La radiografía más completa del enoturismo en Rioja
Rioja, el destino de España que recibe mayor número de visitas a bodegas, por encima de grandes regiones vinícolas del país. ¿Qué tiene esta tierra que no tienen las demás, más allá de sus excelentes vinos? Las respuestas son múltiples y se desarrollan en esta completa radiografía del enoturismo en la DOC Rioja.
Se trata del Monitor de Enoturismo de la DOC Rioja, una herramienta que, a través de un exhaustivo estudio realizado entre las 185 bodegas que ofrecen actividades enoturísticas y más de 600 encuestas a visitantes, ofrece una amplia visión de dónde estamos, cómo hemos llegado hasta aquí y hacia dónde vamos.
DOC RIOJA EN DATOS
600 bodegas embotelladoras
185 bodegas embotelladoras
14.800 viticultores
3 rutas del vino
El desarrollo de enoturismo en Rioja es un fenómeno reciente que se puede acotar aproximadamente en los últimos 15 años. De hecho, el mayor desarrollo de esta oferta se ha producido en los últimos tres. Actualmente, se registran en un año más de 810.000 visitas a bodegas, con una media de 7.500 visitantes al año por bodega. Algunas superan las 100.000 visitas al año y el 20% de ellas superan las 10.000.
Estas cifras han crecido un 43% en el último trienio. Mientras que en 2015 las vistitas registradas fueron 567.077, el pasado año la cifra había aumentado hasta las 810.476 anuales.
Pero, ¿cuál es el secreto de este éxito? Claudia Parra lo tiene claro. Es una de las turistas que visitan estos días la DOC Rioja. Ha venido desde Madrid con su pareja, siguiendo el consejo de algunos amigos. “Nos habían hablado mucho de esta zona de Rioja, una gran desconocida, y al llegar hemos entendido por qué”, cuenta, “porque además de encontrar excelentes vinos y bodegas centenarias y espectaculares, aquí hemos descubierto un paisaje único en el mundo y una gente tan abierta que te hace querer volver antes siquiera de irte”.
Los resultados del Monitor Enoturístico de la DOC le dan la razón. Los datos indican que más de la mitad de los visitantes llegan a Rioja y eligen las bodegas por recomendación de familiares y amigos y que la cultura que rodea al mundo del vino es uno de los principales atractivos. El grueso de las visitas tienen lugar en los meses de octubre, septiembre, abril y mayo.
Este crecimiento del enoturismo en Rioja conlleva además un importante impulso al crecimiento socioeconómico de la región. El impacto económico del enoturismo en toda la Denominación de Origen ascendió en 2018 a 166 millones de euros, de ellos, 55,3 millones se quedaron en las propias bodegas y 110,6 millones en otros sectores.
Cada visitante enoturista gasta una media de 176,6 euros al día. Si se tiene en cuenta que la estancia media es de 3,21 días por persona, la cifra de gasto por estancia asciende a 566,89 euros en total.
El precio medio de la visita a una bodega, incluyendo la cata de uno o dos vinos, asciende a 12,55 euros. Si la visita es premium, una opción que ofrecen el 75% de las bodegas, la cantidad asciende a 44,12 euros. La visita a una bodega con comida tradicional incluida tiene un precio medio de 49,89 euros, con tarifas que oscilan entre los 30 y los 105 euros.
La calidad de la asistencia turística tiene también mucho que ver en las buenas cifras de Rioja. El 85,3% de las personas que trabajan en atención enoturística en la DOC Rioja tienen estudios universitarios. El 93,7% de estas personas hablan inglés y el 40% francés.
Todas las bodegas monitorizadas cuentan con visitas a la bodega con degustación y venta de vino. Más del 65% organizan eventos y reuniones de empresa y más de la mitad ofertan también experiencias singulares y servicio de restauración bajo petición. Un 22% de las bodegas tienen salas de exposiciones, casi un 10% cuentan con alojamientos y un 3% ofrecen servicios de vinoterapia.
Todo esto hace de Rioja una de las regiones más visitadas del mundo. Si la comparativa la hacemos a nivel nacional, nuestra región enoturística se sitúa a la cabeza con gran diferencia respecto al resto.
Aspectos a mejorar
A pesar de los excelentes datos que arroja este estudio, hay una serie de aspectos que quedan marcados para posibles mejoras. Uno de ellos es el grado dispar de desarrollo del enoturismo en bodegas. Otro, la necesidad de acercar el vino de Rioja al consumidor ocasional y al público más joven. Para ello, se plantean nuevas líneas de trabajo para proyectar una imagen más fresca de nuestros vinos y bodegas, con la participación en eventos, la programación de actividades y el desarrollo de productos turísticos más experienciales ligados a los valores del territorio.
Otra asignatura pendiente de mejora es la apuesta por la sostenibilidad y la responsabilidad social y medioambiental de las bodegas.
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