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ENTREVISTA | Portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid

Pepu Hernández: “Madrid ha solicitado pasar de fase para que se lo rechacen y tener un elemento más de confrontación”

El portavoz del grupo socialista en el Ayuntamiento de Madrid, Pepu Hernández. / Sandra Armada (GS)

Sofía Pérez Mendoza

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En medio del terremoto político y sanitario que está viviendo en Madrid, la palabra que más repite Pepu Hernández (Madrid, 1958), portavoz del grupo socialista en el Ayuntamiento, es “competición”. “No podemos estar compitiendo por quién puede salir antes de la desescalada”, critica el exseleccionador nacional de baloncesto, que atiende a eldiario.es unos minutos antes de que estallara la tormenta en la Comunidad de Madrid con la dimisión de la directora general de Salud Pública. Tras este episodio, Hernández volvió a conversar con este medio. Unas horas después, Sanidad comunicó a la Comunidad de Madrid que no podía pasar de momento a la fase 1. 

La actualidad manda. La Comunidad de Madrid ha vivido un terremoto político en las últimas horas con la salida de la directora de Salud Pública. El consejero de Sanidad ha reconocido que no estaba de acuerdo con solicitar el salto de fase. ¿Es prudente que el Gobierno de Madrid haya ido hacia adelante en estas circunstancias? 

Sin ninguna duda es una imprudencia y es una cuestión de competición en la que estamos metidos todos y la Comunidad entra en eso. Busca una directa confrontación. Sabe que el Gobierno no va a aceptar pasar de fase, pero la Comunidad lo ha presentado para que se lo rechacen y tener un elemento más de confrontación. [Unas horas después de la conversación se conoció la negativa de Sanidad]. Ha quedado descarado cuando ellos mismos no se ponen de acuerdo. Conocen la realidad y no la quieren asumir. Están jugando con la salud de los ciudadanos. Es una cuestión muy seria para que se enfoque de la manera que lo han hecho. Además, proyectan una debilidad y una indefinición en un momento muy delicado. 

¿Es posible un pacto en el Ayuntamiento de Madrid con la situación de confrontación a nivel nacional? 

Deberíamos intentar mantener estas cuestiones al margen. Estamos intentando llegar lo más cerca posible. Hablar de las cuestiones que son importantes y tratando de dejar al margen otros enfrentamientos. Yo he competido mucho pero ahora mismo no me apetece competir. Hay una escalada en la competición brutal. No podemos estar compitiendo sobre quién puede ser más faltón y salir antes de la desescalada. No tiene ningún sentido y puede afectar de manera importante. Los espectadores, en esta competición, están atónitos. Es el momento de la colaboración y de la cooperación entre las administraciones. De nada sirve actuar por tu cuenta. Cada cuestión tiene una influencia espectacular en la sociedad. Además, pienso que deberíamos plantearnos si Madrid necesita algo especial. Necesita un plan determinado con conjunto de la Comunidad y el Estado. ¿A qué se parece Madrid? No se parece a ninguna otra ciudad. La densidad de Madrid se repite en algunas zonas de Barcelona nada más. Igual hay que tratarla de una forma muy especial. 

El Ayuntamiento les presentó tres folios como documento para empezar a trabajar en un pacto de reconstrucción. ¿Eso significa que hay mucho margen para negociar? 

No sé si los debemos llamar pactos. O debemos llamarlos acuerdos. Los pactos los tiene el PP con Ciudadanos y con Vox. Mi grupo piensa que los acuerdos a los que lleguemos deben tener un alcance grande para que Madrid avance respecto a cómo estaba antes de la crisis. No volver a ese punto de partida que eran los pactos con Ciudadanos y Vox. Esta crisis ha dejado desnuda a la ciudad de Madrid. Ha revelado deficiencias estructurales. Hay que saber de dónde partíamos y hablar no solo de la resolución de una crisis sanitaria y social. Aquí la emergencia social y económica se está solapando. Y los primeros que caen son los que ya eran vulnerables. Nuestra propuesta es debatir sobre una estrategia de ciudad y que esto sirva para que las patas del estado del bienestar estén mucho más fundamentadas. 

En esta crisis, la popularidad del alcalde de Madrid ha crecido, sobre todo por que sus discursos se han alejado de la confrontación que es la máxima de otros dirigentes del PP, como la propia Díaz Ayuso. ¿Cree que Almeida sale reforzado?

No me hago ese planteamiento. No es el momento de la confrontación y en algunos aspectos el alcalde lo ha hecho bien. Están preocupados y ocupados por el tema. Nos hemos sentido escuchados. Otra cosa es que nuestras propuestas se lleven a la práctica. Algunas sí; otras sin respuesta o sin reconocimiento. Aunque tampoco lo esperamos. Creo que el Ayuntamiento está actuando con unos criterios más relajados que en otras ocasiones pero tiene determinadas salidas de pata de banco con críticas de repente al Gobierno de la nación o a Pedro Sánchez. Estamos reaccionando como el entrenador del lunes, que habla sobre la táctica cuando el partido ya se ha celebrado. Y le pediría al alcalde que fuera más comedido, que asumiera responsabilidades y que no actuara en determinados momentos como el jefe de la oposición de Madrid frente al Gobierno. Hay que tratar de aprovechar la situación para solucionar a largo plazo las deficiencias estructurales de Madrid. Madrid necesita muchos policías (decían que no se podían controlar los parques) o muchos trabajadores sociales, antes y ahora más. 

Más allá de sus discursos, ¿cómo valora su gestión, las decisiones que ha tomado o que ha dejado de tomar?

Él sin decirlo se está dejando guiar por el Ministerio de Sanidad. Algunas decisiones son coherentes con lo que se está pidiendo. Pero, en general, hemos percibido una falta de coordinación dentro del equipo de gobierno entre los partidos. Es peligroso ese mensaje de bicefalia. Hace falta líder en Madrid, que es el alcalde; una presidenta regional, que es Isabel Díaz Ayuso y un presidente nacional, que es Pedro Sánchez. Se necesitan apoyar pero que haya uno solo en línea. No puede haber dos líneas. Más allá de eso, nosotros dijimos que vamos a apoyar las cosas lógicas. Otro grupo ha dicho que vamos a apoyar todo. Y no, el PSOE apoyará las sensatas y oportunas. Recibí un varapalo del alcalde en aquel pleno por decirlo. Lealtad no es solo decir cosas bonitas sino también lo malo o mejorable. Entiendo las complicaciones en la toma de decisiones. Madrid es una ciudad con muchas aristas y no se puede contentar a todos. 

Comentaba la falta de coordinación en el Ayuntamiento. A diferencia de en la Comunidad, donde hay una pelea abierta entre PP y Ciudadanos, en el Consistorio no se han manifestado tantas disensiones, aunque es cierto que las competencias municipales en la pandemia son más limitadas.

Parece que es menos evidente ese disenso. Se nota menos, y es posible que sea por características determinadas, incluso hasta personales. Pueden tener más receptividad y no ver la necesidad de competir entre grupos que han firmado un acuerdo. En todo caso, el debate tiene que existir siempre. En nuestro grupo hay debate. Eso es una fortaleza. 

¿Cómo se explica que el alcalde de Madrid pida acabar con el estado de alarma pero a la vez mantenga la “prudencia” en la apertura de sus parques?

En general su criterio de pasitos pequeños me ha gustado. Si das uno grande, la recuperación puede ser más costosa. Pero creo que estas dos cosas a la vez no son compatibles. Apoyar el paso a la fase 1 es algo que parece contradictorio con su forma de actuar en la ciudad. Agradezco que quiera ir paso a paso, pero cuando le preguntan parece que siempre hay que apoyar a la presidenta. Y los mensajes de partido pueden desunir y crear un estado mayor de alarma. Insisto en que Madrid es un caso muy especial en la nación.  Si nos adelantamos mucho vamos a cometer errores. Si la economía va mal puede ir mucho peor. Pido que tengamos sosiego, calma y tranquilidad, incluso cuando nos apetezca entrar en esa dinámica. 

¿El anuncio de la peatonalización de un grupo de calles es síntoma de un cambio en las prioridades del gobierno municipal? Almeida llegó al Ayuntamiento defendiendo el uso del coche privado y el fin de Madrid Central. 

Hay que ir evolucionando con los tiempos. Pese a las posiciones iniciales sobre la movilidad, creo que ellos están adaptándose. No estaban motivados por esta filosofía de calidad del aire y puede que ahora tampoco. Pero las medidas de distanciamiento físico empuja a tomar estas decisiones. El Gobierno adujo que era una cuestión ideológica y ahora se ve que es una cuestión para mejorar Madrid. Bienvenido sea, puede ser un descubrimiento para ellos: un modelo distinto de ciudad con una movilidad más sostenible. 

¿Cómo valora el plan de movilidad? Afecta a 29 calles, pero solo los fines de semana. Algunas, además, eran ya peatonales antes del estado de alarma y no hay medidas para las bicicletas. 

Mejorar la movilidad debe ser mas que un deseo. Creo que la peatonalización debe ser más amplia y no solo los fines de semana. Además nos gustaría que las decisiones fueran de carácter permanente, no temporal, para dar espacio a la ciudadanía y crear una ciudad multicéntrica y que cada distrito tenía condiciones para ser vividos y no tenga que haber tantos desplazamientos. 

¿Cuáles son las medidas imprescindibles del PSOE para el pacto municipal?

Madrid tiene ahora una situación muy diferente y dudo de que los pactos anteriores, los de investidura, ya sean útiles. Los programas de cada partido no sirven para esta nueva visión de Madrid. Así que hay que plantearse muchas cosas, incluidos unos nuevos presupuestos. Debemos mejorar los servicios municipales de emergencia. Dotarlos de manos. Se está contando mucho con el voluntariado y las asociaciones de vecinos, a los que Vox llamó chiringuitos y que nos están sacando de muchos apuros, pero la situación no se va a poder mantener. Necesitamos planes integrales de barrio, aumentar el fondo de reequilibrio territorial (si la ciudad ya era desigual vamos a reequilibrarla) y reindustrializar nuestra ciudad. Los potenciales de Madrid en cultura, en hotelería y turismo son extraordinarios y volverán, pero no pongamos todos los huevos en la misma cesta. También habría que revisar que los servicios públicos estén en manos de contratistas o la brecha digital. Pienso: qué bien mis hijas siguiendo las clases con el ordenador, pero muchos chavales no pueden.  

Desde fuera cunde la sensación de que el PSOE se ha desdibujado como oposición en el Ayuntamiento. ¿Cambia la crisis del coronavirus las prioridades de su partido en el Consistorio?

Quizá tenemos menos visibilidad. Me ha llegado a preocupar a veces pero otras pienso que tiene que ser así. Más Madrid tiene 21 concejales y nosotros, 8. Además uno de nuestro concejales se ha ido a trabajar a Sanidad porque le han requerido. En todo caso no estamos dejando de trabajar. Creo que estamos haciendo nuestro trabajo sinceramente bien y no vamos a renunciar en la labor de control al Gobierno. A veces nos preguntan que qué estamos haciendo. Igual hay que comunicar mejor. Creo que no es tan importante quién hace las cosas sino que se hagan. Estamos aportando muchas propuestas y en esa línea de lealtad institucional. Aunque también creemos que hay que decir las cosas cuando no nos gustan. 

¿Mantiene la idea de quedarse los cuatro años al frente de la oposición?

Es mi compromiso. No sé como vendrán luego las circunstancias. No lo estoy pensando. En general pienso en el corto, el medio y el largo plazo independiente del tiempo que vaya a estar. No son cuestiones personales sino de trabajo en equipo. Y trato de reforzar esa idea. Los nombres me preocupan mucho menos. 

Almeida dijo que no se daban las “condiciones políticas” para votar a favor “mientras el gobierno no entienda que insultar al PP no es la vía más corta para llegar a un acuerdo”. ¿La abstención es por razones políticas y no sanitarias? 

Únicamente políticas. Es marcar territorios y diferencias. Decir: no pensamos como vosotros, aunque a lo mejor piensen igual. Me resulta muy extraño como ciudadano. Es volver a la competición por el día de mañana. Y deberíamos colaborar por el día de hoy, sin visión electoralista. Creo que mucha gente se está dando cuenta de esto, de que se está actuando por futuros de lo mío dejando de hablar de lo nuestro. 

El Gobierno se ha comprometido a dar más protagonismo a las comunidades autónomas en la gestión de la desescalada tras lograr el apoyo del PNV. ¿Sánchez debió escuchar más a los presidentes autonómicos? ¿Le está faltando diálogo a este gobierno? 

No puedo valorar el diálogo que se ha mantenido. Me parece que no puede ser real que no haya habido interlocución. Otra cosa es que tengan una interlocución directa con el presidente del Gobierno. Todo el mundo quiere tener la mejor y la más directa información y que se le adelanten cosas sobre las que, a lo mejor, no se ha llegado a un acuerdo. La comunicación efectivamente debería ser directa, y si no ha sido así lo siento mucho y debe corregirse. Todo es mejorable. La colaboración es muy importante y abogamos siempre por eso. Pero creo que siempre se va a quejar algún sector. 

Algunos socios están votando contra los decretos del Gobierno. ¿Es la coalición hoy un gobierno más débil que hace dos semanas?

Cualquier situación de estas dificultades afecta a cualquier tipo de gobierno. Se pueden plantear dudas y crear problemas donde no los hay por intereses de confrontación. Las cuestiones catalanas y partidistas no caben en este asunto. Ya habrá tiempo de debatirlas. Deberíamos estar concentrados en un mismo tema. Entiendo que hay otros que digan: vamos a aprovechar para que les pase factura o para crear sensación de inestabilidad política. Eso no nos lleva a buen término. En otros países esta emergencia brutal ha llevado a la oposición a adherirse inmediatamente al Gobierno, a cerrar filas. Yo no soy de adhesiones inquebrantables pero sí de apoyar. 

¿El apoyo de Ciudadanos a la prórroga del estado de alarma acerca al partido de Arrimadas al PSOE? 

No. Se acercan en una posición que creemos que es lógica. Yo agradezco esta posición de apoyo, pero posiblemente son cuestiones puntuales. No debemos extrapolarlas a otras. ¿Es un buen inicio tal vez para hablar de otras cosas? Ahora no echo de menos esas otras cosas. La actitud de Ciudadanos hoy es responsable. 

En Madrid, Ignacio Aguado ha tendido la mano al pacto con Ángel Gabilondo, y que fue rechazado por Ayuso.

Es una buena idea profundizar en la necesidad de crear alianzas más fuertes. No digo que tengan que ser duraderas. Es una forma de actuar ante los problemas. Es una cuestión que pide la ciudadanía. Por otro lado, ha creado distintos problemas en la formación Ciudadanos porque algunos estaban enrocados. Parecía una cuestión más personal que de partido. A veces los partidos mejoran cuando cambian. No creo que cambiar sea necesariamente una sensación de debilidad. La sensatez tiene que primar, aunar fuerzas es importante ahora. No sé en el futuro. 

¿Ve en el Ayuntamiento alguna posibilidad de acercamiento entre la oposición y Ciudadanos?

En este nuevo escenario ojalá contemos para todos con los acuerdos, pero no pactos. Podemos establecer muchos acuerdos y que los que se den entre PSOE y Ciudadanos significaran una debilidad del equipo de Gobierno. Yo no quiero debilidad en el Ayuntamiento de Madrid. Soy madrileño antes que representante de un partido político. La debilidad puede que no sea oportuna en este momento. Cuando todos podamos salir y relacionarnos, veremos. No debemos crear situaciones de debilidad ni en el Ayuntamiento, ni en la Comunidad ni en ninguna comunidad de España. Quiero fortaleza. Es una cuestión puntual, no estamos para otras cosas. 

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