Nobel de Medicina a la biología del cáncer
El Nobel lo comparten este año tres investigadores que han resuelto “un problema clave en el campo de la biología: cómo los cromosomas se copian completamente durante la división celular y cómo se protegen de la degradación”. Los galardonados han mostrado que la solución está al final de los cromosomas: los telómeros, en la enzima que se forma en ellos, la telomerasa.
Las largas moléculas de ADN que portan los genes están agrupadas en cromosomas. Los telómeros están situados en sus extremos. Elizabeth Blackburn y Jack Szostak descubrieron que una única secuencia de ADN en los telómeros protege al cromosoma. Carol Greider y Elizabeth Blackburn identificaron la telomerasa. Estos hallazgos explican cómo los extremos de los cromosomas están protegidos por los telómeros y la telomerasa.
Si los telómeros se acortan, las células envejecen. Si, por el contrario, la actividad de la telomerasa es alta, se retrasa el envejecimiento celular. Es el caso de las células cancerígenas (que no mueren cuando deben, desviándose de la apoptosis o muerte celular programada).
En otras enfermedades hereditarias, una alteración en el funcionamiento de la telomerasa tiene como resultado daños en las células. El premio se ha concedido para reconocer el descubrimiento de “un mecanismo fundamental de la célula, un hallazgo que ha estimulado el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas”.
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