247 euros por un permiso para talar un árbol derribado por Filomena que ya había retirado un jardinero
Yolanda Cabrero se acuerda bien de la tormenta Filomena que anegó de nieve y hielo la capital el pasado mes de enero. Esta vecina de Chamartín vio como un almendro de grandes dimensiones se derrumbaba frente a la casa de sus padres bloqueando el tránsito dentro de la finca privada. Casi dos meses después de la nevada y tras insistentes llamadas al Ayuntamiento de Madrid para ver cómo procedían con el árbol muerto, pagó 350 euros de su bolsillo a un jardinero privado para resolver el entuerto y comunicó a la administración que lo haría, según la versión que ha relatado a elDiario.es. Cuál fue la sorpresa cuando, ocho meses después del temporal, recibió una notificación oficial del Ayuntamiento que le pide 247,60 euros por el permiso de tala. Se trata de la “liquidación por la tramitación de la licencia urbanística por procedimiento ordinario de OC tala de árboles”, según figura en resolución emitida el pasado 2 de agosto por la Junta de Distrito de Chamartín, a la que ha accedido elDiario.es.
“Las soluciones eran cero. No me decían ni el procedimiento para poder hacerlo. Después de mucho investigar, supe que había que presentar una instancia general de que teníamos que proceder por circunstancias climatológicas adversas a retirar el árbol caído. Yo no he pedido un permiso para talar un árbol que me estorba sino que me he visto obligada a quitar un árbol muerto que se había derrumbado”, explica Cabrero. La factura por el almendro arrancado por el peso de la nieve le va a salir cara: unos 600 euros en total.
El área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, conocedora de la norma aunque no ha emitido la notificación, precisa que la administración no se hace cargo de las especies arbóreas de las fincas privadas en ningún caso. Corresponde, asegura una portavoz, a los propietarios de los terrenos asumir esa responsabilidad. Incluso en casos como el de Filomena.
Lo que tiene más dudoso encaje es si en las excepcionales circunstancias que se dan en este caso se debería cobrar una tasa como la que se paga cuando alguien solicita talar un árbol por cuestiones particulares, como una obra, por ejemplo. En fincas privadas los vecinos no pueden deshacerse de árboles a placer porque se trata de una acción que genera un daño ecológico, recuerdan desde el Gobierno municipal, que envió a una técnica en mayo, también para sorpresa de la vecina, a revisar el árbol que ya no existía. “Ahora en el Ayuntamiento me han recomendado que pague la tasa para no generar intereses de demora y lo recurra, pero insisto en que una cosa es talar y otra retirar”, dice Cabrero. Fuentes municipales sostienen que la vecina pidió el permiso y esta es la concesión.
El temporal Filomena dañó 800.000 árboles en calles y zonas verdes de la capital. Al menos el 10% son irrecuperables. El Consistorio se ha encargado de revisar todo el arbolado de vía pública. Los trabajos para rebrotar el patrimonio perdido todavía no se han completado y la ciudad tardará años en recomponerse a este nivel.
El Ayuntamiento desgranó hace un mes los primeros detalles sobre su plan de reforestación. Se plantarán 100.000 árboles desde este otoño y se tendrán en cuenta las recomendaciones del Consejo Asesor del Arbolado, constituido por acuerdo de los grupos municipales y formado solo por varones, que pasan por plantar especies como robles o encinas y hacerlo a tiempo.
El Gobierno de la capital aún espera las compensaciones asociadas a la declaración de Madrid como zona catastrófica tras el paso de Filomena. La corporación está revisando en las últimas semanas los gastos derivados de la gestión municipal que pueden reclamar al Estado tras un primer cálculo grueso de 1.400 millones, abultado según la oposición y el Gobierno, que después se redujo. “Lo que me molesta es que se dedican a decir que habrá ayudas, que van a ayudar por la situación excepcional y te dejan más tirado que una colilla. Si yo no quería talar el árbol, lo ha talado Filomena”, concluye Cabrero.
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