Los vecinos de Madre de Dios piden formas más respetuosas de diversión que las novatadas

Los vecinos de Madre de Dios piden formas más respetuosas de diversión que las novatadas

Rioja2

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En los próximos días vamos a asistir a una nueva edición de las novatadas en la universidad. La Asociación de Vecinos de Madre de Dios ha recordado que se trata de “una actividad prohibida y negada que, sin embargo, se repite año tras año con un saldo de diversión y entretenimiento pero, también de suciedad e incivismo, al igual que sucede en otros acontecimientos festivos”.

Desde la Comisión de convivencia del Barrio Madre de Dios se han propuesto abordar esta realidad desde una mirada crítica y autocrítica que nos permita mejorar a todas, partiendo del reconocimiento mutuo y de la confianza.

“No se trata de una visión naif. Antes al contrario, se trata de una opción que parte de evidenciar el fracaso de las formas que nos han traído hasta aquí. Formas que se limitan a hacer culpables a los jóvenes ignorando la responsabilidad social y el hecho evidente de que, siendo nuestros hijos, algo tendremos que ver”.

Las imágenes que dejaron las novatadas del año pasado “no pueden pasar desapercibidas para cualquier ciudadano y menos para quienes vivimos en los barrios aledaños”. Para estos vecinos, “fueron una muestra de claro incivismo, de suciedad y de prácticas vejatorias” y no quieren que se repitan.

Por eso, buscan con insistencia espacios para ponerlo de manifiesto y hablarlo “mirándonos de frente”. “No desde la superioridad adulta que adoctrina y represente, sino desde el reconocimiento mutuo como miembros de una comunidad que quiere abordar conjuntamente sus normas de convivencia”.

Explican que llevan ya varios años de experiencias, en los que han podido hablar con diferentes partes implicadas (estudiantes, ayuntamiento, universidad, asociaciones, instituciones de la zona...) y han constatado acuerdos y discrepancias. Han visto el rechazo que produce las consecuencias de “la fiesta” y también la dificultad para cambiar prácticas sociales muy arraigadas que “obviamente no aparecen en la población juvenil por generación espontánea y al margen de las corrientes sociales dominantes”.

Así, quieren manifestar, por un lado, su malestar ante prácticas y formas de comportamiento que creen imprescindible cambiar. Y por otro, su confianza tanto en los jóvenes y su capacidad para descubrir formas de diversión más respetuosas con el entorno físico y social, como en el resto de instituciones, organizaciones y personas, cuyo empeño en el diálogo y el respeto, abre nuevas vías para el encuentro y la convivencia.

Confían en que este camino produzca avances significativos, aunque no dé lugar “soluciones” inmediatas. “Es todo un conjunto de prácticas sociales fraguadas durante años lo que hay que cambiar y esos cambios ni son rápidos, ni se pueden imponer”.

Los cambios que quieren, “en la medida en que tienen que ver con la empatía, con la responsabilidad colectiva, con lo común, solo pueden producirse desde el diálogo, el reconocimiento del otro/a, la responsabilidad colectiva y la confianza”.

En ello están trabajando y para ello solicitan la colaboración de toda la sociedad, desde las personas y las familias a las instituciones y organizaciones sociales, porque “es responsabilidad de todos/as avanzar hacia formas de convivencia más respetuosas, integradoras y cívicas”.

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