Prueba del nuevo Lexus UX 300e: la mejora que hacía falta
En marzo de 2021 probábamos por primera vez el Lexus UX 300e, que era entonces el primer eléctrico producido por la firma japonesa. A pesar de las buenas sensaciones que consiguió transmitirnos, el sabor de boca final resultó un tanto decepcionante, como te contamos en este artículo, por la escasa autonomía que ofrecía al menos aquella unidad en concreto.
Fuera circunstancial o no lo que sucedió en nuestro caso particular, lo cierto es que Lexus ha tardado solo dos años en sustituir (y mucho menos en decidirlo) la antigua batería de 54,3 kWh por una mucho más capaz de 72,8 kWh. Aquella otorgaba una autonomía en ciclo WLTP de 315 kilómetros, que eran no más de 250 en conducción real, mientras que la nueva alcanza los 450 oficiales y supera los 400 km en la práctica.
Por mucho que las cifras del modelo original pudieran ser suficientes para cubrir la mayoría de los trayectos cotidianos de cualquiera, en el bien entendido de que todo usuario de un vehículo como este tiene a su disposición un punto de carga, es indudable que la mejora introducida en el UX 300e es claramente la que necesitaba. Máxime cuando uno se decide por un modelo premium y que no es precisamente barato (entre 52.900 y 65.600 euros).
Según lo que hemos experimentado en los últimos días, el eléctrico de Lexus, que mantiene el motor de 204 CV, ahora puede acercarse sin mayores problemas a los 400 km de autonomía, especialmente cuando los desplazamientos tienen lugar en su mayoría por ciudad y alrededores. La elección del modo de conducción (Eco, Normal y Sport) apenas tiene incidencia en el alcance que vayamos a obtener, y cualquiera de los tres -incluso el primero- responde bien en una conducción que se pueda considerar normal o tranquila.
Es posible que la mayor autonomía se deba no solo a la presencia de una batería más grande, sino también a un menor consumo energético del conjunto. Así como la versión anterior empleó más de 18,5 kWh/100 km en nuestro recorrido habitual, esta ha superado por poco los 16,5 kWh/100 km, prácticamente lo que marcan sus registros de homologación en ciclo WLTP.
Lástima que no se haya podido completar el combo -una batería mayor y lo que parece un funcionamiento más eficiente del sistema de impulsión- con la incorporación de una bomba de calor que podría haber aliviado su carga de trabajo -valga la expresión- y reducido aún más las necesidades de energía del coche. Aquí, recurrir a la climatización, bien para enfriar bien para calentar el habitáculo, sí inflige una merma en la autonomía y puede provocar que no alcancemos los 400 km antes mencionados, si hacemos un uso intensivo de ella.
Otro aspecto mejorable del UX 300e guarda relación con la potencia que soporta en carga rápida, de solo 50 kW, lo que se traduce en unos 80 minutos para recuperar el 80% de su capacidad cuando la batería está vacía. En corriente alterna, el máximo tampoco es brillante, 6,6 kW, y condena a emplear 9,5 horas en una recarga completa si el punto es de 7,4 kW y 28 horas si es de 2,3 kW.
Mejor dinámica de conducción
La presente actualización del UX eléctrico se acompaña de una serie de pequeños cambios que transforman la experiencia al volante. El nuevo ajuste de la dirección asistida eléctrica y de los amortiguadores hace posible una mejor dinámica de conducción, a la que se suma la bien conocida suavidad de rodadura de Lexus, semejante en este modelo a la de otros mucho más lujosos de la marca. Se ha optimizado además el aislamiento para conseguir un habitáculo más silencioso y refinado, como es también marca de la casa.
El coche estrena ahora el sistema multimedia Lexus Link, más fácil de usar y equipado con una pantalla táctil que sustituye al criticado Remote Touch. Los controles del dispositivo resultan más intuitivos y ofrecen una respuesta más rápida, mejor funcionalidad y una conectividad superior.
La pantalla se ha situado 14 centímetros más cerca del conductor a fin de facilitar la interacción entre hombre y máquina. Por otra parte, donde antes las pantallas eran de 7 o 10 pulgadas (según el acabado), ahora son de 8“ en caso de llevar el sistema Lexus Link Connect, dotado de unos gráficos más nítidos, o de 12,3”, de alta definición, en el más sofisticado Lexus Link Pro.
La consola central presenta en el nuevo modelo un aspecto más limpio y dispone de controles más integrados. En el espacio donde antes se ubicaba el panel táctil multimedia, ahora encontramos los mandos de la calefacción y ventilación de los asientos delanteros y de la calefacción del volante; o, si no se ha escogido esa opción, un práctico espacio de almacenamiento. Los botones de control del sistema sonido se han integrado en la pantalla multimedia.
Todas estas mejoras suponen un buen acompañamiento al gran salto adelante experimentado por el modelo, que no es otro que una autonomía que permite olvidarse de la temida ansiedad común a los usuarios de coches eléctricos. En ciudad, uno prácticamente puede moverse hasta una semana antes de recargar la batería; en carretera, desde luego cambia mucho la ruta, por el número de paradas necesarias para completarla, cuando se dispone casi del doble de autonomía que en el modelo anterior.