A prueba el primer híbrido enchufable de Lexus: el NX 450h+ es canela en rama

Pedro Urteaga

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Tras una primera toma de contacto celebrada en octubre, esperábamos con impaciencia el momento de conducir con más tiempo el primer híbrido enchufable de Lexus, que todo el mundo conoce -al igual que su matriz Toyota- como marca de modelos full hybrid, es decir, híbridos convencionales. El NX 450h+ tiene el honor de inaugurar esta nueva etapa de la firma japonesa, y desde luego lo hace a lo grande en todos los sentidos, también en el precio.

Comencemos por detallar qué hay en las entrañas del recién llegado al segmento de los SUV medianos-grandes de lujo. A un motor principal de gasolina 2.5 se unen dos motores eléctricos que, situados cada uno en un eje, confieren al vehículo tracción a las cuatro ruedas; el delantero tiene 134 kW y el trasero, 40 kW, ambos alimentados por una batería de 18,1 kWh. El sistema produce un máximo de 309 CV y proporciona una aceleración de 0 a 100 km/h en 6,3 segundos que resulta destacable en un coche que sobrepasa las dos toneladas.

La tracción total eléctrica es de serie, como decimos, en el 450h+ y opcional en la versión híbrida que también está a la venta, con la denominación 350h. Todos los modelos 4WD llevan ahora un Trail Mode que conjuga el control de la tracción, el frenado y la fuerza motriz para ayudar a prevenir el deslizamiento de las ruedas cuando se circula por superficies de baja adherencia.

Más allá de las prestaciones, hemos advertido que el NX cuenta en esta evolución con una puesta a punto notablemente mejor, en el sentido de que se mueve por cualquier tipo de carretera con seguridad y sin reacciones extrañas, al tiempo que conserva su rodadura refinada y confortable. Aunque silencioso en términos generales, puede serlo menos cuando demandamos potencia de manera súbita, como les suele ocurrir a los vehículos cuyo motor de combustión está acoplado a un engranaje planetario. Dicho de otro modo, en esas circunstancias el ruido del motor excede a la ganancia de velocidad.

Pero vayamos a lo que distingue claramente al 450+ de otro modelo de lujo equivalente. Lo primero que es obligado señalar es que estamos ante uno de los pocos híbridos enchufables en los que uno no siente que la autonomía eléctrica se le escapa -valga la expresión- entre los dedos. La cifra homologada en ciclo WLTP para la versión de pruebas (F Sport) es de 76 kilómetros, sin duda difícil de alcanzar en el uso real, pero sí se pueden recorrer unos 60 de verdad y seguramente algunos más si solo se circula por ciudad.

Hemos probado a dedicar la energía almacenada en la batería a cubrir trayectos netamente urbanos, como simulando una situación en que no es posible recargar el coche, y la conclusión es que ese remanente nos permite movernos en modo cero emisiones por calles a menudo congestionadas, parkings y demás escenarios urbanos durante varios días.

No obstante, un modelo como este está concebido para enchufarlo cada día y realizar los desplazamientos cotidianos sin consumo de combustible ni emisiones de CO2, mientras que los viajes por carretera se afrontan con tranquilidad ya que no hay necesidad de buscar puntos de recarga.

A este respecto, se agradece que aquí no se haya incurrido en la tendencia actual a reducir de manera significativa la capacidad del depósito de carburante en los híbridos enchufables. El 450h+ dispone de 55 litros que nos evitan tener que parar a repostar más de lo deseable cuando, además, en este caso se viaja con tal comodidad que los kilómetros pasan casi sin darse cuenta.

Un aspecto muy destacable de la tecnología empleada por Lexus estriba en su alta eficiencia cuando se agota la batería, dado que el vehículo sigue funcionando como cualquier otro full hybrid en los que la marca tiene trayectoria bien reconocida. Pruebas internas de la compañía apuntan a un 30% menos de consumo que los competidores en esa situación de batería descargada.

Por nuestra experiencia, de la que no cabe extraer conclusiones tan precisas, diremos que es fácil obtener registros por debajo de los 6 litros/100 km en autovía a un ritmo moderado, lo cual es reseñable en un vehículo de este porte. Eso sí, haría falta cargar el coche con más pasajeros y equipaje para saber cuánto combustible gasta en realidad durante una tradicional salida en familia.

Para estos desplazamientos largos se dispone en el nuevo NX de una gran capacidad de carga: 525 litros con los asientos traseros en su lugar y hasta 1.436 litros con ellos abatidos. El 450h+ cuenta con un compartimento específico para el cable de carga, que se entrega -nobleza obliga- en una refinada bolsa de cuero.

Un interior que mejora en todo

Al volante, nos ha gustado disfrutar de la gran pantalla de 14 pulgadas ahora enteramente táctil, lo que supone despedirse del engorroso touchpad del modelo anterior. El número de interruptores ha pasado de 78 a 45, algo muy loable, pero afortunadamente sobreviven los de la climatización y el sonido; además, los mandos del volante son del tipo touch sensor, es decir, que funcionan al tacto aunque dan la sensación de clic de los controles físicos.

Es digno de mención también que el head-up display (de serie en las dos versiones superiores de la gama, F Sport y Luxury, no así en la Executive) no se limita a mostrar en el parabrisas la información que el conductor haya elegido, sino que además permite la interacción: a través de él se maneja el control de velocidad o se puede desactivar el aviso de cambio involuntario de carril, entre otras funcionalidades.

En un coche de este lujo y finura nos parece un complemento perfecto el nuevo sistema de apertura de puertas electrónico E-Latch, que sustituye el clásico tirador interior por un interruptor que basta mantener pulsado para que se abran. Este dispositivo se conjuga con un Asistente de Salida Segura que las bloquea cuando se acercan por detrás otros vehículos.

El selector de los cinco modos de conducción disponibles (Eco, Normal, Custom -personalizable-, Sport S y Sport S+) se ha trasladado de la parte superior del cuadro de instrumentos a un lado de la consola central, lo que lo hace aún más accesible para el usuario.

Como es natural, lo menos seductor del modelo de Lexus es su abultado precio. En su versión más asequible, Executive, cuesta 66.200 euros, y la más exclusiva, Luxury, está a la venta desde 76.500. Por un poco menos, 75.900 euros, sale la F Sport, cuyo carácter deportivo desvelan elementos como las llantas de 20 pulgadas, los detalles exteriores cromados y los paragolpes delantero y trasero de diseño exclusivo.