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El PP pone en marcha la maquinaria para nombrar en los próximos días al sucesor de Cifuentes

El Gobierno y el PP nacional desembarcan en el Dos de Mayo para impulsar la remontada del PP de Madrid

Sofía Pérez Mendoza / José Precedo

La orden era dejar dormir la maquinaria hasta que pasara el trago amargo del Dos de Mayo. Con la fiesta regional superada, la dirección del PP quiere poner en marcha el proceso para tener “en la mayor brevedad” un nuevo presidente en Madrid y así “pasar página” cuanto antes. “Necesitamos un pegamento que reconstruya el jarrón”, decía en un corrillo un destacado dirigente popular. 

Con este calendario, la presidenta de la Asamblea de Madrid, Paloma Adrados, ha aprovechado los actos para anunciar que activa la ronda de contactos con los grupos parlamentarios. Entre mañana y pasado los convocará, asegura, para reunirse con ellos y tener un nombre con apoyo mayoritario en los primeros días de la semana que viene. Ciudadanos ya ha dejado claro en público y en privado que respaldará al candidato del PP porque fue “la fuerza más votada en 2015”, pese a que este miércoles PSOE y Podemos le han pedido una abstención que permita acometer una verdadera regeneración en la Comunidad bajo la presidencia de Ángel Gabilondo. 

En la bancada popular se impone la idea de que la investidura podría ser a finales de la próxima semana. “El jueves que viene habría pleno ordinario y creo que la idea es que vayamos ya directos al de investidura”, apunta una diputada. La última decisión, en todo caso, la tienen Mariano Rajoy y la dirección nacional, que reúne al Comité Ejecutivo el próximo lunes. “Ese día esperamos salir con algún input”, afirma uno de los dirigentes populares que ha estado en la Puerta del Sol. 

El Partido Popular sabía que este miércoles sería un día difícil. Con una nutrida presencia de altos cargos –Pablo Casado, Javier Maroto, María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría– han tratado de escenificar unidad, aunque la distancia entre la vicepresidenta y la secretaria general fue evidente. Llegaron a la sede del Gobierno regional en la Puerta del Sol separadas y no hicieron declaraciones ni participaron en los corrillos. Hicieron acto de presencia y se marcharon. Cada una por su lado. Cospedal, sola; Santamaría, acompañada del presidente en funciones, Ángel Garrido.

Casado, en ausencia de Cifuentes, ha sido uno de los grandes protagonistas de la jornada. El vicesecretario asegura que, con el despliegue de personalidades, el PP quiere demostrar su “apoyo institucional al Gobierno de la Comunidad de Madrid” y también “un apoyo de partido para empezar a reconstruir una alternativa ganadora de cara al año que viene”. Los nombres de los candidatos a la Comunidad y el Ayuntamiento en 2019, el siguiente salto mortal que debe afrontar el PP en los próximos meses, se conocerán pasado el verano.

Los populares hacen ver que las malas encuestas que se publican estos días y que sitúan en cabeza a Ciudadanos, son reversibles a más de un año de los comicios. 

Dos procesos, dos velocidades

Por lo pronto, el partido debe abordar dos procesos que ya se anticipan a dos velocidades: el primero y urgente, para designar a un presidente interino; y el segundo, con un objetivo: la recomposición de poder en el PP de Madrid, hundido tras los graves escándalos que sacuden a la organización. Ambos dependen de la larga mano de Génova, que la dirección nacional trata de vender como un gesto de generosidad y unidad: “Estamos volcados en esto”, ha dicho Casado, como si haber designado a Cifuentes primero como candidata a la Comunidad y después como presidenta del partido no hubiese sido una decisión personal de Rajoy.  

El presidente en funciones, Ángel Garrido, que no se refirió a la crisis en Madrid durante su discurso del Dos de Mayo, sí dio alguna pista más sobre el proceso que se abre durante su primera entrevista desde que asumió el cargo, concedida a Telemadrid. El jefe del Ejecutivo en este periodo de transición hasta que haya investidura se muestra confiado en que la dirección nacional del PP tomará decisiones “en los próximos días” sobre el Gobierno de la Comunidad.

El que ha sido mano derecha de Cristina Cifuentes en los últimos tres años de momento se deja querer. Asegura que estará a lo que diga el PP y descarta que la cercanía a la expresidenta le deslegitime para el nuevo tiempo que se abre. “Haber sido leal a una persona no te incapacita sino que te refuerza para trabajar con otra persona o con otro proyecto”. Garrido se aleja de “los proyectos personalistas”, dice que el PP nunca los ha tenido y aboga por “los proyectos colectivos, que son los que merecen la pena”. 

Cuando se le preguntó por la fórmula que prefiere para el futuro y si debe ser una misma persona la que cope la presidencia del PP y la de la Comunidad, respondió: “En este momento será mejor aprovechar todos los recursos, también los humanos”, deslizando la posibilidad de que se dé una bicefalia que también ponen en valor algunos diputados como receta con buenos resultados en el pasado. “Recordamos el tándem Pío García Escudero - Esperanza Aguirre. Fue bien”, apuntan. 

Según van cayendo los días en el calendario, la ensalada de nombres se ensancha. Entre los que han salido este miércoles en los corrillos destacan, además del propio Garrido, el expresidente del Consejo Superior de Deportes Juan Antonio Gómez-Angulo y dos consejeros: Rosalía Gonzalo (de Transportes) y Carlos Izquierdo (de Políticas Sociales). También ha entrado en las quinielas el diputado Alfonso Serrano, un hombre de partido cercano a Martínez Maillo al que muchos ven con capacidad para intervenir en las decisiones relacionadas con la ejecutiva regional. 

Algunos consejeros y los diputados del PP se han instalado en la tesis de que no tendría sentido que Génova escogiera a un miembro del Gobierno que no fuera Ángel Garrido. “Para un año que queda, qué sentido tiene que sea Rosalía o Carlos. Garrido ha estado en todas las decisiones, tiene el Gobierno en la cabeza”, afirmaba una diputada en los canapés.

El objetivo es tapar cuanto antes el agujero para seguir vendiendo el proyecto hasta el desembarco de un candidato o candidata fuerte que permita levantar las encuestas. “Como falle Madrid, tenemos un problema. Por eso estamos volcados en Madrid”, apunta un miembro de la dirección nacional del partido, que admite que en los próximos meses tendrán que esforzarse en “vender” la gestión del PP en esta región para “sacar cabeza” y “recuperar la marca”. Hasta entonces, la consigna es no hacer más ruido.

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