Cuando Malasaña es la noticia
En los últimos tiempos nos hemos acostumbrado a que el barrio de Malasaña, como si de un personaje se tratara, protagonice reportajes en los medios. Textos que no hablan de cosas que suceden en Malasaña, sino que ponen el foco en el mismo barrio. Lo analizan, alaban, describen, critican…
La semana pasada el blog de El Diario.es Sinsentido Común abordaba la gentrificación de Madrid (barcelonización la llamaban) con el barrio como mascarón de proa. Se trataba de un divertido artículo satírico protagonizado por una sufrida turista, con el ingrato trabajo de turistear en la calle Fuencarral . No hace mucho un vídeo en el diario El País también daba buena cuenta de la gentrificación del barrio.
Pocos días antes, el conocido crítico musical Víctor Lenore cargaba contra la Malasaña actual y contra el recuerdo mitificado de la Malasaña de los noventa en una columna no exenta de autocrítica en PlayGround Magazine.
Y muchos reportajes de esos en los que un personaje conocido hace de introductor de sus calles y cafés favoritos. Casi siempre sale Malasaña. Últimante leímos uno de la escritora y vecina del barrio Marta Sanz.
Algunas preguntas se nos pasan por la cabeza ante este protagonismo ¿Cuánta verdad hay en el viejo adagio que hablen aunque sea mal? ¿es importante sólo que pasen cosas o importa más qué cosas pasan? que hablen aunque sea malHabrá quienes se congratulen del afianzamiento de la marca Malasaña, y quienes lamenten precisamente la conversión de la vieja Malasaña en un “barrio marca”.
En este mismo medio nosotros lanzamos un modesto análisis de la gentrificación en Malasaña, intentando desentrañar qué parte del movimiento continuo en el que está inmerso el barrio corresponde al inevitable – y saludable – cambio cultural y de costumbres, y qué parte pertenece a ese fantasma gentrificador que, hemos convenido, recorre las tierras entre Fuencarral y Conde Duque. También otros vecinos miran de cara al fenómeno, como los que se reúnen a desentrañarlo periódicamente en Gentrisaña, un nuevo foro para luchar contra los desmanes que operan detrás del palabro.
En Los límites de la gentrificación en Malasaña decíamos que las claves para aislar la gentrificación de otros cambios eran “la expulsión de los vecinos, la asfixia del tejido social y el aplastamiento de la identidad barrial”
A propósito de esa asfixia del tejido social, creemos que hay una Malasaña que crece a la sombra de los cupcakes que se empeña en entretejer personascupcakes , y que encuentra poco acomodo en las páginas y pantallas de los medios o, al menos, no entra a formar parte de esa marca Malasaña que sus artículos dibujan.
Es la vecindad que se junta para hacer barrio alrededor de una iniciativa para recopilar viejas fotos; la que decide que quiere recuperar los jardines del Arquitecto Ribera y tener voz en su definición; la Malasaña que ha empezado, un año más, a reunir a vecinos y asociaciones para organizar las fiestas del barrio; la de los sucesivos Patios Maravillas; la de ACIBU; la de las mamás y papás de las AMPAS; la del vecindario que aún charla en las plazas como se ha hecho toda la vida; la que para desahucios o monta un grupo de acompañamiento sanitario a sin papeles; la del vecindario donde nacen un montón de sitios, se trata de levantar una asociación de comerciantes, se reproducen iniciativas culturales y de ocio a un ritmo vertiginoso…
Esa Malasaña también existe, pero, al desaparecer del relato y ser expulsada de la creación de una supuesta marca – lanzamos la última pregunta - ¿corre el peligro de acabar por desaparecer? Hay actores de los que se piensa que han dejado de actuar al desaparecer de los elencos habituales de las producciones de cine o de los de las series de televisión pero que, sin embargo, desarrollan una continuada carrera en las tablas de cualquier teatro del país...
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