El PP ya quiso meter en la cárcel al soberanista Ibarretxe
Llueve sobre mojado en las filas populares a la hora de responder con medidas excepcionales a los desafíos de los nacionalistas periféricos. La propuesta del presidente Mariano Rajoy de reformar el Tribunal Constitucional con el fin de que pueda arbitrar sanciones -la inhabilitación- en caso de incumplimiento de sentencias del Alto Tribunal fija la mirada en el president Artur Mas y la posible declaración unilateral de independencia si los separatistas logran la mayoría absoluta de 68 escaños el 27S. Pero tiene un antecedente en lo que pasó en Euskadi mientras gobernaba José María Aznar y el entonces lehendakari, Juan José Ibarretxe, planteó su plan soberanista con el apoyo de la mayoría absoluta del Parlamento vasco. Aznar logró aprobar una reforma del Código Penal en la que se condenaba a entre tres y cinco años de cárcel la convocatoria de un referéndum ilegal.
El denominado 'plan Ibarretxe', defendido en el Congreso de los diputados por el propio lehendakari, fue despedido con un sonoro portazo por una amplia mayoría en febrero de 2005 (solo lo aprobaron los nacionalistas CiU, PNV, ERC, BNG, EA y Nafarroa Bai). Entonces era presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero y para la posteridad quedó su frase en el debate cara a cara con Ibarretxe: “Si vivimos juntos, decidimos juntos”. Pero la aventura soberanista de Ibarretxe -que finalmente adelantó las elecciones vascas a abril de ese mismo año y no llegó a convocar ninguna consulta- había empezado mucho antes, con José María Aznar como inquilino en La Moncloa y también en los estertores de su segunda y última legislatura, la de la mayoría absoluta.
El rodillo del PP -en solitario- modificó tres artículos del Código Penal en diciembre de 2003 para castigar con la cárcel la convocatoria o apoyo a un referéndum ilegal. Y lo hizo, como ahora, a toda prisa: incluyendo los tres artículos del Código Penal (en el que estaba el 506 bis) que se habían tramitado como enmiendas del Senado a la Ley de Arbitraje, algo que enojó a la toda la bancada de la oposición. De hecho, la oposición en el Congreso no tuvo ninguna duda: se estaba legislando 'ad hominem', y en este caso para meter al lehendakari en la cárcel, y punto. Y así era porque la iniciativa de los populares llegaba después de que Ibarretxe hubiera anunciado que si su plan soberanista no pasaba el cedazo del Congreso, convocaría una consulta en Euskadi. Nunca lo hizo.
Zapatero lo derogó
Finalmente, con Zapatero ya en La Moncloa, los socialistas derogaron en junio de 2005 la reforma exprés de Aznar. Con un argumento: la convocatoria ilegal de un referéndum no tenía “la suficiente entidad como para merecer el reproche penal, y menos aún si la pena que se contempla es la prisión”. El PSOE y su Ejecutivo defendieron entonces que “el ejercicio de las potestades de convocar o promover consultas por quien no las tiene legalmente atribuidas es perfectamente controlable por vías diferentes a la penal”.
La oposición, también ahora, ha mostrado su oposición a la iniciativa de los populares, algo que consideran completamente “electoralista” y un atropello que además salpica a una institución clave de bóveda como es el Tribunal Constitucional. La historia se repite. Pero en este caso está por ver el desenlace de esta iniciativa del PP.
