Luz verde para el plan de ajuste griego

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Primera noticia positiva de esta semana para el primer ministro griego Yorgos Papandréu, que superó la pasada noche una crucial moción de confianza en unos momentos en que su Gobierno está bajo enormes presiones opuestas de los mercados y de los ciudadanos griegos ante la gravísima crisis financiera y económica que atraviesa el país.

La votación, que se celebró al filo de la medianoche de este martes - miércoles, ha salido adelante por 155 votos sobre 298, lo que significa que finalmente Papendréu ha sido respaldado por todos los diputados del Pasok, el partido socialdemócrata en el poder, a pesar a pesar de que los nuevos planes de ajuste abrieron grietas en el seno. Toda la oposición ha votado en contra (143 votos), excepto dos diputados que se han ausentado.

Papandréu ha insistido en que el Parlamento heleno aprobará antes de final de junio el nuevo plan de ajuste que el país necesita para recibir la ayuda del Eurogrupo y del Fondo Monetario Internacional (FMI) y evitar así la bancarrota.

Objetivo: evitar la quiebra

Papandréu y su nuevo titular de Finanzas, Evangelos Venizelos, tienen por delante una carrera de obstáculos y contra el reloj para eludir la quiebra. Superada la moción de confianza, este mismo miércoles el Gobierno ha convocado una reunión del Consejo de Ministros en la que espera aprobar el armazón legal necesario para aplicar el nuevo paquete de recortes.

El segundo reto consiste en lograr que el Parlamento apruebe antes de finales de mes el nuevo plan de austeridad que los países del euro y el FMI reclaman a Grecia para entregarle el quinto tramo, por importe de 12.000 millones de euros, del programa de rescate aprobado hace más de un año por un total de 110.000 millones.

Los fondos del quinto tramo son imprescindibles para que Grecia pueda atender sus pagos más urgentes y para que la Unión Europea y el FMI tengan tiempo de poner en pie un segundo plan de rescate por un importe de entre 90.000 y 120.000 millones de euros.

La oposición comprende los recortes

El nuevo plan de ajuste griego, con el que se esperan ahorrar 78.000 millones hasta 2015, incluye subidas de impuestos, cierre de empresas estatales, privatizaciones, despidos y reducción de sueldos y pensiones. Ese conjunto de medidas ha levantado las protestas de los sindicatos y del millón de desempleados (un 15,9%) del país.

Venizelos ha asegurado que los dos partidos de la oposición conservadora griega están dispuestos a no boicotear la adopción de las nuevas medidas, aunque tampoco las apoyarán. “Coincidimos al menos en que yo vaya el 3 de julio al Eurogrupo con el paquete de medidas a medio plazo ya aprobado por el Parlamento”, ha dicho antes de la votación.

Indignados a las puertas del Parlamento

En el exterior del Parlamento, decenas de miles de personas, convocadas por el movimiento de los indignados y por las centrales sindicales, demostraban su “no confianza” a los planes “euroliberales” de Papandréu. Los manifestantes, alrededor de 20.000 según los principales medios de comunicación griegos, no consiguieron rodear el edificio del Parlamento, como tenían previsto, por el despliegue policial, que creó auténticas “zonas muertas”, libres de tráfico de vehículos y peatones, para garantizar el acceso de los diputados a la Cámara.

También protestaron los funcionarios públicos que ven peligrar sus puestos de trabajo a raíz de las previstas privatizaciones, está previsto que pierdan su empleo 150.000 de los 700.000 existentes, así como los empresarios y comerciantes que no tienen trabajo, y los asalariados y jubilados que sufrirán nuevos recortes en sus ingresos.

Durante los próximos diez días, los sindicatos han anunciado diversas jornadas de protestas hasta que se someta a votación el paquete de nuevas medidas. Se sumarán a las acciones de los empleados de la empresa de electricidad que ya llevan a cabo apagones por horas en diversas ciudades del país.

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