Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
La izquierda presiona para que Pedro Sánchez no dimita
Illa ganaría con holgura y el independentismo perdería la mayoría absoluta
Opinión - Sánchez no puede más, nosotros tampoco. Por Pedro Almodóvar

Los colegios rurales, bajos ratios y atención personalizada: “Somos como una pequeña familia”

Docente del CEIP Ortega y Rubio plantando cultivo con alumnos

Wendy Dávila

0

Desde que en febrero se notificaron los primeros casos de COVID-19 en España, el virus ha alterado radicalmente nuestro día a día. Marzo comenzó con un confinamiento que nos mantuvo en casa más de dos meses, y con la desescalada y la 'nueva normalidad' surgieron los primeros rebrotes que se extienden ya por todo el país. Ahora, septiembre, trae un nuevo reto: la vuelta a las aulas para esos 8 millones de alumnos y 700.000 profesores que tuvieron que abandonar los colegios, institutos y universidades con el estado de alarma para recurrir a la enseñanza online.

Este nuevo curso se enfrenta a una “enseñanza presencial” que se ha defendido desde el Ministerio de Educación, y por la que las diversas Comunidades Autónomas han trabajado durante los últimos dos meses con el fin de fijar unos planes seguros de vuelta a las clases. Sin embargo, el descontento entre el cuerpo docente, las Ampas, las Fapas y los sindicatos de todo el país por, entre otras cosas, las “altas ratios” -fijadas entorno a 20-30 alumnos, varía en cada territorio-, ha sido recibido por los centros rurales, que cuentan con apenas una docena de estudiantes, como una ventaja frente a los centros más masificados.

“Si tuviera que llevar a mi hijo a un colegio hoy en día, tal y como está la situación, me plantearía llevarlo a un sitio como el que dirijo; no es lo mismo llevarlo de infantil a un aula de 35 alumnos que a una de tres”, afirma Jesús Cantón, director del CEIP Ortega y Rubio, un colegio situado en la pedanía murciana de la Puebla de Mula -250 habitantes- y que pertenece al municipio de Mula. En el centro tienen matriculados a tres alumnos en infantil y nueve en primaria -junto con seis docentes-, aunque el director señala que podrían llegar a acoger “de momento” a 25 estudiantes en cada ciclo.

El colegio que dirige Cantón forma parte de esos centros que antes luchaban por su supervivencia y ahora resultan más atractivos por la baja afluencia de alumnos. En la Región de Murcia hay 1.500 alumnos que estudian en estas áreas y parajes diseminados, según datos de la Consejería de Educación: 1.100 estudian en los ocho CRA (Centros Rurales Agrupados) que se ubican en los municipios de Abanilla, Caravaca de la Cruz, Cehegín, Fuente Álamo, Moratalla, Torre Pacheco y Lorca mientras que los 500 restantes lo hacen en los 22 centros educativos ubicados en localidades con pocos habitantes.

“Tenemos numerosas ventajas con respecto a otros centros que tienen 500 o 600 alumnos ya que conocemos a todas las familias, sabemos sus hábitos en casa, sus zonas de juego en la pedanía y demás”, añade el director del Ortega y Rubio. Cantón asegura contar con “espacios más que suficientes” para albergar a estos alumnos y al tener solo tres estudiantes en Educación Infantil, podrán cumplir uno de los puntos que más protestas ha suscitado en el cuerpo docente: la sustitución del calzado de los niños de infantil en el interior de las aulas que se pide en la 'Guía para el inicio del curso' de la Región. Además, el colegio comprará mascarillas reutilizables de neopreno a los estudiantes y docentes.

“Somos como una pequeña familia”

El “contacto estrecho” entre profesores y padres es otra de las ventajas destacada por Juana María Sánchez Díaz, exalumna y madre de dos escolares del CEIP Ortega y Rubio que reside en Mula, y que decidió llevar a sus hijos a este centro porque le transmitía “más seguridad” que estuvieran ahí. “Me apetece más coger el coche y hacer un par de kilómetros para que los niños estén más seguros”, recalca Díaz, pero asegura entender que haya padres a los que le resulte complicado por la conciliación. Aún así, lo recomienda como “solución a la masificación de otros coles”.

“Podíamos llamarlos en cualquier momento, no nos ponían un horario fijo porque es un colegio rural y nos conocemos. No ha sido como un colegio tan grande que tienes un horario fijo y si se te ha pasado, se te ha pasado. Somos como una pequeña familia”, asegura Díaz, a lo que el director del colegio agrega que “casi todos los días hablaba con los padres personalmente para ver la evolución de su hijo en casa”.

Por tanto, un nuevo escenario en el que se vuelva producir la enseñanza telemática no preocupa a este colegio porque aseguran que “ningún alumno se quedó atrás” en la última ocasión y salieron reforzados “al aprender a trabajar de otra manera” que antes no hubieran hecho.

La España vaciada

No solamente los colegios, las zonas rurales de España han sido durante estos últimos meses el lugar de refugio de cientos de ciudadanos que habitaban en núcleos urbanos con más aglomeración de gente, y que, temerosos del coronavirus, han huido a espacios con menos concurrencia de personas.

Esta situación se contrapone a lo vivido en la península durante los últimos años donde se ha podido ver cómo las zonas rurales con menos población han ido decreciendo en favor de las grandes ciudades, que congregan a la mayor parte de la población española. Según un informe publicado por la Federación Española de Municipios y Provincias (Femp) Salamanca, Burgos, Zamora y Ávila son las provincias con mayor número de municipios que pierden población, lo que convierte a Castilla y León en la comunidad más afectada por el abandono de los núcleos rurales.

En la Región, sin embargo, la tendencia es distinta. Según los últimos datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), solo siete de los 45 municipios existentes en la comunidad presentan una disminución de la población de 2018 a 2019: Abarán, Blanca, Bullas, Campos del Río, Cehegín, Ricote y Ulea. Ya en 2016 el último informe de la Femp señalaba a Murcia como una de las comunidades con mayor crecimiento demográfico durante la etapa del 'boom', gracias a la inmigración y al aumento de la natalidad. Esta tendencia al alza se trasladó a prácticamente toda la geografía regional.

Etiquetas
stats