Con la moderación y templanza que les caracterizan, políticos y periodistas nos advierten de la llegada de las siete plagas si no les hacemos caso.
¿Una huelga? ¡Eso es una catástrofe!
Esperanza Aguirre sostiene que una huelga general –de las que ha habido unas cuantas en la historia de la democracia, y no sólo de este país– debería ser declarada ilegal por ser de intención política. La Constitución dice que “se reconoce el derecho a la huelga de los trabajadores para la defensa de sus intereses”. Bah, la Constitución, donde esté un real decreto aprobado en marzo de 1977 que se quite la Carta Magna que vino después.
La Constitución es sagrada para algunas cosas y para otras..., bueno, una molestia que alguien tendría que controlar con una ley.
La idea expresada por ministros del Gobierno de Rajoy de que la huelga es contraproducente y negativa para la economía española es plenamente coherente con una tendencia habitual en el siglo XIX y XX: cada conquista social sólo era el anuncio de una catástrofe, como nos recordaba esta ya célebre viñeta de Lefty Cartoons de 2009:
1842. Si los trabajadores pueden declararse en huelga, ninguna empresa podrá sobrevivir.
1887. ¿Pagar un dólar por un día de trabajo? Ya puestos podría prender fuego a mi empresa.
1912. Las muertes de trabajadores son algo trágico pero las leyes contra la explotación en el trabajo serían la sentencia de muerte para la industria en EEUU.
1915. ¿Cuándo no se ha podido despedir a los trabajadores por afiliarse a un sindicato?
1924. Prohibir el trabajo infantil destruiría la economía.
1938. No podemos tener una semana de 40 horas. Si lo hacemos, no habra empleados a los que contratar.
1964. ¿Pagar el mismo salario a mujeres y negros? Las empresas no pueden sobrevivir si las leyes del Gobierno nos estrangulan.
1970. Las leyes de seguridad en el trabajo son una fórmula para el desempleo masivo.
Ahora. Si se aprueban las nuevas leyes laborales, ¡las empresas están condenadas!
Sobre este blog
Con la moderación y templanza que les caracterizan, políticos y periodistas nos advierten de la llegada de las siete plagas si no les hacemos caso.