“Las opciones eran convertirse al Islam, pagar dinero o salir de la ciudad”

El sacerdote Naim Shosandy, siro católico natural de Qaraqosh (norte de Irak) que tuvo que huir de su ciudad perseguido por el Estado Islámico, ha llamado este jueves en Logroño a ayudar a todos los cristianos iraquíes “para evitar que la Iglesia desaparezca” de aquel país.

Shosandy ofrecerá esta tarde el testimonio de su experiencia como exiliado primero y como refugiado en el Kurdistán después, durante la 'Noche de los Testigos', un encuentro de testimonios y oración organizado por la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada junto a la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño. Será a partir de las 20 horas en la Catedral de Santa María la Redonda.

El evento será presidido por el obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño, Carlos Manuel Escribano, y consistirá en una vigilia de oración, que contará con la exposición del Santísimo y testimonios de cristianos que han sido perseguidos por su fe, como el padre Naim Shosandy.

La Cruz de Mosul

El acto contará con la Cruz de Mosul, una cruz rescatada de una de las más de treinta iglesias y conventos atacados por los terroristas en el norte de Irak. Este objeto litúrgico, que presidirá el evento, ha sido adaptado por la artista Beatriz de Colmenares sobre una cruz más grande en la que se puede leer: “Amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen” (Mt 5, 44).

El sacerdote, que reside en España desde hace unos dos años, pero tiene la intención de volver a Irak, tuvo que huir en el año 2013 del Estado Islámico, cuando los yihadistas invadieron su pueblo, situado en la Llanura de Nínive, muy cerca de la ciudad de Mosul.

De este modo, se convirtió en uno de los más de 120.000 cristianos que tuvieron que huir del Estado Islámico en verano de 2014 en Mosul, segunda ciudad más importante de Irak, y la Llanura de Nínive, donde había diez pueblos de mayoría cristiana.

“Fue un momento muy duro”, ha relatado el padre Shosandy ante los medios de comunicación, y ha recordado que “las opciones que se daban eran convertirse al Islam, pagar dinero o salir de la ciudad”, de manera que “muchos dejaron atrás todas sus cosas”, para salir rumbo al Kurdistán, al norte del país, “pero no perdieron la fe en ningún momento”.

Ha señalado, eso sí, que, en los primeros momentos del exilio, sobre todo, “la gente tenía miedo, porque el Daesh estaba muy cerca, se preguntaban la razón de que todo eso estuviera sucediendo, cuando llevaban mucho tiempo viviendo junto con los musulmanes sin problemas”.

Al llegar a su destino, “se vivieron momentos muy difíciles, faltaba comida, faltaban medicinas, y, sobre todo, faltaba derecho a la vida y el derecho a la libertad para vivir la religión”. Con todo, ha afirmado, “la fe era cada día más fuerte, Dios estaba con nosotros”.

Tras tres años refugiados en el Kurdistán, se produjo la liberación de Mosul y su entorno. Sin embargo, las cosas no mejoraron para los cristianos, porque “se han encontrado con que no tienen nada, han robado sus cosas, quemado sus casas, y también las Iglesias”.

Se calcula que hay más de 13.000 casas destruidas y 360 propiedades de la Iglesia como colegios, centros parroquiales, conventos, templos y orfanatos también derruidos. “Y a pesar de todo, en medio del dolor, hemos sido capaces de perdonar”, ha afirmado el padre Shosandy, que sufrió el asesinato de uno de sus hermanos a manos yuhadistas.

Por eso, la fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada “está trabajando para reconstruir estas zonas y que los cristianos de Irak puedan volver pronto a sus hogares tras más de tres años desplazados y refugiados, ahora que Daesh ha sido vencido”.

Como ha señalado el delegado de la zona norte de la fundación, Carlos Tortosa, “queremos ayudar para que todos los cristianos de la zona puedan volver a sus casas, que están devastadas, y que, de esta manera, el cristianismo no desaparezca de Irak”.

Además de en Logroño, la vigilia de la 'Noche de los Testigos' tendrá lugar en otras ciudades en los próximos días como Madrid, el día 11 de mayo; Vitoria, el 24 de mayo; y Barcelona, el 25 de mayo.