Estamos de baja

Rioja2

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Según los resultados del estudio “Hábitos de los españoles ante la gripe estacional”, en los últimos tres años se han presentado casos de gripe en el 37% de los hogares españoles y más de la mitad (51%) de los entrevistados tuvo que faltar al trabajo como consecuencia de la enfermedad. El estudio revela asimismo que en el 86% de los casos es un miembro del hogar el que se hace cargo de los niños cuando éstos contraen el virus de la gripe, incluso faltando al trabajo (15%).

En la actualidad, la gripe estacional está considerada como uno de los principales problemas de salud pública, que afecta anualmente a entre el 5 y el 10% de los habitantes de grandes poblaciones1, siendo muchos de ellos parte de la población activa. Así, a los gastos sanitarios que representa el tratamiento de esta enfermedad se suman los costes derivados de las bajas laborales.

Y es que los costes laborales de la gripe estacional suponen cada año pérdidas cercanas a los 70 millones de horas de trabajo. Así y según el estudio “Impacto económico de la gripe en el medio laboral2, el coste estimado de la gripe 387,6 millones de euros –374,8 millones son cubiertos por las empresas y 12,8 por la Seguridad Social.

Según este mismo estudio, los costes sociales derivados de las epidemias de gripe y relacionados principalmente con las hospitalizaciones y el absentismo laboral ponen de manifiesto la importancia de esta afección en la economía española. La ausencia laboral, que incluye el acompañamiento en caso de enfermos pediátricos, supone un coste medio de 348 euros por paciente.

Los resultados también muestran que el virus de la gripe afecta en la misma medida a hombres y a mujeres, no siendo así en el caso de la edad, ya que los individuos de más edad tienen mayor riesgo de complicaciones tras la infección por el virus gripal. Del mismo modo, la duración del absentismo laboral se prolonga a medida que aumenta la edad de los pacientes.

PREVENIR, TRATAR, ALIVIAR

Los antivirales constituyen el mejor tratamiento para la gripe –moderan su intensidad y acortan el proceso gripal–. En paralelo, la vacunación es la práctica más extendida para la prevención. Antipiréticos, antigripales o analgésicos únicamente alivian los síntomas de la enfermedad.

La gripe es una enfermedad seria que, si no se trata, puede conllevar graves complicaciones. Sin embargo y a pesar de la opinión de los expertos, tan solo un 1% de los españoles considera que la gripe puede acarrear problemas mayores. Entre los más frecuentes se encuentran la otitis y la sinusitis, y otros como bronquitis, neumonía, exacerbaciones de asma y EPOC (enfermedad obstructiva pulmonar crónica). También se pueden mencionar enfermedades más infrecuentes, aunque graves, como encefalitis o complicaciones cardíacas.

Sin embargo, no siempre nos enfrentamos a la gripe de manera adecuada y solemos ocuparnos sólo de sus síntomas –fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, etc.-, olvidándonos de acudir al médico para obtener el tratamiento apropiado. “Además de la vacunación preventiva existen en la actualidad tratamientos antivirales, fármacos de prescripción médica que, administrados durante las primeras 48 horas de la aparición de la enfermedad, permiten moderar su intensidad, acortar el proceso gripal y reducir sus posibles complicaciones”, explica el Dr. José María Eiros, virólogo del Hospital Clínico Universitario de Valladolid.

Como ocurre con otras patologías, es importante acudir al médico tan pronto como se presenten los primeros síntomas. De hecho, la visita al médico fue la primera medida adoptada por el 65% de los afectados. La causa principal fue un profundo malestar (43%), fiebre alta (41%) y dolores excesivos (19%). La asistencia sanitaria ayuda no solo a diagnosticar correctamente la enfermedad diferenciándola de otras de sintomatología similar, sino a recibir la medicación más eficaz en cada caso.

A pesar de todo, Xavier Badia, director de Health Econonomics and Outcomes Research (HEOR) en IMS Health, afirma que a un elevado porcentaje de casos diagnosticados de gripe no se les prescribe tratamiento antiviral sino antibiótico (en más del 20%)2, lo que supone un mayor coste y una opción no siempre indicada para tratar una enfermedad vírica. Según estudios realizados anteriormente3, 4, esto se debe en parte a la expectativa del paciente a que se le recete un antibiótico, añadido al insuficiente tiempo de explicarle porqué no es necesario.

GRIPE Y RESFRIADO

No siempre es fácil diferenciar gripe y resfriado, si bien cada patología presenta síntomas propios y características indiscutibles. En este sentido, el 33% de los españoles identifican la intensidad y duración de la enfermedad como los rasgos que mejor distinguen a la gripe del resfriado. Además, y también en lo que a signos de distinción se refiere, un 31% destaca que la gripe provoca fiebre y un 18% considera que con la gripe se siente dolor.

La sintomatología de la gripe en el adulto es muy indicativa, ya que cursa con fiebre, tos, cefaleas, mialgias difusas y malestar general severo, que en época epidémica permiten un fácil reconocimiento de la enfermedad. Existen además varios parámetros que permiten distinguir las dos enfermedades.

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