“La gente me daba el pésame cuando me ofrecieron dirigir 'Lasa y Zabala'”

Lasa y Zabala son, por supuesto, Joxean Lasa y Joxi Zabala, los dos presuntos miembros de ETA que desaparecieron el 15 de octubre de 1983 mientras esperaban el asilo político en Bayona. Tenían 18 años. Fueron secuestrados, torturados, asesinados y enterrados en cal viva por los GAL. La película de Pablo Malo que se presentaba en la sección oficial de la 62 Festival de San Sebastián fuera de concurso está basada íntegramente en el sumario del caso. “Si la gente sale de verla diciendo que esto no tenía que haber pasado -aseguraba en la rueda de prensa- habrá merecido la pena”.

“La gente me daba el pésame cuando [el productor] Joxe Portela me ofreció dirigir Lasa eta Zabala”, decía Malo, acompañado por el productor y por su actor principal, Unax Ugalde, que interpreta al abogado de las familias Iñigo Iruin, Francesc Orella, que interpreta al General Galindo y al guionista Joanes Urkixo. Malo ha señalado que es consciente de que el material con el que iban a trabajar era “muy delicado” y que se iba a “mirar con lupa”, sobre todo en Euskadi.

“No soporto la violencia, no entiendo que se pueda comunicar a base de violencia, y me posiciono a favor de estas personas que sufrieron una barbaridad”, ha enfatizado Malo, quien ha precisado que el film “no se mete con la Guardia Civil o con el PSOE en su conjunto”. En ese sentido, ha confiado en que la película “no se use como arma arrojadiza” puesto que esa no es la intención de este trabajo.

El realizador donostiarra ha insistido en que Lasa y Zabala es una película hecha “con honestidad” y ha reiterado que él siempre estará “del lado de la persona que lo está pasando mal”. En esa línea, ha enfatizado que 'Lasa y Zabala' “no es una película de buenos y malos”, sino un film en el que hay unos personajes que llevan a cabo “una barbaridad”.

“Caricaturizar”

Asimismo, ha destacado que su intención ha sido la de intentar no “caricaturizar” a la Guardia Civil, porque, con la información que tenían del propio sumario, “no hemos querido cargar las tintas”. “Nos han contado cosas que no hemos podido meter en el guión porque eran inverosímiles, hay cosas que están recortadas o que hemos eliminado porque eran esperpénticas”, ha afirmado.

Malo ha manifestado que se siente “muy orgulloso” de la interpretación de los actores de la película y ha expresado que se siente “feliz” de cómo han quedado retratados los personajes.

El director vasco ha asegurado que en la película han evitado hacer “una galería del horror de las torturas” y ha considerado que añadir mas minutos de ello al metraje sólo habría servido para que “la gente saliera con mas mal cuerpo del cine”.

Pese a no haber querido reflejar “toda la impunidad” que hubo en el Palacio de la Cumbre en el periodo en que Lasa y Zabala “estuvieron siendo torturados para no crear mas dolor en el espectador y en las familias”, ha apuntado la necesidad de mostrar en la pantalla el momento del asesinato de ambos jóvenes. “Un familiar nos dijo que, por favor, contáramos todo lo que pasó”.

El héroe de la historia

En cuanto a los protagonistas de la película, para Pablo Malo el personaje de Fede, el joven abogado que ayuda a Iruin con el sumario, es “realmente el héroe” de la historia. En ese sentido, el guionista Joanes Urkixo ha explicado que ese papel “nos lo inventamos para que el abogado Iñigo tuviera un interlocutor, es su contrapunto”, al tiempo que ha destacado que el episodio de la carta bomba tampoco está recogido de los hechos que sucedieron, “aunque se inspira en un hecho real”.

En esa línea, también ha destacado que el personaje del abogado “tampoco es el Iñigo Iruin real”. El actor encargado de interpretarlo, Unax Ugalde, ha detallado que se ha inspirado en Iruin, “uno de los abogados constitucionalistas mas importantes”, para construir su papel y con él compartió conversaciones sobre el proceso de Lasa y Zabala.

“Interpretar este personaje ha sido un lujo, aunque en la película no da tiempo a desarrollar su personalidad”, ha asegurado, para añadir que Iñigo Iruin está “muy contento” con el resultado. De este modo, ha señalado que no tiende “a la imitación” cuando hace un personaje y que, en esta ocasión, la caracterización le fue de gran ayuda.