Víctimas de ETA y familiares de presos escenifican las heridas sin cerrar provocadas por el terrorismo en Navarra
Aunque el fin de ETA ha sido una de las más destacadas noticias de este 2018 que se acaba, las heridas provocadas por el terrorismo en la sociedad navarra siguen lejos de cerrarse. La instalación en el Paseo de Sarasate de Pamplona de un contenedor transparente que reproduce las condiciones de una celda para denunciar la política de dispersión ha provocado que las víctimas del terrorismo se manifiesten en contra y exijan “verdad, memoria, dignidad y justicia”. Además, han asegurado sentirse “totalmente abandonadas” por el Gobierno de Navarra y el Ayuntamiento de Pamplona tras no lograr que las instituciones impidan la performance por apología del terrorismo.
Alrededor de 200 personas han secundado la concentración convocada a mediodía por la Asociación Navarra de Víctimas del Terrorismo de ETA (Anvite), que se ha situado a las puertas del Parlamento, a un centenar de metros de la instalación ‘Una mirada desde dentro’. La iniciativa de la red ciudadana Sare contará el viernes y el sábado con la participación de representantes de partidos políticos, sindicatos y otros colectivos sociales, que turnarán cada 30 minutos para vivir la experiencia del encierro. Pretenden “socializar la conculcación de los derechos humanos que sufren los presos” por las todavía vigentes políticas de dispersión.
“Nuestra intención no es provocar ni faltar al respeto a nadie. En ningún momento hemos querido dañar a las víctimas. Entendemos su dolor, el de todas las víctimas, porque aquí ha sufrido mucha gente. Por eso tenemos que aportar todos para llegar a una solución”, asegura el portavoz de Sare en Navarra, Mikel Mundiñano.
“Entendemos que las víctimas tienen todo el derecho del mundo a expresar su dolor, pero no solo una parte ha sufrido. No merece la pena comparar sufrimientos. Cada uno tiene el suyo, lo importante es que se vaya suavizando, con un horizonte de un futuro en paz, en convivencia, en el que quepan todas las ideas y todos los derechos para todas las personas”, recalca.
No lo ven así las víctimas de ETA agrupadas en Anvite, y tampoco los representantes políticos de UPN, PSN, PPN y Ciudadanos que han apoyado la concentración de las víctimas. Entre ellos el presidente de UPN, Javier Esparza; el secretario de Organización del PSN, Ramón Alzórriz; la presidenta del PPN, Ana Beltrán; y el portavoz de Cs Navarra, Carlos Pérez-Nievas.
El presidente de Anvite, José Luis Toca, ha leído un comunicado en el que ha criticado “el total abandono que sentimos las víctimas de ETA por parte de las instituciones”. Ha asegurado que “ni desde la Alcaldía de Pamplona hemos recibido ningún apoyo” ni desde el Gobierno de Navarra y la Dirección de Paz, Convivencia y Derechos Humanos “hemos recibido ni un gesto público de cercanía”, informa Europa Press.
Toca ha denunciado que Geroa Bai -el partido de la presidenta, Uxue Barkos- ha votado “a favor de este disparate” en el Ayuntamiento de Pamplona, y también ha criticado que la Delegación del Gobierno en Navarra “nos dice que nada se puede hacer para detenerlo”.
Efectivamente, en una reunión previa, el delegado del Gobierno, José Luis Arasti, explicó a las víctimas que para prohibir la instalación “sería necesario acreditar clara y suficientemente, con indicios firmes, que la convocatoria constituye un acto de enaltecimiento y justificación pública del terrorismo, con el menosprecio y humillación a las víctimas y sus familiares, tal y como ha establecido la Audiencia Nacional en diversos autos”.
Por tanto, pese a que Arasti subrayó que las víctimas de ETA “tienen todo nuestro apoyo y el del Gobierno de España”, que entiende el “malestar y el sufrimiento que actos como este les ocasionan”, les trasladó que las instituciones “deben ser estrictas en el cumplimiento de la legislación vigente”. Y ha apuntado que el acto viene a visibilizar el hecho de que los presos están en la cárcel por los delitos que cometieron. “Eso es lo importante”, apunta el delegado del Gobierno, “que cumplen y seguirán cumpliendo sus penas”.
La reunión no convenció a las víctimas, que hoy han insistido en su reclamación: “Si colocar unas celdas en las que se intente dar a entender que hay que empatizar con asesinos de una banda terrorista porque se están conculcando sus derechos fundamentales no es apología del terrorismo, ya me dirán ustedes qué es”, ha manifestado el portavoz de Anvite, quien se ha preguntado si les darían autorización si “fueran presos yihadistas”.
Por todo ello, ha apelado al “sentido común de la sociedad” y ha hecho un llamamiento a “toda la gente de bien a acompañarnos en todos nuestros actos y reivindicaciones”. “No se trata de política, ni de colores, ni de cálculos o ingeniería electoral; se trata de moral, de nuestro honor pisoteado, de la memoria y de la justicia”, ha subrayado.
“Queremos a nuestro lado a gente que piense que matar no está bien, queremos a gente que piense que el que la hace la paga, que se ruborice de pensar que se puedan rendir honores a un asesino. Queremos, en fin, a gente que quiera una sociedad mejor”, ha concluido.