Las inmobiliarias ya tienen sus Uber
La irrupción de la tecnología no siempre es pacífica en algunos ámbitos. Casi todos los avances son imparables y, además, van siempre por delante de la capacidad de regulación y de adaptación (casos de Airbnb o Uber). Esto a menudo provoca rechazos en los sectores afectados.
El uso de estas técnicas estadísticas de reconocimiento de patrones para apoyar la toma de decisiones en el sector inmobiliario no ha tardado mucho en llegar. Son las llamadas ‘Inmobiliarias Low Cost’ o ‘Proptech’ (Property + Technology), que “ya se están granjeando el desagrado de los agentes más tradicionales del sector”, según el Observatorio Vasco de la Vivienda.
“Han llegado con una propuesta muy atractiva, barata y que utiliza las plataformas inmobiliarias web como escaparate global. Una fórmula que ha llegado para quedarse”, advierten desde el Observatorio.
Así, la competencia con las de toda la vida es “feroz”. “Su porcentaje de ganancia es mucho menor, si bien las tradicionales marcan porcentajes sobre la venta de un 3 a un 5%, las Proptech suelen cobrar de media de 500 a 1.000 euros independientemente del importe de la compraventa, y el piso se publicita en las webs de más alta incidencia teniendo miles de visitas virtuales. Además suelen acompañar todo el proceso de compra con asesores, preparación de documentos legales necesarios e incluso la valoración del inmueble, fotos, y un plano profesional del mismo”.
Su presencia se centra, sobre todo, en Barcelona y Madrid, pero la expansión al resto de ciudades es inevitable, dado que no precisan ningún tipo de local físico (todo son webs).
“Este tipo de inmobiliarias llegan en un momento en el que el mercado vuelve a moverse y hay ganancia de pescadores. Por ahora, sólo han atacado la venta, y no el alquiler, pero entendemos que, en breve, [al igual que ha pasado con las agencias de viaje] tendrán un público que demandará también su asistencia transparente, mayoritaria y sobre todo, barata”.
