Tiradito/a

El título alude al restaurante Tiradito (cocina peruana & pisco bar) 

y al estado en el que quisiera (y espero) estar yo dentro de unos días. Bueno, en mi caso sería no solo tiradita, sino también a remojo, todo muy gastronómico.

Agotados, M. y yo nos dirigimos hacia el Tiradito con calor y la promesa de que va refrescar. El local, que se encuentra en los confines de Malasaña y Conde Duque, presenta una decoración moderna y sobria, correcta, varias salas y terraza. En la barra se pueden observar botellas con licores y cócteles varios bien iluminadas que le dan un toque etílico-festivo interesante. En su carta ofrecen una amplia selección de piscos, cócteles y demás alcoholes coloridos, así como bastantes vinos de etiquetas chulas. El personal es nativo de Perú y el trato resulta amable e informal.

Para beber, M. elige un bonito (lo digo por el vaso) doble de cerveza (2,50 €) y yo un pisco sour clásico sour(8,00 €). Cerveza normal, no artesanal, nada especial. El pisco sour sabroso, con el toque cítrico necesario, adecuado para maridar con los platos que seleccionaremos, que serán frescos, estivales (excepto uno). El pisco sour peruano, para el que no lo sepa, es una combinación de pisco (una variedad de aguardiente), limón, almíbar, clara de huevo y unas gotas decorativas de angostura. Es una bebida que así viéndola y bebiéndola no lo parece pero en realidad es muy conflictiva: desde siempre, chilenos y peruanos se arrogan su paternidad o maternidad o lo que sea que lleve a uno a crear un cóctel… Yo no voy a entrar en el tema y las diferencias entre ambas versiones (chilena y peruana) pero he de decir que la versión chilena que he probado… bueno, mejor no lo digo, juis, juis.

Nos ponen un aperitivo de maíz tostado y chips de plátano y batata. Está especialmente rico el maíz, muy natural, ligero y de textura interesante.

Nos preguntan si queremos pan con mantequilla de rocoto y aceite (1,50 € x 2, 3 €), les decimos que sí. El pan es muy bueno, posiblemente de Panic (que está al lado), dos rebanadas con pasas y otras dos de hogaza normal y va acompañado de dos cuenquitos, uno con aceite de oliva, intenso, y otro con mantequilla de rocoto, suave, esta última esperábamos que fuera más picantilla.

De primero elegimos causitas (9,50 €), que consisten en 3 bolas de patatas majadas con ají (pimiento) amarillo (típico peruano) que llevan encima aguacate triturado, muy cremoso, y, en una capa superior, tartar de salmón, condimentado como un ceviche, con alioli de rocoto (pimiento picante) decorado todo ello con alga nori y sésamo negro. En la carta dice que lleva chalaquita lo cual no tengo ni idea a qué se puede referir, si alguien me quiere informar estaría encantada de saberlo. Resulta una mezcolanza de sabores y texturas de lo más curiosa, el picante es marcado, el salmón acevichado está delicioso y firme y, luego, todo queda suavizado por el aguacate y la original consistencia de la base de patata. Muy particular, con su toque picantillo (será la tónica también en los platos de pescado) y sabrosón.

Después es el turno del ceviche clásico (15,90 €) de corvina: taquitos de este pescado marinados con cebolla roja, ají limo (otra variedad de pimiento), cilantro (poquito), canchita tostada (es decir, maíz tostado), que le daba un toque crujiente, crema de batata (para aportar un contraste dulce) y leche de tigre. Yo la primera vez que oí este último término pensé inmediatamente en un bareto de Moncloa con unas estalactitas kitsch total (tipo la famosa cúpula de Barceló para la ONU) de las que salía un licor infame denominado leche de pantera (sí, todos hemos pasado por esas cosas). Pero no, la leche de tigre es algo muy diferente y muuuucho mejor sin duda. Constituye una mezcla armoniosa cuyos ingredientes básicos son el jugo del propio pescado (o caldo de pescado), ají, limón (en algunos casos también lima y naranja), cilantro, cebolla, ajo y apio. Toda esa cantidad de ingredientes crea un plato excelente, lleno de matices, aromas y texturas y en el que el pescado sigue manteniendo su sabor. Realmente muy logrado y muy veraniego.

Nos toca, después, un tiradito nikkei (13,90 €). Para el que no lo sepa, nikkei es como se denominan a los emigrantes de origen japonés y sus descendientes y, actualmente, también a la cocina fusión que se practica en América Latina (especialmente en Perú) mezclando recetas-ingredientes japoneses con los autóctonos. El tiradito nikkei es como una especie de carpaccio de pescado (es decir, cortado en laminitas muy finas), en este caso bonito, marinado con la famosa leche de tigre a la que se le añade salsa ponzu (salsa japonesa a base de bonito desecado, un cítrico japonés, mirin [vino de arroz], vinagre de arroz y alga) y trocitos de aguacate. Una vez más resulta un plato aromático, fresco, delicioso para el verano.

Después elegimos un lomo saltadosaltado (14,50 €). Supongo que en Perú se dirá coloquialmente “saltar” en lugar de “saltear”. Es lomo salteado en wok con tomate, pimiento rojo, soja, cebolla y comino o similar. Va acompañado de patatas fritas (de las de verdad) y plátano frito (poquito). La carne es buena y el plato es sabroso, pero no es de los mejores lomos salteados peruanos que he comido, le falta, para mi gusto, más pimiento y cebolla. Va acompañado con un cuenco de arroz blanco con semillitas de sésamo y, ¡oh sorpresa!, los Humberts Boys. Me comentan, bueno en realidad Humbert I es el que habla y Humbert II asiente entre ronquido y ronquido, que ellos estuvieron en Perú y nunca comieron estas cosas, que esta cocina peruana la comen cuatro. Yo les digo que sí, que  tal vez tengan razón, que la cocina es así (como el fútbol), que lo que se exporta no necesariamente es lo que consume diariamente la gente, que pasa lo mismo con el arte, la cultura y mil cosas más. No entienden mi razonamiento, pero me dan la razón como a los locos, yo me alegro, por lo menos esta vez no hemos discutido…

De postre nos decantamos por buñuelos de picarones (calabaza) en salsa de chocolate y tartar de fresas con piscotartar (5,90 €). Creo que no fue una buena elección… Los buñuelos estaban aceitosillos, la salsa de chocolate aguada, las fresas maceradas en exceso. Vamos, no lo aconsejo.

Ah, se me olvidaba, pedimos jarra de agua y nos la pusieron en una botella muy mona que ponía “agua de Madrid” (es decir, del grifo, jes, jes).

Recomiendo este sitio especialmente para probar platos de pescado marinado en jugos variados, son francamente sabrosos, aromáticos, llenos de matices y frescos, ¡perfectos para el verano! Si uno quiere conocer la cocina peruana más refinada, tendrá que hacer una visita al Tiradito.

Y nada, me despido hasta septiembre y os dejo con esta canción que me atormenta últimamente (estoy muy mal, ñoña, como si estuviera adolescente perdida, debe ser la crisis de los 40 o algo). Es una versión de Summer wine cantada por Lana del Rey (sí, otra vez, debe ser amor) y Barrie-James O’Neill. Esta canción la hicieron famosa Nancy Sinatra y Lee Hazlewood. Su letra es muy bonita, os dejo aquí una estrofa:

When I woke up the sun was shining in my eyesMy silver spurs were gone, my head felt twice its sizeShe took my silver spurs, a dollar and a dimeAnd left me cravin' for more summer wineOoh, summer wine

Pues eso, que da igual que le roben a uno las espuelas y el dinero, lo importante son otras cosas, inmateriales… ¡que disfrutéis de maravillosos summer wines!

Tiradito

Muchas gracias por la entrada y la visita!

Un placer tenerlos de clientes ;))

Felices vacaciones de verano!

JESUS MARCOS

Lu, darte las gracias por todos los articulos de "Malasaña a Mordiscos", que tan buenos

ratos y buena información nos han dado. Buen verano y en Septiembre ..... te esperamos

de nuevo, un abrazote,



Jesús M.

malasanaamordiscos

Un placer disfrutar de vuestras causitas, vuestro ceviche y vuestro Tiradito. ¡Excelente todo!

¡Que tengáis vosotros también unas buenas vacaciones y un buen trabajo! : )

malasanaamordiscos

¡Mil gracias a ti por seguirme por esta vía! Siento que últimamente no he aparecido mucho por tu maravillosa Abacería, pero ha sido una temporada complicada de trabajo, con menos tiempo para el disfrute del que desearía.



Espero en septiembre verte ya en el nuevo mercado con la Abacería preciosa y espacio para todo ese montón de buenas mercancías que tienes.



¡Feliz verano y nos vemos seguro en septiembre!



Lu