Phoenix recupera la normalidad tras el paso de la gran tormenta de arena
Casi 10.000 ciudadanos, la mayor parte residentes en Arizona, se quedaron sin flujo eléctrico en sus hogares. Phoenix se cubrió a plena de luz del día de una nube de arena desértica que dejó en penumbra toda la ciudad afectando no sólo a la electricidad sino a la conducción por las circunvalaciones de la capital o incluso impidiendo caminar por sus calles. El tránsito de vehículos en el interior de la ciudad también quedó suspendido y no sólo porque no funcionaran los semáforos sino por los fuertes vientos que convertían los pequeños granos de arena en una suerte de perdigones de polvo.
Los cortes eléctricos han ido a menos en las últimas horas y los ciudadanos vuelven de nuevo a sus trabajos y a circular con normalidad por el extrarradio, toda vez que los paneles de tráfico ya no alertan del peligro de no mantener una distancia más que prudencial por una falta de visibilidad total en las jornadas anteriores.
Sin embargo, la peor parte de una de las tormentas de arena más espectaculares que se recuerdan en Arizona se la llevó el tráfico aéreo suspendido con las principales ciudades del país. Durante varios horas, el aeropuerto de Phoenix permaneció cerrado al tráfico, mientras que ahora la amenaza principal en el estado son las tormentas eléctricas severas que ha anunciado el Servicio Nacional de Meteorología. Por otro lado, la nube de polvo se dirige hacia otros estados del norte del país.
Comúnmente a este tipo de fenómenos se le conoce con el nombre árabe de “haboob”, puesto que es las tormentas de arena son propias de lugares desérticos, muchos de ellos en países árabes.
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