Comer en bares y restaurantes de Malasaña, además de otros apuntes gastronómicos.
Por Lu
Hace siglos fuimos una vez a Arce y su cocinero, Iñaki Camba, nos recibió con su famosa disyuntiva «Ganas, apetito (o) hambre», con la que te hacía elegir platos teniendo en cuenta lo anterior. Ahora, esa frase forma parte de la presentación de Per se bistró en su página web, en recuerdo del famoso Arce y su cocinero. A mí, esa «entrevista» con el chef al sentarse en la mesa me parecía una cosa absurda y simplemente un modo para que el propio chef se entretuviese y fuera la estrella del lugar, algo parecido me pasaba con Abraham García. Andrés Madrigal, aun siendo amigo de Iñaki, y aun relevándole en su establecimiento, tiene un enfoque totalmente diverso. En Per se bistró prima la cocina, la buena cocina, no un chef que se infla como un pez globo ante la visión de sí mismo, y para mí ¡esto es de agradecer! No soy partidaria de los chefs-estrellas, soy partidaria de los chefs que cocinan y que tiene propuestas propias, como Dani Ochoa de Montia o Rodrigo de la Calle del Invernadero, que no siguen las tendencias, sino que siguen su propio camino, que no están en boca de todos… aunque deberían estarlo. Me gusta la gente que hace las cosas bien, con sustancia, con sabor, sin tanto blablablá, tanto espectáculo, tanta loa interesada, tanto yo te aplaudo a ti, tú a mí, hacemos un premio y nos aplaudimos todos, cocineros y adláteres omnipresentes, llenos de vacío en redes sociales, en medios… vacío, superficialidad, insulsez.
Bueno, un poco de musiquita de gala propia para la ocasión.
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