Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
Sobre este blog

Murcia y aparte es un blog de opinión y análisis sobre la Región de Murcia, un espacio de reflexión sobre Murcia y desde Murcia que se integra en la edición regional de eldiario.es.

Los responsables de las opiniones recogidas en este blog son sus propios autores.

El papel de cuidador, para el Estado

La diputada Carolina Bescansa con su bebé en el Congreso

Rebeca Martínez

0

Diputados llegando en bici al Parlamento y sin corbata, proclamas de cambiar la Constitución en el momento de jurarla o prometerla, 'rastafaris' y la primera diputada negra... Nunca un inicio de legislatura dio para tanto. Pero si hubo algo que ayer situó a los conservadores al borde del colapso fue la llegada al hemiciclo de la diputada de Podemos Carolina Bescansa con su bebé.

En este escenario, en el que se permite todo o casi todo -una vicepresidenta que pasa el sopor de un debate sobre el Estado de la Nación jugando con su 'iPad', parlamentarios y parlamentarias echando una cabezadita en su escaño o lanzándose improperios a bocajarro, imputados que se aferrán al sillón con uñas y dientes...-, nos permitimos poner el grito en el cielo cuando aparece un neonato. Y es que en nuestra sociedad cuanto más escondidos e invisibilizados estén los ciudados, mejor, menos incómodos resultan.

Las opiniones vertidas en las redes y los medios por la decisión de Bescansa fueron de lo más variopintas: hay quienes tachan el gesto de populista e innecesario, y también quienes lo elogian por permitirnos hablar abiertamente de los cuidados y la reproducción en días como hoy. Ahora bien, para que no se quede en mero simbolismo y trascienda su condición de simple anécdota, es necesario reorientar el debate hacia el terreno político -¿no estamos hablando de esto?- y utlilizar la coyuntura para, una vez más, divulgar los reclamos que desde espacios feministas se vienen haciendo desde hace tiempo.

El trabajo reproductivo o de cuidados, aun siendo intrínseco a la vida -desde que nacemos o enfermamos hasta que envejecemos-, no goza ni por asomo del reconocimiento del trabajo productivo, el mercantil. En una sociedad capitalista como la nuestra, que se mueve sólo por el motor del beneficio, los cuidados son esa labor secundaria que se realiza en el ámbito privado del hogar, que está desarrollada en su mayor parte por mujeres y que no está remunerada.

Para asistir cada día a nuestro puesto de trabajo necesitamos comer, descansar, vestirnos, que nos cuiden a nuestras pequeñas y nuestros mayores y que nos curen a nosotras cuando enfermamos; sin embargo, el Estado -¿era 'del bienestar'?- es incapaz de hacerse cargo y hace verdaderos esfuerzos por ocultarlo.

Así, mientras haya mujeres -si las nuestras no pueden, lo harán inmigrantes- dispuestas a cargar con esta responsabilidad ingente, de quedarse en casa y renunciar a su empleo para hacerlo o de delegar la tarea en otros familiares, nuestros gobernantes no se verán en la tesitura de tener que tomar medidas contundentes para que el Estado cumpla también su papel de cuidador, medidas que pasarían por favorecer la incorporación real de los hombres al trabajo doméstico sin que sean las empresas las únicas en hacer frente a los gastos, por constuir centros de día para nuestros mayores y guarderías para nuestros niños, que haya tantas que no estén alejadas de nuestro trabajo para que la madre que lo desee pueda seguir amamantando a su bebé más allá del permiso de maternidad.... En definitiva, medidas que situarían la vida y los cuidados en el centro de nuestra sociedad por encima de la lógica del capital.

Que Podemos consiga llevar todas estas proclamas al Parlamento sí que sería un verdadero gesto en pos de la conciliación familiar, porque, no nos engañemos, los hombres y mujeres que pueden permitirse llevar a su retoño al trabajo son más bien pocos. La mayoría -costureros, zapateras, agricultores, fontaneras, electricistas o cuidadores, entre otras- no tienen la suerte de poder liarse el bebé a la espalda durante su jornada laboral, y necesitan que sea el Estado quien se encargue de esto. Si conseguimos que estas demandas tengan cabida en el fútil revuelo originado por lo de Bescansa, entonces todo habrá tenido sentido.

Rebeca Martínez es miembro de Anticapitalistas

Sobre este blog

Murcia y aparte es un blog de opinión y análisis sobre la Región de Murcia, un espacio de reflexión sobre Murcia y desde Murcia que se integra en la edición regional de eldiario.es.

Los responsables de las opiniones recogidas en este blog son sus propios autores.

Etiquetas
stats