Nuevo lío entre PNV y EH Bildu por la ‘foto’ del pacto de Urkullu y los diputados
La reunión entre el lehendakari Iñigo Urkullu, los tres diputados generales y Eudel del pasado miércoles ha derivado, de nuevo, en un enredo político entre el PNV y la Diputación de Gipuzkoa. Las instituciones gobernadas por el Partido Nacionalista Vasco salieron de la reunión congratulándose por el “pacto” cerrado entre todas las partes para activar un plan de reactivación económica. Sin embargo, EHBildu, el partido que gobierna en Gipuzkoa, se ha desmarcado de esa conclusión al asegurar que ni siquiera hubo “ningún plan”.
Pero, lejos de aclarar lo que realmente ocurrió en la reunión, se han sucedido las declaraciones que contribuyeron a elevar la temperatura y la polémica. Los dirigentes peneuvistas han salido en defensa del lehendakari, con el diputado general de Bizkaia a la cabeza. José Luis Bilbao ha llegado a comparar el comportamiento de su homólogo de Gipuzkoa con el “caos absoluto” de la revolución bolivariana de Venezuela.
El consejero de Empleo y Asuntos Sociales, Juan María Aburto, en un intento de explicar el acuerdo, ha manifestado en una entrevista en Radio Euskadi que Urkullu “puso sobre la mesa la disposición a compartir parte del posible aumento del déficit con un carácter interinstitucional, para que las diputaciones puedan participar en el mismo y, de alguna manera, se puedan acometer infraestructuras que seguramente, si no fuera de esta manera, podrían pasar décadas hasta que pudieran ser viables”.
En definitiva, todos están de acuerdo en que el Gobierno expuso una propuesta, sin cifras ni fechas concretas, puesto que están sujetas a una circunstancia futura: la relajación del déficit por parte de la UE y su consiguiente efecto dominó por parte del Gobierno de Madrid. Eso, en principio, supondría una mayor capacidad de endeudamiento para las instituciones vascas.
A pesar de todo, Aburto sostiene que “es evidente que hubo un acuerdo”. Y ha dado su propia explicación de por qué EH Bildu lo niega. “Tiene excesivo vértigo en aparecer pactando con el PNV” y por eso pone “empeño en poner de relieve el desacuerdo”, sin tener en cuenta que “quien salga perdiendo de todo esto sea la propia sociedad vasca”.
Según Aburto, “lo grave de esta situación es que, después de lograr un acuerdo, del que hay otros testigos que pudieran dar fe del mismo, parece que hay un empeño especial en poner de relieve nuevamente el desacuerdo o no importar que realmente quien salga perdiendo de todo esto sea la propia sociedad vasca”.
El lehendakari también ha insistido, durante el pleno del Parlamento vasco, la misma idea de que “no necesita ninguna fotografía” para disimular la minoría en que se encuentra su Ejecutivo. Y ha añadido que su oferta de pacto de estabilidad “cuantos más compañeros de viaje” tenga el Gobierno vasco mejor.
José Luis Bilbao ha sido más vehemente en su defensa de Urkullu. En una entrevista a Radio Popular, ha comparado a la institución gobernada por Martín Garitano con la Venezuela actual, que “va al caos, no ya político, sino económico. Si ese es su modelo que nos lo digan”.
Bilbao ha llegado a comparar las reivindicaciones de la Diputación de Gipuzkoa con un pasaje de la película ‘La vida de Brian’, además de preguntarse si Garitano renunciará al dinero, “que va a llegar”, gracias al aumento de la capacidad de endeudamiento.
José Luis Bilbao cree que hay una “estrategia de fondo” en la izquierda abertzale que es “no a todo, no a ningún tipo de acuerdo ni con el PNV ni con el Gobierno vasco, ni con la Diputación de Bizkaia ni con nadie”. A su juicio, su estrategia de fondo “en el medio plazo” es sustituir al PNV como referente “del mundo nacionalista”.
El antecedente de octubre
No es la primera vez que Bilbao y Garitano se enredan con la interpretación sobre los resultados de una reunión institucional. Tras el Consejo Vasco de Finanzas del pasado 23 de octubre, el diputado general de Bizkaia se enzarzó en una polémica con su homólogo guipuzcoano. Era apenas dos días después de que el PNV ganara las elecciones autonómicas y supuso una derrota para el partido de Urkullu frente a EH Bildu y el anterior Gobierno socialista. Aquella reunión permitió visualizar los bloques en el terreno económico que se han consolidado en los últimos meses. Por un lado, los socialistas y EH Bildu; y por el otro, el PNV y PP.
