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Restaurantes y bares apuestan por el servicio a domicilio para capear esta crisis y como vía de futuro

Restaurantes y bares apuestan por el servicio a domicilio para capear esta crisis y como vía de futuro

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El sector de la hostelería y la restauración riojana apuesta en esta transición a la denominada 'nueva normalidad' por otras modalidades de atención a sus clientes como el servicio a domicilio o 'delivery' y la recogida de los pedidos en el propio local.

Muchos locales siguen inmersos en un mar de dudas sobre la conveniencia de abrir sus puertas en estas fases de desescalada en las que ya se van permitiendo acciones como la recogida de productos en los establecimientos o la apertura de terrazas. De hecho, no son pocos los que han decidido, de momento, seguir cerrados.

Y otros han optado por reinventarse o flexibilizar su oferta para mantener actividad, optando por este tipo de servicios a domicilio que cada vez son más demandados.

Uno de estos restaurantes que ahora ofrece la posibilidad de disfrutar de sus mejores menús en nuestra propia casa es La Cocina de Ramón. Su propietario, Ramón Piñeiro, comenzó a mediados de abrir a ofrecer este servicio “por necesidad” y por petición de algunos clientes habituales que demandaban algunas de sus especialidades. “Tenía el permiso y me dije 'venga, vamos a hacerlo'”, explica el chef.

Además, ve un nicho de mercado de aquellos clientes que buscan otro tipo de productos en la comida a domicilio, “no solo comida rápida, digamos, sino una menestra, unas pochas, un buen pescado del día, verduras frescas, nuestras gyozas de cordero...”

La experiencia, por el momento, es buena. “La gente está respondiendo más o menos bien. Los primeros días había pocas llamadas, pero ahora tenemos desde hijos que querían regalar una buena comida a sus madres en el Día de la Madre a gente que pide un menú para regalar, también clientes habituales... Gente que se quiere seguir dando un homenaje y así se lo puede dar en casa, con productos de calidad”, cuenta.

En su menú, de 25 euros si se recoge en el local (la entrega a domicilio tiene un coste de 7 euros), hay desde croquetas caseras a alcachofas o espárragos frescos, pasando por otras especialidades como el bacalao ajoarriero, el rodaballo salvaje asado, las carrilleras de ternera, las patitas o la paletilla de cordero asada. Sin olvidar postres como la tarta de queso, el flan casero o el brownie de chocolate con nueces.

“También doy fuera de carta. Me llaman, por ejemplo, para preparar un arroz con bogavante para el domingo o para otras cosas de cara a una celebración familiar... Creo que el mensaje ha calado, que la gente ve que puede tener un menú de calidad y a buen precio en su casa”, explica Piñeiro.

Por el momento, él se ocupa de todos los pedidos, aunque su idea es “ir levantando poco a poco el ERTE a la gente”. “Es una locura y el alquiler sigue, las rentas, los impuestos...”, reconoce, reiterando su apuesta de “seguir dando servicio a los clientes”, aunque no pueda ser todavía dentro del restaurante.

“El COVID-19 nos ha privado de lo que más valoramos: gozar junto a nuestros clientes”

Otro de los establecimientos que ha apostado por el reparto de domicilio es La Arrancadilla. “El COVID-19 nos ha privado de lo que más valoramos: gozar junto a nuestros clientes. Pero también ha acelerado la transformación digital que muchos nos planteábamos como el futuro del negocio. El reparto a domicilio o ‘delivery’ siempre había sido uno de nuestros objetivos, pero el virus nos lo plantea definitivamente como una opción para luchar por nuestro futuro”, explican desde este local.

“Entendemos que esto no es sólo una forma de seguir adelante: para nosotros es una reapertura, un giro en nuestra forma de entender la cocina. Queremos revolucionar el delivery: no llevar sólo nuestros productos a nuestros clientes, sino que La Arrancadilla entera entre en las casas”, añaden.

Y proponen hacerlo “proponiendo a los clientes que entren en el juego de La Arrancadilla terminando ellos mismos los platos, buscando su toque, dando sus propios matices a nuestra cocina”. “No observamos el delivery como una moda, sino como otra forma de entender nuestra propuesta. Por eso hemos invertido en un reparto y consumo sostenible, con productos respetuosos con el medio ambiente”, aseguran desde el establecimiento logroñés.

La Arrancadilla también forma parte de la iniciativa Adopta un Bar, que engloba a más de 1.400 bares y restaurantes de toda España y en la que el cliente puede pagar por adelantado por los productos y beneficiarse además de descuentos “para que los bares que tengamos esa liquidez necesaria para los alquileres de nuestros locales y, sobre todo, los sueldos de aquellos que hacen posible la gastronomía local”.

“Así, en cuanto acabe la cuarentena, el cliente podrá visitar La Arrancadilla cuando quiera para gozar de lo que haya comprado con antelación a través de Adopta un Bar. Ellos nos ayudan a tener ese ‘cash’ necesario para sobrevivir ahora y nosotros, a cambio, les ofrecemos nuestros productos a un precio más bajo del habitual. ¡Todos ganamos!”, explican desde este local.

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