Confusion: “Las ciudades necesitan barrios como éste”
Semi escondido detrás de unos contenedores de reciclaje, siempre llenos hasta rebosar, y de un par de coches aparcados, se encuentra, en el bajo del número 52 de la calle del Barco, una acogedora catacumba abarrotada de pinturas, esculturas y fotografías: el taller de Confusion Group.
Este colectivo multidisciplinar, interesado por los problemas sociales y el reciclaje, está formado por seis artistas cuyas bulliciosas mentes le reclaman al día más de 24 horas, con el objetivo de que sus respectivos cuerpos puedan materializar todo lo que maquinan.
Somos Malasaña habló con Eduardo y Rafael Bertone y con Nuria Gil, tres de sus miembros. Simón y Baltazar Rodes y Martín Bochicchio, los que completan el sexteto (cinco argentinos y una española), se encuentran ahora fuera de Madrid.
“Nosotros nos conocemos todos desde la infancia y el grupo funciona como tal desde hace seis años, partiendo de la pintura colaborativa que realizábamos Rafael, Martín y yo”, comenta Eduardo. “A partir de ahí, las incorporaciones de nuevos miembros introdujeron nuevas inquietudes: fotografía, videoarte, instalaciones, música, literatura…”
Proceso creativo
“Nos servimos de iconos, símbolos, imágenes y metáforas cotidianas del mundo occidental que descontextualizamos de forma espontánea. Luego, con una visión más intencionada, le damos un lugar para crear un concepto. Un proceso confuso en el que se mezclan lo casual y lo racional, así como nuestros valores y estilos dando como resultado una obra de libre interpretación. Esta fusión creadora, que excede nuestro planteamiento, tiene raíces en el diseño gráfico, la ilustración y el arte urbano y se apoya en corrientes que siguen intentando desmitificar el arte”, confiesan sobre su experiencia creativa en su página web.
Sin embargo, más que hablar de lo que hacen, a los miembros de este colectivo les gusta mostrar lo que hacen. Lo notamos durante la charla que mantuvimos y, sobre todo, cuando nos invitaron a recorrer su taller y a fotografiar todo cuanto tienen en él expuesto.
Objetivos
“Nos gustaría abrir en más ocasiones este espacio al público, algo que hasta ahora hemos hecho poco por falta de tiempo, y tener más presencia en la calle, sacar más nuestras obras y mostrarlas sin mediaciones”, comenta Eduardo, quien también apunta entre los objetivos próximos del grupo producir obras seriadas y camisetas, sacar un fanzine y realizar un nuevo corto.
Por el videoarte sienten especial predilección. “El trabajo audiovisual, junto con la producción de murales, es lo que más nos enriquece como grupo, todos aportamos nuestras experiencias en una creación colectiva”. Su último trabajo en este campo, Disculpen las molestias, ha circulado por cinco festivales y por países como Alemania, Chile y Polonia.
Proyecto 'Painting cans'
Por otra parte una de las iniciativas más exitosas y curiosas del grupo ha sido la organización del proyecto 'Painting Cans'. En él convocaban a artistas de todo el mundo a que pintaran una lata de bebida aplastada y se la enviaran por correo. 81 artistas mandaron 166 latas en total, con las que montaron una exposición en su taller. Dentro de poco, el resultado del proyecto quedará plasmado en un libro y las latas se podrán comprar en internet.
“Las ciudades necesitan barrios como éste”
“Vivimos en Malasaña desde hace 10 años y desde hace dos y medio estamos en este taller. Nos gusta el barrio, hay movimiento cultural, tolerancia con el arte urbano y, además, podemos comprar en las tiendas de la zona los materiales necesarios para realizar nuestros trabajos”, apunta Rafael.
“Las ciudades necesitan barrios como Malasaña, barrios con uso y que, incluso, se convierten en atractivos turísticos por el arte que se ve en sus calles, como sucede con el Barrio Alto de Lisboa o con todo Berlín”, indica Nuria quien, por cierto, inaugurará exposición individual en Espacio Menos Uno el próximo 8 de julio.
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