El Hyundai Kona llega el último y se electrifica el primero
Ya se puede decir que todas las piezas están repartidas en el tablero de los todocaminos pequeños, los derivados del conocido tradicionalmente como segmento de turismos utilitarios. Llega el nuevo Hyundai Kona, que aterriza sin solución de continuidad respecto a los Seat Arona, Kia Stonic y Citroën C3 Aircross y para plantar cara a los consolidados líderes de la categoría, los Renault Captur, Peugeot 2008 y Nissan Juke.
El modelo surcoreano estrena plataforma que, entre otras ventajas, le permite incluir equipamientos poco habituales en esta categoría, montar transmisiones con cuatro ruedas motrices y lo más importante, versiones cien por cien eléctricas, como las que estarán listas en primavera de 2018 con dos rangos de autonomía, según la batería elegida: 350 o 500 kilómetros.
En el momento del lanzamiento, el Kona se oferta con dos únicos motores de gasolina, un tricilíndrico 1.0 de 120 caballos de potencia, con tracción delantera y cambio manual de seis velocidades; o un cuatro cilindros 1.6 de 177 CV, 4x4 y transmisión automática de doble embrague y siete relaciones. También se retrasa hasta 2018 el diésel: un bloque de nuevo desarrollo con 1.6 litros de cilindrada y dos escalones de potencia, 115 o 136 CV.
El chasis es una de las mejores noticias del nuevo Kona. Los ingenieros de Hyundai han logrado un buen equilibrio entre confort, ligereza y aplomo. La versión con tracción a las cuatro ruedas cuenta con eje trasero multibrazo que ayuda a optimizar la conducción, maximizando la estabilidad en curvas rápidas. Es en este apartado donde demuestra que es más que un simple urbanita.
Aunque desde un punto de vista de la construcción es un coche diferente al Stonic de Kia, el nuevo Kona comparte concepto con aquél. Su carrocería mide 4,16 metros de largo, por 1,80 de ancho y 1,55 de alto, con una altura libre al suelo de 170 milímetros. Como es habitual entre sus competidores, los pasos de ruedas están ensanchados, dando cabida a llantas de hasta 18 pulgadas, su capó queda en una posición elevada y unas protecciones de plástico rodean todo su perímetro.
Estéticamente no faltan los detalles de personalización, que para el mercado español quedan limitados a diez colores de pintura para la carrocería, combinados con dos tonalidades para el techo, y tres terminaciones cromáticas en un interior donde los asientos pueden ser de tela, tela y cuero, o cuero.
Con 361 litros de maletero y unas plazas traseras relativamente razonables para su tamaño, el Hyundai Kona ofrece un habitáculo bien resuelto en términos de materiales y organización de mandos y funciones. Y no lo tiene fácil, porque en los acabados superiores la batería de equipamientos se dispara: frenada de emergencia en ciudad con detección de peatones, alerta por cambio involuntario de carril, el asistente de luz de carretera (HBA), el control del ángulo muerto o el de asistencia de salida de aparcamiento con detección de tráfico cruzado.
La dotación del Kona en materia de conectividad y confort tampoco es menor. De serie, monta un sistema multimedia con pantalla de 5,0 pulgadas, pero en opción se puede incrementar el tamaño de esa pantalla hasta las 8,0 pulgadas y proyectar las aplicaciones del teléfono móvil a través del Apple CarPlay o Android Auto.
Calefacción y ventilación en los asientos delanteros, volante calefactado, cámara trasera de ayuda al aparcamiento, un sistema de carga por inducción para el smartphone o la tecnología de proyección de información Head-up Display en el parabrisas, son algunos de los gadgets de última hornada de un Kona que se organiza en torno a cuatro niveles de acabado: Essence, Klass, Tecno o Style, y cuyo precio con promociones parte por debajo de los 14.000 euros.