Fiat recurre a Tesla para reducir su media de emisiones
El grupo italoestadounidense FCA, que conforman Fiat y Chrysler, ha llegado a un acuerdo con la californiana Tesla, especialista en vehículos eléctricos, para incorporar a su flota modelos de esta firma y reducir de este modo sus emisiones medias de dióxido de carbono (CO2). Según ha publicado este fin de semana el periódico Financial Times, la operación está valorada en “cientos de millones de euros” y tendrá un carácter plurianual.
Naturalmente, el objetivo del acuerdo es rebajar la huella de carbono del consorcio y evitar las posibles multas de los reguladores europeos a las marcas que lo integran, entre ellas la especializada en vehículos 4x4 Jeep. La clave de todo este asunto no es otra que el deadline de la Unión Europea que obliga a que en 2020 la gama de modelos de todos los fabricantes presente un promedio de emisiones de CO2 de 95 gramos por kilómetro. Se calcula que cada gramo de desviación de ese límite supondrá 95 euros de sanción por cada coche vendido.
Aunque 2020 es la fecha fatídica ahora mismo, la UE ha establecido que la media de emisiones quede en 80 g/km en 2025 y que baje hasta los 66 gramos en 2030, con el propósito final de dejarla en cero para 2040.
De momento, Fiat y Chrysler tienen que salvar el escollo que se levanta ante ellas el próximo año. Dado que su programa de vehículos eléctricos está previsto que dé sus primeros pasos en ese mismo 2020, no tienen más remedio que recurrir a acuerdos como el suscrito con Tesla para cumplir la normativa comunitaria.
Las fuentes de la Unión Europea citadas por el Financial Times aseguran que esta alianza se habría formalizado el pasado 25 de febrero y contemplaría la creación de una flota de vehículos procedentes de Tesla que pasaría a formar parte del pool de la propia Fiat.
En este mismo contexto se explican los contactos que, según diversas informaciones, habría mantenido el grupo encabezado por Fiat con la alianza Renault-Nissan y con el grupo francés PSA al objeto de poder acceder a su tecnología eléctrica y compartir gastos de desarrollo de coches de baterías.
Entre tanto, Tesla ha ingresado más de 1.000 millones de dólares en los últimos tres años vendiendo derechos de emisiones a otras marcas en Estados Unidos, como figura en el informe anual de la compañía, y ahora parece que empieza a hacer caja de la misma manera en Europa.
Las leyes comunitarias permiten dos modos de operar en el llamado comercio de derechos de emisión de gases contaminantes. Por un lado, los consorcios automovilísticos pueden compensar su nivel de emisiones de manera interna entre las marcas que los componen, como hace el Grupo Volkswagen al balancear la huella de carbono de Seat o Skoda con la de Audi y Porsche. Por otro, un fabricante de vehículos limpios obtiene derechos de emisiones de CO2 que está autorizado a vender a otros.
No solo las autoridades europeas consienten este tipo de transacciones, que son básicamente las mismas que se realizaron en su momento en California al amparo de la Ley del Aire y popularizaron los denominados créditos de emisiones.