Einstein paseó por el barrio...y pudo ser vecino
Albert Einstein es lo más parecido a un icono pop dentro del mundo de la ciencia, una de las personas más famosas del siglo XX, por lo que resulta curioso lo poco conocido que es el hecho de que en 1923 estuvo de gira por España, traído por la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, un organismo creado en 1907 para facilitar la estancia de nuestros científicos en el extranjero y la de los investigadores foráneos en España. Durante la visita Einstein visitó la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales y la Universidad Central, instituciones ambas con sede en el barrio. Diez años después, a punto estuvo de volver el científico a España-y al barrio- a ocupar una cátedra en la Universidad Central.
En su visita de 1923 Einstein pasó por Madrid, Barcelona y Zaragoza, donde dio conferencias, asistió a recepciones bajo los flashes curiosos de las cámaras, hizo varias visitas culturales (al Museo del Prado o a El Escorial) y, en definitiva, fue la estrella mediática del momento. Einstein era ya una figura mundial desde hacía años, y su Tería de la Relatividad servía de inspiración para todos, desde los filósofos hasta a los políticos. En Barcelona visitó la sede de la CNT y se entrevistó con el anarquista Ángel Pestaña. En Madrid asistió a una recepción con Alfonso XIII. Un científico como estrella popular: mucho han cambiado los tiempos desde entonces.
En la visita estuvieron implicados grandes nombres de nuestra historia como Ramón y Cajal, del que el alemán dijo que era un “maravilloso viejo”, y Ortega y Gasset, gran defensor del físico hasta que éste, años más tarde, mandara un mensaje de apoyo al gobierno de la República.
En la calle Valverde visitó, como decíamos, la Real Academia de Ciencias, donde el físico español más prestigioso del momento, Blas Cabrera, hizo la presentación y estuvo presente el Rey. Einstein anotó en su cuaderno de viaje sobre aquellas conferencias “auditorio atento que seguramente no comprendió casi nada”.
En el caserón de San Bernardo, en la Universidad Central, también tuvo parada la gira de Einstein, allí se le impuso el birrete de Doctor honoris Causa.
En 1933, debido al acoso nazi, el gobierno republicano ofertó al genio alemán la dirección de una cátedra creada ad hoc para él, el Instituto Einstein, que estaría adscrito a la Universidad Central.
En Abril de 1933 Fernández de los Ríos, ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, anunció precipitadamente que Albert Einstein había aceptado venirse a la Universidad Central. El escritor Ramón Pérez de Ayala, entonces embajador en Inglaterra, tuvo una participación muy activa en la negociación.
En realidad, todos los países se rifaban al genio: Inglaterra le frecía la ciudadanía británica, Francia un curso a su medida... como es bien sabido finalmente el destino elegido fue Estados Unidos. Al parecer, Einstein tenía planeado pasar temporadas en distintos países y es ahí donde podía encajar el ofrecimiento de España. A la oferta de una casa por parte de Pérez de Ayala el alemán respondió que:
“Para un gitano como yo, que puede pasar en España solamente un tiempo relativamente corto, sería mucho mejor alojarse en un hotel...una casa, como observó acertadamente Schopenhauer, es algo parecido a una mujer: más que poseerla, uno es poseído por ella”.
La intención de Einstein era colocar en la dirección a un hombre de su confianza - se barajaron los nombres de algunos premios nobel y otros científicos acosados por el gobierno nazi- pero para ello Einstein tendría que haber tomado posesión de la cátedra, cosa que no pudo ser porque finalmente optó por Princeton y porque la situación política del país fue enrareciéndose como es conocido.
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