'Disidencias de género' es un blog coordinado por Lucía Barbudo y Elisa Reche en el que se reivindica la diversidad de puntos de vista feministas y del colectivo LGTBQI.
Literatura LGTBI para amar lo que eres
Trabajar por una cultura diversa es una opción que sigue siendo necesaria para abrir mentes y cerrar bocas, aunque sepamos que esto es un poco más difícil porque vivimos en una sociedad donde todo se puede decir. Sufrimos una cantidad de agresiones hacia el colectivo LGTBI, todos los años, todos los días, en todas partes. Así que, toda película, libro, documental, serie o cualquier otro medio artístico que sirva para dar visibilidad al colectivo debería ser más que bienvenido.
Por suerte, llevamos unos años en los que, la mayoría de los contenidos audiovisuales nos ofrecen, en casi todos los casos, algunos personajes que nos ayudan a sentirnos más integrados. Aunque, siendo honesto, pocas son las obras que se lanzan de lleno a la piscina y apuestan por un personaje principal LGTBI. De hecho, en cuanto al mundo de la literatura, tengo constancia que incluso algunas editoriales que han publicado libros con este contenido, han intentado hacer portadas lo más ambiguas posibles para confundir al lector y que no sepa, de forma clara, lo que se va a encontrar, ya que consideran que mostrar, de forma directa, una portada que el lector identifique como LGTBI estaría reduciendo el nicho de mercado. Así que optan por invisibilizar la idea principal del libro tapándola con un simbolismo que, a regañadientes, podría ser válido.
La literatura LGTBI es muy importante, sobre todo a día de hoy, porque es una fuente que nos permite conocer muchos tipos de historias: autobiográficas, históricas, románticas. A simple vista, mucha gente podría preguntarse, ¿por qué etiquetarlas de literatura LGTBI y no de literatura a secas? Esa pregunta, que tanta gente cuestiona, tiene una respuesta muy clara, y ojalá llegue el día en el que la etiqueta LGTBI no sea necesaria. Pero la importancia de categorizar esto es, simplemente, porque tienen una finalidad añadida además de entretener al público: una lucha por la igualdad real, una lucha contra violencia, una lucha porque nadie tenga que pasarse la vida metido dentro de un armario. Y mientras sigan existiendo personas que sufran por esta razón, la categoría LGTBI seguirá siendo necesaria, para que esas personas, algún día, con suerte, se crucen con ese libro, o con esa película, y al interactuar con su contenido, algo despierte dentro de ellas y le dé la fuerza que necesitan para decir: este soy yo y punto.
Además, la cultura LGTBI no solo ayuda a las personas que formamos parte del colectivo, ayuda también, y mucho, a aquellas personas que necesitan documentarse y descubrir la historia, los sentimientos y los valores que nos representan. Yo recuerdo que, cuando tenía diecisiete años, comencé a ver cine homosexual con películas como: `Brokeback Mountain´ o `Plegarias para Bobby´ y fueron, precisamente, esos visionados los que me hicieron comenzar a tener fuerzas para aceptar que mi orientación sexual no tenía que ser un problema para nadie y mucho menos para mí mismo.
Cada vez hay más jóvenes sin miedo a aceptar lo que son y yo creo, sinceramente, que los referentes LGTBI de la literatura o del cine, están siendo clave en esto. Por eso tenemos que seguir apostado y consumiendo estos contenidos que no solo, en muchos casos, nos cuentan una gran historia, sino que abren nuestra mente, eliminan nuestros prejuicios y nos hacen ser un poco más humanos.
Desde que cumplí la mayoría de edad, me he nutrido de estos valores para conocer otras historias que podrían ser, perfectamente, la mía, o la tuya, y para crecer como persona. Recuerdo que a los diecisiete no me imaginaba teniendo la vida que, hoy, a los veinticinco, tengo. Me daba auténtico pavor pensar en cuestiones tan simples como caminar de la mano, traer a un chico a casa o, incluso, enamorarme. El ambiente gay me asustaba y mis pensamientos estaban influenciados por los prejuicios y estereotipos que, en muchos casos, nos han vendido los medios o los políticos. Pero no era más que, como otros muchos, un ignorante que prefería crear una barrera de desinformación, a atreverme a buscar, entre las letras de la historia que nos representa, el verdadero significado de lo que era. Pero inevitablemente, ese momento llegó y, ahora, después de libros, películas, documentales, charlas y jornadas puedo decir que amo lo que soy, que estoy orgulloso de serlo, y que seguiré creando, entre mis letras, personajes que ayuden a otros, a encontrar su mejor versión.
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