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“A mí me regalaron una batidora, a mi hija en la suya dinero, y del regalo de Galea no me acuerdo”

El presidente del PP murciano Valcárcel junto al alcalde de la capital, imputado en el 'caso Umbra' / PSS

Europa Press / eldiariomurcia

Murcia —

Valcárcel ha comparecido después de que el juez Abadía, instructor de la causa Novo Carthago de supuesta corrupción urbanística, dictara un auto en el que se le da de plazo 30 días para acudir voluntariamente como imputado a prestar declaración, por su posible implicación en los hechos investigados.

El expresidente de la Región de Murcia, presidente del PP murciano y vicepresidente del Europarlamento, ha advertido de que, “llegado el momento procesal oportuno, las tesis del instructor están sencillamente condenadas al fracaso toda vez que los hechos en que las mismas se basan carecen de aporte probatorio alguno” y ha desacreditado al magistrado afirmando que “más bien parecen residir en un relato absolutamente novelado que no tiene acomodo o encaje en el campo del derecho penal”.

Acompañado de una decena de miembros del Partido Popular y afirmando que no tiene nada que ocultar ni de qué arrepentirse, Valcárcel ha negado que percibiera cantidad alguna de las donaciones que se le realizaron a su hija en concepto de regalo de boda, y ha insistido en rechazar los argumentos esgrimidos por el instructor en la resolución, “toda vez en la misma de unos hechos falsos”. “No se me ocurre otra forma de calificarlos”, ha dicho el presidente de los populares murcianos, añadiendo que las conclusiones que se obtienen por tanto derivados de los mismos son “falsas”.

Ramón Luis Valcárcel no ha ocultado su “malestar” respecto a lo que considera que son “suposiciones indiciariamente que establece el instructor, porque las obtiene sin la más mínima prueba documental, ni siquiera indiciariamente”. “Me sorprende que el instructor llegue a la conclusión sin operación lógica intelectual previa, de que los ingresos dinerarios en que se materializaron los regalos realizados a mi hija con motivo de su boda tenían como destinatario a mi persona o patrimonio, colocando a mi hija el instructor en posición de testaferro”, ha aseverado el actual vicepresidente del Europarlamento.

Visiblemente afectado por lo que entiende que es una “conjetura”, no ha ocultado que siente que “el recíproco respeto que el sistema judicial debe a las garantías procesales y legales a un ciudadano, en este supuesto ha sido gravemente quebrado”. Y de nuevo ha vuelto a insistir en que “todo se hizo mediante transferencia y contrafactura”. “Todo ello prueba que ni un solo céntimo de dichos obsequios he podido percibir”, ha explicado.

A su juicio, “es imposible comprender cómo se especula con unos hechos que no admiten otra prueba que la que acabamos de reflejar”. “La totalidad de los ingresos vía regalo de boda fueron dispuestos, única y exclusivamente, por el nuevo matrimonio”, ha reiterado.

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