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Los presupuestos rompen la relación de Almeida con Vox y dejan su futuro en manos de los díscolos de Más Madrid

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, con Javier Ortega Smith antes de que se consumara la ruptura por los presupuestos

Carmen Moraga

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El alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, y la vicealcaldesa, Begoña Villacís, ya tienen nuevos socios para lo que queda de legislatura. La decisión de Vox de cerrarse en banda a negociar los terceros presupuestos municipales ha abocado al equipo de Gobierno municipal a desechar al partido de extrema derecha como “socio preferente” y a sustituirlo por los tres únicos ediles con los que se ha quedado el grupo mixto, que hasta este martes estaba formado por cuatro disidentes de Más Madrid, impulsores de la nueva marca Recupera Madrid. La dimisión de Felipe Llamas –que fue jefe de gabinete de la anterior alcaldesa, Manuela Carmena–, descontento con el pacto presupuestario con el PP, no impidió que las cuentas salieran adelante in extremis durante un bronco y caótico Pleno extraordinario en el que se evidenció no solo la división de la izquierda sino también la ruptura política entre el portavoz de Vox, Javier Ortega Smith, y el regidor madrileño. Ambos se dedicaron fuertes descalificaciones e incluso se lanzaron palabras de desprecio personal.

El cisma entre ellos no causó sorpresa alguna dado que ya había sido escenificado, primero, en un anterior Pleno en el que Ortega Smith se despidió del equipo de Gobierno con un “que les vaya bonito”. Y, después, el día en el que Almeida recibió en su despacho del Palacio de Cibeles al líder de la extrema derecha en la ciudad en una reunión de la de la que el alcalde salió indignado: “Ha sido una tomadura de pelo. Los madrileños van a tomar nota de esto”. “Sus chistecitos y sus gracietas a mí me entran por un oído y me salen por otro”, afirmó.

Esa misma indignación quedó reflejada en el Pleno de este miércoles. Almeida tampoco disimuló su supino enfado y su hartazgo contra el dirigente municipal de Vox con el que el año pasado selló amigablemente las cuentas para la capital. “Ortega Smith ha pretendido bloquear Madrid y lo ha hecho sin ni siquiera sentarse a negociar con el equipo de Gobierno. Lo ha hecho simplemente priorizando ser secretario general de Vox y obedeciendo a su interés político”, le lanzó.

“¿Por qué cuando Ortega Smith apoya políticas de la izquierda es bueno? ¿Por qué los demás no podemos llegar a acuerdos? Estoy muy orgulloso porque estos presupuestos son buenos para los madrileños. Estamos haciendo en todo momento lo que pensamos que es adecuado para Madrid”, se defendió. El alcalde insistía en cargar contra el dirigente de Vox en su cuenta de Twitter en la que le reprochó que, por un lado, lamente que se les retire la subvención a la Fundación Madrina –que el Gobierno municipal subsanará otorgando ayudas directas–, y, por otra, vote en contra de otorgar subvenciones a Cáritas o a las Hijas de la Caridad.

Tampoco sorprendió la dureza de Ortega Smith contra el regidor ni su rechazo a lo que denominó “pacto del tripartito progresista”, en referencia a PP, Ciudadanos y Recupera Madrid. “Nosotros no nos vendemos por un sillón”, le espetó a Almeida el portavoz de Vox, dispuesto a anticipar la pelea con el PP por el voto más conservador de Madrid. De hecho, casi toda su estrategia se basa en dejar en evidencia a Almeida ante esos votantes por haberse entregado “a los comunistas”. Así, desde hace tiempo Almeida ha pasado a ser Carmeida y los ediles de Recupera Madrid, que ya salvaron al alcalde en la Ordenanza de Movilidad, el Grupo Comunixto.

“La izquierda sectaria no extiende cheques en blanco”

Siguiendo con ese guión, durante su encendida intervención, el dirigente de extrema derecha interpeló en varias ocasiones directamente a los madrileños “decepcionados” y a los que “han perdido la confianza en los políticos que dicen una cosa en campaña y hacen otra cuando se gobierna”. Y les ha dicho que confíen en Vox que es “un partido de palabra”.

El edil de Vox ahondó más y dijo sentir “dolor y pena” ante un alcalde que, a su juicio, “se ha puesto de rodillas ante la extrema izquierda”. También le exigió que ponga fin a sus “cuentos y mentiras” advirtiéndole de que la ciudadanía “cada vez le va a apoyar menos” porque “la izquierda sectaria no extiende cheques en blanco”.

Poco después de dejar caer esta premonición, la portavoz de Recupera Madrid, Marta Higueras, anunciaba que ha solicitado formalmente una reunión a la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, para pedirle que “proteja a todas las mujeres que libremente quieren ejercer su derecho a interrumpir el embarazo” y garantice “las correspondientes subvenciones para dicha protección”.

Además, ha añadido que solicitarán a la presidenta regional “que devuelva a los madrileños los 300 millones de euros de competencias impropias” e “inicie con urgencia la construcción del Centro de Salud de Prado 30” - en el antiguo edifico de La Ingobernable- cuya cesión por parte del Ayuntamiento ha sido aprobada a petición de su grupo en el acuerdo de presupuestos.

Dentro de los grupos de la oposición –muy divididos también entre ellos y enzarzados igualmente en reproches–, creen que la estrategia de Vox está claramente dirigida a dividir al votante conservador en la capital, que contempla con cierto estupor la pelea por el poder que libra Isabel Díaz Ayuso contra Pablo Casado y Almeida. Para ello Vox ha optado por erosionar la imagen del alcalde, en el que cada vez ven más flancos débiles frente a la presidenta de la Comunidad de Madrid, a la que saben que es mucho más difícil disputarle el voto de la derecha tras la aplastante victoria que cosechó en la región en las elecciones del pasado 4 de mayo. Y el pacto con los carmenistas le va a Vox como anillo al dedo para colocar al alcalde la etiqueta de 'izquierdista' y crearle a la vez problemas dentro de su propio partido.

Las elecciones municipales en Madrid se celebrarán en la primavera de 2023, junto a la mayoría de las autonómicas. Pero en febrero se abre el ciclo electoral con los comicios de Castilla y León y después con los de Andalucía, y Vox está dispuesto a presionar para entrar en todos los gobiernos que pueda aprovechando el desplome de Ciudadanos anunciado en todas las encuestas. Y en los planes de Santiago Abascal está el Ayuntamiento de la capital como un codiciado objetivo.

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