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Nuevo Citroën C4 X, otro 'madrileño' para seducir al mundo

Citroën C4 X.

Pedro Urteaga

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Como otras marcas de coches, Citroën ha escogido para crecer la senda de ofrecer la mayor variedad posible de carrocerías y opciones mecánicas. La cuestión es rebañar tantos clientes como sea posible, en una dinámica que resulta especialmente rentable si para ello no es necesaria una inversión excesiva. En su caso, contar con las sinergias y economías de escala del grupo Stellantis es igual de importante que enriquecer su gama mediante variantes de modelos ya existentes.

Con esta aproximación teórica nos referimos a la decisión de declinar el Citroën C4, fabricado en Villaverde, en una nueva versión fastback que, por su carácter de híbrido entre varios segmentos, luce en su nombre una X final y que, como su hermano de gama, se produce también en la planta madrileña.

A igualdad de plataforma y de numerosos elementos constructivos, el C4 X aventaja en 24 centímetros de largo al C4 convencional (4,60 frente a 4,36 metros), lo que se logra a base de alargar el voladizo trasero para dar lugar al clásico maletero de berlina, con tapa en vez de portón. La capacidad de carga pasa de 380 a 510 litros, pero lo que se gana en volumen se pierde en practicidad y especialmente en facilidad de acceso al compartimento. 

Con el fin de esquivar el problema que suele suponer todo sedán en el que, además, se ha enfatizado la caída del techo, Citroën ha optado por reclinar el asiento trasero 27 grados. Así, el más que correcto espacio para las piernas que proporciona la batalla de 2,67 m se complementa con una altura en las plazas posteriores que no es problema para personas de hasta 1,85 m de estatura, pues la postura más tumbada evita en general tocar el techo con la coronilla.

En España, el C4 X se comercializa tanto en versiones de combustión como en una enteramente eléctrica denominada ë-C4 X. Las primeras equipan bien un motor de gasolina de 100 CV con cambio manual de seis velocidades, bien uno de 130 CV que se combina con una caja automática EAT8, así como un bloque diésel de esta última potencia y con idéntico cambio de marchas.

En cuanto al ë-C4, incorpora el habitual sistema de impulsión eléctrico de Stellantis, consistente en un motor de 136 CV y una batería de 50 kW, y no la nueva cadena cinemática de 156 CV y 54 kWh que estrena por estas fechas el nuevo DS 3 E-Tense. La autonomía teórica, de 360 km en ciclo WLTP, es superior a la del C4 debido a que el equis dispone sobre el papel de una aerodinámica algo mejor.

El recorrido elegido para la presentación del modelo, por carreteras de la Comunidad de Madrid y por las calles de la capital, no nos ha permitido extraer conclusiones claras ni sobre el consumo ni sobre la autonomía. De hecho, nos ha sorprendido ver en el ordenador una cifra media de 22 kWh/100 km (la homologada es de 15,3) para una ruta que no era en absoluto exigente; con ella, el alcance del coche difícilmente recorrerá más de 250 km, pero esperaremos a probar el vehículo con detenimiento antes de ser más tajantes al respecto.

La baja temperatura ambiente debió de influir en un registro tan abultado, aunque el ë-C4 dispone de bomba de calor para evitar precisamente que caldear el habitáculo merme de forma tan severa la capacidad de la batería. Esta se recarga hasta el 80% en media hora haciendo uso de una toma de corriente continua de 100 kW.

Confort por encima de todo

Como el C4 y el C5 X, entre los que se sitúa por tamaño y posicionamiento, el C4 X persigue ofrecer el mayor nivel de comodidad posible, algo que prácticamente se ha convertido en sinónimo de la marca Citroën, y por ello hereda de aquellos los asientos Advanced Comfort, provistos de espuma de alta densidad, y una suspensión equipada con amortiguadores hidráulicos progresivos. También toma del C4 una guantera y un soporte específicos para tabletas.

Lleva, además, una pantalla central de 10 pulgadas con sistema de infoentretenimiento My Citroen Drive Plus, head-up display (en el acabado Shine) y más de 20 asistentes a la conducción, entre ellos un Highway Driver Assist que combina la acción del control de velocidad adaptativo con la del sistema de mantenimiento en el carril.

Los usuarios de la versión eléctrica, cuya batería está asegurada por ocho años, cuentan también con la posibilidad de disfrutar de un modelo de combustión durante siete días en el plazo de dos años. De esta forma se busca soslayar las limitaciones de autonomía de este tipo de vehículos en periodos de vacaciones, fundamentalmente. Además, hasta el 31 de enero, se beneficiarán de la instalación gratuita de un punto de carga de 7,4 kW con cable Modo 3 incluido.

Las estimaciones de Citroën apuntan que, en un año completo como este mismo 2023, las ventas del C4 X representarán alrededor del 35% de todas las del C4. Estas altas expectativas descansan en la buena acogida que una silueta como la del nuevo modelo debería tener en el sector del taxi y los VTC.

A igualdad de equipamiento y motor, el C4 X cuesta algo más de 1.000 euros más que el C4 convencional. Está a la venta desde 22.785 euros (o 215 euros al mes) con motor de gasolina de 100 CV y acabado Feel, y las variantes eléctricas parten de 35.635 euros para llegar a los 38.085.

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