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Las residencias vuelven a preocupar ante el aumento de casos en Madrid y la incidencia del primer rebrote detectado

Traslado en ambulancia de una interna de la residencia de Mayores San Marcos de San Martín de la Vega, en Madrid, este jueves. EFE/David Fernández

Laura Galaup

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El virus ha vuelto a hacer estragos en una residencia de la Comunidad de Madrid con más de la mitad de los usuarios contagiados. La COVID-19 ha entrado con contundencia en las instalaciones del centro de mayores privado San Marcos, situado en el municipio de San Martín de la Vega, con un impacto que por ahora se salda con 52 positivos, 45 residentes —siete de ellos ingresados y dos fallecidos— y siete trabajadores se han contagiado. En total, 38 afectados son asintomáticos.

La irrupción del virus en una residencia coincide con el repunte exponencial que han sufrido los casos positivos de COVID-19 en la región, pasando de 285 durante la semana del 15 de julio a 3.363 en los últimos siete días. En Aragón, donde la pandemia también está repuntando, se han detectado 469 infecciones en varios centros de mayores. El experto en Salud Pública, Jose Martínez Olmos, advierte de que en las zonas con más incidencia el riesgo de contagio es mayor. “Eso hace imprescindible que las residencias estén blindadas porque el riesgo de que entre el virus es mucho mayor”, explica este sanitario, que fue secretario general de Sanidad durante los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero.

Siguiendo una dinámica parecida a la de Aragón, el brote ha estallado en un centro que hasta ahora había estado limpio de COVID-19. Su director, Jonás del Saz, ha explicado a elDiario.es que durante toda la pandemia “no han tenido ningún caso” y han mantenido “muchas medidas de seguridad”. La Dirección General autonómica de Salud Pública continúa investigando el origen de la infección. El responsable del centro asegura que todos los equipos epidemiológicos “han actuado rápidamente” para contener el virus. “Hay muy buena coordinación con el hospital de Valdemoro. Se hicieron PCR muy rápido y aislamos muy rápido”, añade. Para evitar la expansión de la infección, la Comunidad ha optado por derivar a otros centros a los residentes que no están contagiados.

7.690 muertos registrados hasta el mes de mayo

En la región las residencias habían conseguido protegerse de los brotes, tras vivir semanas agónicas durante el mes de marzo y abril, que se saldaron hasta mayo con la cifra de 7.690 muertos (1.203 confirmados con la infección). El impacto de la pandemia en este sector poblacional ha sido muy elevado. Las primeras investigaciones realizadas por la Comunidad de Madrid revelan que el 61% de los mayores que viven en residencias tienen anticuerpos frente al coronavirus, es decir, seis de cada diez usuarios de centros de mayores tuvo el virus. Esta proporción es mucho más elevada que la media regional, que se sitúa alrededor del 10%, según el estudio de seroprevalencia nacional

De acuerdo a los últimos datos publicados por la Comunidad, la COVID-19 ha tenido una incidencia del 50% entre los usuarios de la residencia San Marcos. 45 residentes se han infectado, cuando el centro contaba con 80 plazas ocupadas, según explicó el alcalde del municipio, Rafael Martínez, en la Cadena Ser. “Como entre el virus contagia de inmediato”, advierte Martínez Olmos, que recuerda que los mayores son “una población mucho más susceptible” porque “es más difícil que aseguren el cumplimiento de las medidas de distanciamiento”, e incluso, pueden sufrir patologías que les impidan utilizar la mascarilla. 

Para Carmen López, portavoz de Marea de Residencias, colectivo que agrupa a residentes, familiares y trabajadores del sector estatal, “era previsible” que la COVID-19 penetrase de nuevo en los centros de mayores teniendo en cuenta que durante “los últimos quince días el número de contagiados en la Comunidad se ha disparado”. “Se sigue actuando sobre la marcha, improvisando”, añade. Este colectivo asegura que asumen la evolución de la pandemia en los centros de mayores a ciegas, cuentan que “no tienen información de lo que pasa” en estos recursos asistenciales. Lamentan, además, que la solución para contener el virus se limite a “crear guetos” en las residencias, cerrando la visita de familiares y “restringiendo las libertades de los residentes”. 

Las inspecciones detectaron dejadez en las medidas de prevención

Las inspecciones más recientes realizadas por la Comunidad de Madrid revelaron que algunos centros de mayores se habían relajado en la aplicación de las medidas de prevención del virus, como publicó elDiario.es. Los funcionarios de la Consejería de Políticas Sociales detectaron que algunos centros no estaban sectorizados, que en ellos tampoco se realizaban controles de temperatura a las personas que accedían del exterior, que no había circuitos seguros para la entrada de los profesionales e incluso llegaron a observar un caso en el que usuaria y familiar no mantuvieron la distancia de seguridad en una visita. 

“Hemos hecho todo lo que se nos ha dicho que teníamos que hacer. Estamos preparados”, asegura Pilar Ramos, presidenta de la Asociación Madrileña de Atención a la Dependencia (AMADE) en relación a las medidas de contención de la COVID-19 implementadas en los centros de mayores. Aunque destaca que las residencias continúan necesitando trajes de protección, médicos y enfermeras “para que estén ahí cuando lleguen los brotes”.

Por un lado, desde la patronal plantean que hay una fuga de personal “al sistema de salud” que les crea un boquete en sus plantillas. “Si empiezan a abrir Ifema, si necesitan rastreadores, los enfermeros empiezan a irse”, explica Ramos, que para combatir esta situación pide al Gobierno autonómico que “homologuen los títulos de personal extranjero”. Asimismo, la portavoz de AMADE continúa requiriendo que se mejore la coordinación con la Atención Primaria: “Queremos tener personal sanitario, pero como no es posible porque no se encuentra por ningún sitio, pedimos que los contratados por el sistema de salud acudan a las residencias”. 

El sindicato Comisiones Obreras también pone el foco en el personal. Su responsable autonómica de residencias privadas y concertadas, Juani Peñafiel, asegura que en estos centros “no se están renovando contratos” e incluso “casi se está obligando [a su personal] a coger vacaciones” ahora ante el temor de que la segunda ola se produjese en otoño. La representante de los trabajadores explica que esta situación “está propiciando que haya un repunte o un rebrote” porque hay funciones que no se están desarrollando. “El protocolo [impulsado por la Comunidad para la nueva normalidad] recoge que hay que realizar desinfecciones completas en las residencias. Si tienes menos personal, ¿cómo vas a hacer una limpieza general si no llegas al día a día?”, se pregunta Peñafiel. 

Otro de los factores que preocupa son las PCR a las que someten a los trabajadores. CCOO emitió un comunicado hace una semana denunciando que varias residencias de mayores concertadas llevaban semanas sin realizar estos test mientras empezaban a surgir nuevos positivos en las residencias. En otros casos, sin embargo, sí que se han realizado pero no se han aportado las conclusiones. “Ayer [por este miércoles] me escribió la delegada de un centro contándome que les realizaron a todo el personal el estudio serológico y la PCR el 21 de julio. Catorce días después no saben nada ¿cómo puede ser que haya una PCR y no hayan dado el resultado? Supone volver al principio”, incide.

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