tras 20 minutos. Ilic y Muñoz, en transiciones rápidas, así como Moreira, desde los 6 metros, hacían daño a un conjunto magiar que había perdido la chispa en ataque.
Por si fuera poco, Sánchez-Migallón, con dos goles seguidos (uno desde los 7 metros) propiciaba el 14-15. Con Balenciaga en pista no hubo variación en cuanto a meter velocidad al juego y aunque hubo un ligero atasco en el marcador, apenas se movió, al descanso se llegaba con el 15-16 después de que David Cadarso anotara desde el punto de penalti (Sánchez-Migallón había fallado uno previamente).
La segunda parte no varió la dinámica. Muchos goles, pocas paradas y constantes ida y vueltas. El BM Logroño llevaba la voz cantante, no en vano, siempre iba por delante. Eso sí, con mínimas diferencias. La máxima alegría fue el 23-25 y el 24-26. Con eso está todo dicho. David Cadarso, desde los 7 metros, Ilic (desde donde hiciera falta) y Del Arco eran los goleadores de los franjivinos.
En el Balatonfüredi, Mathe y Szita tenían a raya a los riojanos. Los empates de los húngaros obligaban a no fallar a los visitantes, por lo que cada vez que el gol no subía al marcador de los franjivinos, los locales intentaban recuperar el mando en el electrónico. Lo consiguieron en la parte final del encuentro, justo cuando acumuló errores el BM Logroño.
Mathe, cerró el choque con 10 dianas, colocaba el empate a 33 con algo más de tres minutos por jugarse. Del Arco fallaba a continuación y Kemeny adelantaba a los suyos con dos minutos escasos por disputarse. David Cadarso no atinaba desde el extremo, pero por fortuna, Ilic devolvía la igualada a 34 al recoger el rechace En la siguiente jugada Sánchez-Migallón se despedía el duelo al ver dos minutos, situación que aprovechó Mathe, desde los 7 metros, para el 35-34 con minuto y medio.
Ilic tuvo el empate, pero Fazekas se hizo muy grande. A los húngaros les valía con mantener la pelota, pero David Cadarso fue astuto al robarla y lanzar un contragolpe frenado por los locales, obligando a Velasco a pedir tiempo para cerrar el choque con un último ataque. El Balatonfüredi hizo su trabajo para evitar el lanzamiento y fue Del Arco, con el tiempo ya cumplido, el que tuvo la oportunidad de empatar ante la muralla local. Imposible.
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