Contrapunto es el blog de opinión de eldiario.es/navarra. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de la sociedad navarra. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continua transformación.
Juego de Tronos
En origen, el protocolo era un papel que se pegaba en la tapa de los libros donde se advertía del contenido del mismo. Era algo así como un pos-it que anticipaba lo que iba a leerse. Posteriormente, el significado de la palabra protocolo derivó a las normas preestablecidas que regulan los actos públicos. Los franceses tienen fama de ser estrictos con el mismo. Pero en cierta ocasión, Mitterrand se colocó fuera del sitio encomendado y espetó a su jefe de protocolo que le había advertido del error: La presidencia está dónde yo me siente.
Así, resulta poco creíble el argumento de la Casa Real española de que el protocolo impedía que D. Juan Carlos estuviera en el 40 Aniversario de las Elecciones de 1977. El enfado de D. Juan Carlos con su hijo es similar al enfado al que tuvo su padre con él. El padre de D. Juan Carlos se enfadó, y mucho, cuando éste se saltó la línea sucesoria al trono aceptando el nombramiento de Franco. Pero no es mi intención revisar la historia y mucho menos entrar a valorarla. Me reconozco culturalmente como hijo tardío de la Transición. Considero que el proceso histórico vivido en su momento fue el que pudo hacerse y con mucho sacrificio por parte de los demócratas. Pretender hacer política del pasado es algo inútil socialmente. Sin embargo, quiero señalar que el gesto real de obviar al anterior rey no ha sido inocuo ni protocolario, tenía sentido político.
Y es que nos encontramos en otro momento transitorio, de paso a otra etapa. Las últimas elecciones generales alumbraron un nuevo sistema de partidos que ya había empezado a emerger en las municipales y autonómicas. Ciudadanos y Podemos son expresiones políticas novedosas que nada tienen que ver con los tiempos de la Transición. El PCE ha desaparecido como partido político que se presenta a las elecciones. Recientemente, la militancia del PSOE en sus primarias también aparcó a sus héroes de la Transición. Así pues, después de 40 años el actual sistema político por mor de la voluntad de ciudadanía ha cambiado radicalmente. El sistema bipartidista que conocimos ya no existe y las alternancias de gobierno son múltiples no binarias.
También los focos de interés político han mudado. El independentismo catalán ha crecido exponencialmente; el terrorismo político de ETA ha desaparecido; la corrupción política se presenta como una de las principales preocupaciones ciudadanas; la legitimidad institucional está en horas muy bajas; el Estado del Bienestar presenta serias grietas; la globalización hace revisar fundamentos políticos hasta hace poco inamovibles.
Por todo ello, no es arriesgado afirmar que políticamente estamos en momentos constituyentes. Estamos ante un nuevo tiempo político. De hecho, hace unos días Sánchez y Rivera hablaron de reformas constitucionales. Habrá que esperar a ver cuál es el calado y la naturaleza de las mismas.
Si fuéramos franceses diríamos que estamos ante las vísperas de una Segunda Monarquía. Las vísperas de una Tercera República están más lejanas. El acto del 40 aniversario de las primeras elecciones democráticas tenía mucho de nostalgia, mucho de pasado, mucho de revival. Y al actual rey le tocaba hacer un discurso para el futuro. Por ello, la no presencia de D. Juan Carlos no fue un gesto de olvido con el pasado, sino un gesto de adaptación a los nuevos tiempos. Es inteligente que el rey no quiera vivir en el pasado sino que quiera representar el futuro. Máxime, cuando el debate sobre la Jefatura del Estado también entrará en la arena política.
En resumen, ¿Porque le llaman protocolo cuando quieren decir política?
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