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Expectativas y “promesas incumplidas” en el primer curso fallido de la escuela de cine de Vallecas

Diego, Marina y Steve, alumnos de la escuela Kourtrajmé de Vallecas, charlan con BêO Antarez, director, en una imagen de archivo. / Marta Maroto

Marta Maroto

23 de julio de 2022 22:44 h

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En el mes de febrero llegó a Madrid la prestigiosa escuela de cine Kourtrajmé, fundada en Francia por Ladj Ly, célebre por contar en ‘Los Miserables’ la realidad que vivía en el gueto parisino. La idea era (y es) ofrecer formación audiovisual a chavales de orígenes humildes y pocos recursos como él y democratizar el acceso a un sector con altos precios de entrada restringido a las clases sociales más altas. Pero la primera edición del curso en España, dirigido por BêO Antarez, ha acabado en fracaso.

Congoleño, criado en las mismas afueras deprimidas pero diversas de París, BêO Antarez, rapero y cineasta, fue el encargado de abrir las puertas de la academia Kourtrajmé en Vallecas. La escuela se instaló en el centro cultural ‘El Sitio de mi Recreo’, un espacio de cesión municipal. 22 alumnos seleccionados por su talento y ganas fueron repartidos en dos clases, una de guion y otra de dirección. El objetivo era sacar adelante dos proyectos de series de televisión y terminar junio con sus respectivos episodios piloto, que serían presentados a plataformas audiovisuales. 

Esta primera experiencia en Vallecas no ha resultado tan positiva como se esperaba, ni como las que se replicaron en otros lugares del mundo, como París, Marsella o Dakar, que han animado incluso a iniciar próximamente un nuevo proyecto en El Caribe. De hecho, la madrileña ha terminado de forma abrupta con el enfado de profesores y alumnos. A finales de mayo, solo tres estudiantes seguían participando en la iniciativa. 

“La estructura de la escuela en Madrid es muy débil, nos hemos encontrado con problemas materiales y económicos y yo creo que la gente se ha sentido engañada”, señala en conversación con elDiario.es uno de los alumnos, que reconoce las dificultades que enfrentan en su primer año los proyectos que empiezan de cero. 

Las razones del descontento se resumen en la poca claridad de la guía académica y la falta de material y de concreción en los presupuestos que se manejarían para preparar los episodios piloto. Día tras día, una comunicación poco transparente por parte de la dirección de la escuela en Madrid y la presión por cumplir con unas fechas muy ajustadas han ido acrecentando las tensiones internas, según describen los tres profesores y los cuatro alumnos con los que ha hablado este diario. 

“Se perdía mucho tiempo”

“Cada día llegabas a ver qué hacías y se perdía mucho tiempo”, reconoce un alumno de dirección. “Al mes de empezar las clases pedimos al director en Madrid un proyecto pedagógico y no había”, añade otro compañero, que habla de “promesas incumplidas”. A la inauguración del proyecto en Vallecas, según explican los profesores, acudieron representantes de Francia y durante unos días explicaron a los docentes los valores y el modo de enseñar de Kourtrajmé.

Sin embargo, tal y como reconocen desde la sede en París, “cada escuela es independiente” y cada territorio se especializa en un tipo de producto audiovisual. Un alumno de dirección ha señalado que no siempre se respetaban los horarios y que era común que se  improvisaran modificaciones de agenda que interrumpían la formación: “Se cambiaban los planes, muchas veces sin avisar y se cancelaban clases”. 

A esto se le añadía la presión de una fecha de entrega que ya era muy ajustada desde el inicio, porque al comenzar en febrero el curso académico se redujo a cinco meses. “En cinco semanas tenías que terminar un dossier exhaustivo del proyecto de entre 25 y 30 páginas, con gente cuya riqueza era que nunca había escrito nada”, ha señalado Antonio Martín, profesor de guion en la escuela. “Las fechas ya eran ajustadas para profesionales, pues imagínate para alguien sin experiencia”, continúa. 

Así, los alumnos con los que ha hablado este medio lamentan la falta de claridad sobre cómo hacer las cosas, el poco tiempo para desarrollar los proyectos y el escaso material del que disponían, en la primera edición de un curso que pretendía alcanzar la máxima calidad con los menores recursos. “No creo que la idea fuese que hiciésemos algo para Netflix con el material que había”, señala uno de los estudiantes. 

Pedro Gabriel Ruiz, docente voluntario de audiovisuales, fue quien prestó su propio material para que lo utilizaran los alumnos durante los meses de formación. Ruiz recuerda la experiencia en la escuela con “gran decepción y tristeza” y apunta que “los chavales no sabían con qué recursos contaban para elaborar los guiones”. 

“Evidentes fallos de comunicación”

Los “evidentes fallos de comunicación”, como han trasladado varios alumnos, llegaron a su punto álgido con la confusión sobre el presupuesto para los episodios piloto. “Se dijo que Netflix iba a dar soporte para realizar dos pilotos y que se dispondría de equipo y contrataciones”, comenta Ruiz. 

Por su parte, Martín comenta: “Hubo un momento de mucha tensión en el que los alumnos pidieron al director conocer el presupuesto y este dijo que sería de 10.000 euros. Sin embargo, a los dos días, tras ser preguntado de dónde saldría ese dinero, Antarez se retractó y dijo que él no había dado esa cifra”. Uno de los tres alumnos que se quedó en el proyecto hasta el final, comenta que esa cifra fue un rumor que corrió entre los alumnos, pero que no estaba confirmada. “Entendí que el dinero para los materiales vendría de Kourtrajmé Francia”, apunta. 

Preguntado por esta redacción, Antarez se ha remitido a las palabras de la dirección de París, a través de un correo electrónico en el que ha declinado participar en esta información. En una entrevista junto al director en Madrid, Amade Ly, hombre de confianza de Ladj Ly, confirmó que “cada escuela tiene un funcionamiento diferente y son autónomas en presupuesto y financiación”.  

Después de que la mayoría de los alumnos dejase de acudir a las clases, el encargado de dirección, Manuel Requena, que según sus palabras había sido despedido un mes antes de lo acordado, remitió una carta a la sede de Kourtrajmé en París. En este texto, al que ha tenido acceso elDiario.es, Requena expone su enfado y decepción: “Se ha hecho todo desde el principio amparado en una farsa”. 

Después de recibir esa carta, según ha informado Kourtrajmé Francia a elDiario.es, la dirección en París se reunió con el alumnado de Madrid y decidió suspender la actividad de la escuela. Para entonces ya solo quedaban trabajando tres alumnos con Antarez. A cambio, la grabación del piloto será retomada en septiembre con una mayor supervisión de la matriz. 

La escuela en Francia ha pedido “disculpas” y ha señalado que detrás de este enfado generalizado se encuentra la falta de apoyo que ha recibido Antarez en Madrid, quien ha montado todo el proyecto desde el principio. Ly ha explicado que “no está en cuestión que el proyecto no vaya a terminar”, en referencia al acuerdo alcanzado con los alumnos descontentos. En el futuro, ha apuntado, se valorará la continuidad de la marca Kourtrajmé en Madrid.  

Desde el área de Centros Juveniles del Ayuntamiento de Madrid, que gestiona el espacio cedido en Vallecas, aseguran por correo electrónico que los proyectos se evalúan cuando finalizan “con la organización, quien se encuentra en este momento en procesos de grabación”. De lo que se extrae que no han sido informados de que este proceso ha sido aplazado. 

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