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“Quienes pasan una valla quieren vivir, porque ya ser felices es un lujo”

Pablo Iraburu (izquierda) y Migueltxo Molina, codirectores del documental 'Walls'.

Garikoitz Montañés

Walls y District Zero, dos documentales en los que están involucradas la productora navarra Arena Comunicación y la guipuzcoana Txalap.art, estarán presentes en el Festival de Cine de San Sebastián. La primera, codirigida por Pablo Iraburu y Migueltxo Molina, cuenta la historia de personas situadas a los dos lados del muro en cuatro fronteras. District Zero, por su parte, es un proyecto más pequeño producido por Oxfam y la Unión Europea y se centra en el propietario de una tienda de telefonía en el campo de refugiados de la guerra siria Zaatari (Jordania). En este caso, en la dirección figuran Jorge Fernández Mayoral, Pablo Tosco y, de nuevo, Iraburu.

El realizador navarro (Pamplona, 1969) afronta por fin la recta final de unos trabajos que, por ejemplo en el caso de Walls, arrancaron hace tres años. Estos son el tercer y cuatro trabajo firmados en su propia productora, tras Nömadak TX, sobre la txalaparta y la cultura como medio de encuentro, y Pura vida, el exitoso documental sobre la pérdida del montañero Iñaki Ochoa de Olza y la necesidad de disfrutar de la vida que, incluso, Pep Guardiola utilizó como vídeo de motivación para los jugadores del FC Barcelona. Iraburu reconoce que, en todos sus trabajos, hay un elemento común, que es el interés por las personas y la necesidad de centrarse en algo sencillo para abordar un tema más complejo. Y eso, asegura, se logra con un 95% de metodología e investigación y un 5% restante que depende, básicamente, de que se ilumine la bombilla.

En Walls se han centrado en cuatro muros (entre Sudáfrica y Zimbabwe, México y Estados Unidos, España y Marruecos, e India y Bangladesh), pero barajaron decenas de ellos.Walls

Al principio del proyecto hicimos una lista y nos salían 47. Y ahora serían más. Es un fenómeno global en expansión, con una dimensión brutal y lo terrible es que hablas de este proyecto a personas de diferentes países y saben a qué te refieres.

¿Suena cotidiano algo que no debería serlo?

Aquí todo el mundo sabe que existe Melilla y ha visto imágenes, pero nosotros queremos llamar la atención sobre dos cosas: que esto pasa en todas partes y otra es que siempre se habla del tema desde un punto de vista geopolítico. Y hemos querido olvidarnos de eso para hablar de la gente y contar historias de personas que están ahí, y ya está. Luego cada uno que piense lo que quiera. Creo que los documentales están hechos para hacer preguntas, no para decirte lo que tienes que pensar.

Pero en su caso, al involucrarse en el guión, en el rodaje, en la realización… también tendrá una opinión al respecto.

Llevábamos tiempo queriendo hacer algo sobre los muros, porque es un tema que a mí personalmente me preocupa, pero hasta que no vimos esa posibilidad de usar los muros para hablar de las personas no le pusimos cara al proyecto. Y, tras rodar en muchísimos países diferentes, diría que al final te das cuenta de una cosa: que un africano o un guardia civil que vigila la valla quieren básicamente lo mismo, que es sobrevivir y que su familia esté más o menos bien. Porque a menudo se habla en los medios de comunicación, por ejemplo, de que las personas subsaharianas vienen aquí en busca de una vida mejor, y no es verdad. Vienen aquí buscando sobrevivir, porque huyen directamente de la muerte. Quieren vivir, porque ya ser felices es un lujo acojonante. Al darte cuenta de eso, tienes una visión distinta del muro, porque divide la supervivencia de la no supervivencia.

¿La Guardia Civil ha sido trasparente durante la grabación?

Nosotros hemos sido claros durante todo el proyecto y hemos explicado a todas las personas qué estábamos buscando. Y sí, la Guardia Civil ha sido trasparente. Igual esto no es políticamente correcto decirlo, pero al ver imágenes violentas, un ciudadano busca un malo al que culpar, y se queda más tranquilo al señalar al hombre con la porra. Pero ¿la culpa es de ese tío o de nosotros que estamos aquí, queremos vivir tranquilitos y que no nos molesten? Yo no sé cuál es la solución para Melilla, pero creo que esta es una de las preguntas que hay que hacerse.

Hablamos de cuestiones muy actuales, y que prometen seguir siéndolo, por desgracia, durante mucho tiempo.

Lo jodido del asunto es que, por ejemplo, al conocer qué está ocurriendo en Macedonia he visto que son los dos temas [los reflejados en Walls y District Zero] mezclados, porque hablamos de unos refugiados a los que quieren parar con una alambrada. Sí, creo que tristemente este tema estará de actualidad mucho tiempo. El problema es que los medios funcionan por modas, y antes lo han estado las pateras o Melilla, pero cuando ya se habla de eso durante meses, se pasa a hablar a otra cosa, porque eso está pasado, pero no quiere decir que no se siga produciendo. Seguirá ocurriendo y los medios le harán más o menos caso según vaya la liga de fútbol.

Usted ha mencionado la necesidad de centrarse en las personas. En este caso, hay que recordar que son personas y no personajes.

Llegar a esas personas es muy difícil y el mérito de haberlo logrado es de Itziar García [directora de producción]. Nosotros [se refiere al codirector Migueltxo Molina y él] al pensar la película pensamos en un personaje ideal, pero no sabemos si existe y a través de producción se encuentra a esas personas.

Y aquí llega la pregunta tópica: ¿y la realidad supera a la ficción?

La realidad lo que tiene de bueno es que es real, y siempre nos sorprende.

¿Por qué en Arena Comunicación se han centrado en los documentales, cuando la ficción tiene una salida más rentable?

No sé hacer ficción y esto me gusta mucho más. Igual hacer ficción es más cómodo, pero el documental tiene más riqueza. Hacer un documental es una aventura, a veces una maravilla y a veces un horror, porque estás en contacto directo con la realidad. Y la realidad es la leche.

Para usted supondrá un reto intentar repetir el éxito de Pura vida.Pura vida

Todavía no sé si lo hemos hecho bien. Hace poco hablaba con Migueltxo y, cuando terminamos Pura vida, tampoco sabíamos si iba a gustar y, sin embargo, funcionó muy bien y no nos lo esperábamos para nada. Hasta se ha proyectado en Rusia y Estados Unidos. Así que ahora, con Walls, nos acercamos al Festival de Donosti y no tengo ni idea qué va a sentir la gente.

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