Ríos de vino cubrirán el camino a los Riscos de Bilibio
Haro está listo para dar comienzo a la batalla. Durante la mañana del 29 de junio, día de San Pedro, miles de litros de vino se verterán por las laderas de los Riscos de Bilibio en una cruenta lucha que dejará la piel y la ropa de todos los participantes moradas. La Batalla del Vino está apunto de empezar.
Los Riscos de Bilibio son el lugar elegido para tremenda lucha. Un poco antes de las siete de la mañana los vecinos y visitantes de la ciudad de Haro comenzarán la subida a los Riscos ataviados con el uniforme de las fiestas: ropa blanca y un pañuelo rojo al cuello. Una vez llegados a lo alto comenzará la Batalla. Todo sirve: botellas, calderos, pistolas de agua, sulfatadoras, bolsas, globos y demás artilugios que sirvan a los participantes para contener durante unos segundos el vino que arrojarán a sus contrincantes. En este combate todo está permitido. El objetivo de la Batalla: ponerse morados, literalmente. Aquel que pretenda llegar a la cima con la ropa blanca, inmaculada, lo tiene crudo. Afincados a ambos lados del camino, los más guerreros se encargarán de duchar en vino a todos los que osen pasar.
Mientras la batalla llega a su punto más alto, el regidor síndico de la ciudad, que tiene el mando durante las fiestas, abrirá comitiva a caballo hasta llegar a la ermita de San Felices de Bilibio, donde tras colocar el pendón en lo más alto de las peñas se celebrará una misa.
Cuenta la tradición que los pleitos con Miranda de Ebro por la posesión de la zona de los Montes Obarenes les llevaron primero hasta Alfonso VI “el Bravo” para que dictara sentencia; al no ser ésta muy resolutiva, en 1176 acudieron al rey Alfonso VIII “el Noble”, quien tampoco solucionó el problema. Fue Fernando III “el Santo” el que puso solución a la disputa en la Carta Ejecutoria de 1237, gracias a la cual en 1290 se dictó la sentencia por la que se determinaba que si los habitantes de Haro no acudían cada 29 de junio a los Riscos de Bilibio y colgaban el pendón morado de la villa en lo más alto de la peña los montes y pasos pasarían estos a ser propiedad de Miranda de Ebro. Los primeros documentos que se encuentran de 1462, ya hablan de una romería que se celebraba a los Riscos de Bilibio con motivo de lo antes mencionado.
Pese a que todo apunta a que es este el motivo por el cual se celebra la Batalla del Vino parece que la relación es meramente simbólica ya que no es hasta principios del siglo XX cuando se habla de una batalla en la que los participantes se dedicaban a arrojar vino a los demás. En 1932 aparece una poesía en el periódico de Haro, San Pedro, en la que se describe cómo unos cuantos se tiraba vino a la gente, motivo por el cual muchas mujeres ya no querían subir a los Riscos en este día. En 1949 esta guerra tan peculiar recibe ya el nombre que luce actualmente: Batalla del Vino, convirtiéndose posteriormente en una fiesta de interés turístico nacional.
Este lunes miles de madrugadores se congregarán en los Riscos de Bilibio a eso de las siete de la mañana para dar rienda suelta a la batalla y ducharse en jugo de uva en una peculiar y multidinaria batalla que se ha hecho tan popular y a la que acuden gentes de todos los rincones del mundo.
Después, con las ropas empapadas en la bebida típica de La Rioja, acudirán a los alrededores a secar sus vestimentas. Posteriormente, y tras dar buena cuenta de un sabroso almuerzo a base de caracoles, volverán en romería a las calles de Haro donde se celebran las populares “Vueltas” al rededor del templete de la música de la plaza de la Paz.
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