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Fernández Bermejo repite en Justicia con el reto de modernizar esta Administración

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El nuevo ministro de Justicia en funciones, Mariano Fernández Bermejo, se enfrenta en la recién estrenada legislatura a importantes retos en su Departamento, como será la aplicación efectiva de una reforma de la Oficina Judicial que permita a la Justicia española superar su obsoleta situación actual y coordinar de forma efectiva su administración desde diferentes comunidades autónomas.

Su primer mandato, desde el 12 de febrero de 2007, estuvo marcado por la tramitación de las demandas de ilegalización contra PCTV y ANV, la reforma del Estatuto Fiscal -con la inclusión de la controvertida 'enmienda Bermejo'-, sus 'mediáticas' intervenciones en las Cortes y su gestión de la huelga que han mantenido los funcionarios de Justicia dependientes de su Departamento para conseguir una subida salarial.

Entre los principales retos a los que se enfrenta Fernández Bermejo al asumir de nuevo la cartera de Justicia se encuentra la reforma de la Oficina Judicial, un proyecto heredado de a etapa de Juan Fernando López Aguilar que cuenta con respaldo legislativo desde la última reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ) en 2004. La reforma busca renovar la estructura actual de los juzgados, introducir en ellos las nuevos tecnologías y superar así la mala imagen que entre los ciudadanos tiene la Administración de Justicia.

Además, el nuevo ministro de Justicia deberá liderar la reforma que se pretende realizar en el funcionamiento del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), con el fin de que sus vocales cesen cuando terminen su mandato y evitar así situaciones como la actual, con un órgano de gobierno de los jueces en funciones desde noviembre de 2006.

Otro de los proyectos claves de esta legislatura será una eventual reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal dirigida de dotar de mayor autonomía a los fiscales en la instrucción criminal; la más que posible especialización de los juzgados y tribunales de la Audiencia Nacional, un órgano que podría modificar sus actuales competencias; y la consolidación de nuevos órganos que han empezado hace poco su andadura, como los juzgados de lo Mercantil, y los especializados en desahucios.

La labor de Fernández Bermejo al frente de Justicia se ha caracterizado por el fuerte carácter de este fiscal de Carrera desde el mismo día de su nombramiento, el 12 de febrero de 2007, cuando, además de sugerir que el PP no había aceptado aún su derrota en las urnas, se refirió a la falta de “legitimidad” de un Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) cuyos vocales se encuentran en funciones desde noviembre de 2006.

Pese al desgaste que haya podido sufrir en el año y dos meses que lleva al frente de Justicia, siempre se ha dado por hecho que el abulense, con plaza de fiscal en el Tribunal Supremo, pudiera ser de los que repitieran en el caso de un segundo mandato de Rodríguez Zapatero, al haber sido elegido entonces por el presidente para liderar la renovación del CGPJ y la reforma de este órgano. Ahora, sin embargo, este encargo ha recaído ahora sobre el ex ministro de Defensa y nuevo portavoz socialista en el Congreso, José Antonio Alonso.

ESTATUTO FISCAL

Entre las acciones más importantes de Bermejo figuran la reforma del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal (EOMF), que ha permitido dotar de mayor independencia al fiscal general del Estado y a los miembros de este colectivo.

No obstante, la discusión de este asunto no estuvo falto de polémica por la introducción durante el trámite parlamentario de la denominada “enmienda Bermejo”, que introducía en el EOMF la doctrina constitucional sobre el peso que deben tener los informes del Consejo Fiscal en los nombramientos realizados por el fiscal general. Fue muy criticada desde sectores conservadores de la Carrera Fiscal, por entender que suponía 'ningunear' a este órgano consultivo.

Durante su mandato también destacaron la interposición por la Abogacía del Estado, ante la Sala del 61 del Tribunal Supremo, de diferentes iniciativas tendentes a evitar la presencia de sucesores de Batasuna en las urnas: primero contra ASB y contra algunas listas de ANV (de cara a los comicios municipales y autonómicos) y contra la totalidad de este partido y PCTV antes de las elecciones generales.

Durante los dos últimos meses y en plena campaña electoral, Fernández Bermejo se tuvo que enfrentar a una huelga indefinida de los funcionarios de Justicia no transferidos a las comunidades autónomas que sólo pudo solventar después de asumir personalmente la interlocución y negociar con los responsables sindicales de Servicios Públicos, obviando a los representantes de Justicia. La oferta que permitió el acuerdo incluyó una subida salarial de 190 euros mensuales, sólo 10 por debajo de las reclamaciones sindicales.

En pleno conflicto el ministro tuvo que afrontar que se diera a conocer a la opinión pública que se había gastado 250.000 euros en reformar el ático en el que vivía, ya que no reunía “las condiciones de dignidad imprescindibles”, según un documento de los Servicios Técnicos del Ministerio. En esta polémica se enfrentó con la ex ministra de Vivienda, María Antonia Trujillo, que ocupó el piso hasta julio de 2007 y le replicó que ella había dejado la vivienda “en perfecto estado”.

VERSOS Y PAISANAJES

Entre las declaraciones polémicas que ha realizado durante la legislatura también destacan las que dedicó en septiembre de 2007 al secretario general del PP, Ángel Acebes, cuando éste pidió su dimisión por no cumplir la Ley de Banderas. “¿Han pedido que yo dimita? ¡Cuénteme! ¿Quién ha sido?”, preguntó el ministro a un periodista que le solicitó su opinión sobre este asunto. “¡Ay Angelito! Pero ¿cómo va a pedir Angelito mi dimisión si somos paisanos”, ironizó.

Bermejo mostró su cara más imaginativa en mayo de 2007, cuando durante un Pleno del Senado escribió unos versos para felicitar al PP por su resultado en las elecciones autonómicas y municipales de Madrid: “Bonita foto en Madrid, hayan bien los triunfadores, mas para no hacer resultados, más allá de aquesta lid, a fuerza de audacia y desliz, es contar mal lo contado, y se vuelve en un pas pis, contra quien aquí ha ganado, y habiendo perdido allí resultará derrotado al final aquí y allí”.

Otra de las iniciativas destacadas de la legislatura fue su propuesta de eliminar las oposiciones como forma de acceso a las carreras judicial y fiscal en beneficio de los alumnos con mejores expedientes académicos. La propuesta, que no fue incluida en el programa electoral del PSOE, como había anunciado Bermejo, fue duramente contestada por el PP y buena parte de las asociaciones profesionales.

Fernández Bermejo, nació en Arenas de San Pedro (Avila), en 1948. Hasta su primer nombramiento como ministro y desde el 1 de julio de 2004, venía desempeñando el cargo de fiscal jefe de la Sala de la Sección Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo.

Ingresó en la Carrera Fiscal con el número 1, en marzo de 1974. A partir de junio de 1989 fue nombrado fiscal del Tribunal Supremo y desde julio de 1992 inició la función de fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad de Madrid hasta el año 2003, fecha en la que pasa a desempeñar el puesto de fiscal en la Sección de Contencioso-Administrativo de la Fiscalía del Supremo, órgano en el que permaneció hasta el momento de ser nombrado ministro, en febrero de 2007.

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