México ocupará durante 25 años el 'palacete' de Alberto Aguilera que el Ayuntamiento ofreció al Patio Maravillas
La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, ha confirmado la cesión por parte del Ayuntamiento de las oficinas municipales situadas en el número 20 de Alberto Aguilera a la embajada de México, para que instale allí la Casa de México en España durante al menos los próximos 25 años.
El acuerdo sobre edificio, que se barajó como posible sede del Patio Maravillas y cuenta con 2.700 metros cuadrados, está ya cerrado y ahora solo queda conformar la entidad jurídica que lo gestionará (una fundación hispano-mexicana) y las obras de acondicionamiento, que la alcaldesa ha cifrado en un año.
El lugar albergará actividades “de gran contenido cultural y educativo”, ha explicado Carmena, quien también ha dicho desconocer que el Patio Maravillas hubiera tenido interés en ubicar en este lugar su sede. La idea del Ayuntamiento es que se cree “una plataforma abierta, accesible a la ciudadanía donde promover la cultura mexicana, el turismo, el arte popular, la cooperación educativa, científica y técnica, las industrias creativas, la diversidad gastronómica o el deporte”.
En este sentido, el consistorio apuesta por “ubicar allí el Instituto de México en España y el Fondo de Cultura Económico. También la biblioteca Octavio Paz que, la librería del Fondo de Cultura Económica, una galería de arte y otra destinada a exposiciones de carácter popular”. Además, quiere que se programen “conferencias, talleres, seminarios o actividades infantiles para el distrito”. Habrá también sala de proyecciones, una zona destinada a la venta de productos artesanales mexicanos y otra habilitada como restaurante y cafetería.
La casa de socorro
La casa de socorro
Alberto Aguilera 20 era una antigua casa de socorro que en la actualidad estaba infrautilizado: en su interior solo albergaba oficinas y ambulancias de Emergencias 112, que en breve se trasladarán al nuevo parque de bomberos de San Bernardo.
Aunque ya se había anunciado en el mes de junio, la cesión que ahora se cierra agrava aún más la carencia de dotaciones sociales y de espacios de encuentro en esta zona de Madrid, donde anteriores corporaciones del Ayuntamiento vendieron varios edificios reclamados por los vecinos de Malasaña, que cada vez tienen menos lugares públicos donde desarrollar actividades propias de centros juveniles o cívicos, que en otros distritos sí que encuentran cabida sin problemas.
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